Sesenta y siete millones de empleados del hogar en la Unión Europea (de los que el 88% son mujeres, según datos de la OIT, por lo que cabría hablar de empleadas) vieron el jueves 28 de abril cómo sus derechos ganan algo de fuerza. Por abrumadora mayoría, la Eurocámara, a propuesta de las eurodiputadas Kostadinka Kuneva (Syriza) y Tania González (Podemos) aprobó un informe para reconocer el trabajo doméstico como una profesión más, con idénticos derechos y deberes.
“Se trata de hacer visibles a los invisibles”, proclamó Tania González. El informe, según explicó Kuneva, implica un reconocimiento de la profesión, que iría acompañado de una certificación sobre el conocimiento y las capacidades de las trabajadoras domésticas. La resolución establece que este colectivo, al ser tenido como una profesión más, podrá disfrutar de derechos como la afiliación sindical, los convenios colectivos, las vacaciones pagadas, las bajas laborales o las cotizaciones a la seguridad social.
La letra del informe implica a empleados y empleadores y pedirá cambios en la legislación laboral de países que no contemplen el reconocimiento. Los 28 estados miembros deberán igualmente ratificar el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (España no lo ha firmado) y concede por primera vez la potestad sindical de poder afiliarse a una central para defender los derechos laborales y actuar colectivamente. Solo 22 países en el mundo, seis de los cuales pertenecen a la UE, han firmado este convenio.
La griega Kostadinka Kuneva es, dentro de la defensa de los empleados domésticos, todo un símbolo para este colectivo. Ex secretaria de la Asociación de Limpiadoras y de Empleadas Domésticas de la Provincia de Ática, en 2008 fue rociada con ácido en la cara por su actividad sindical y perdió la visión de un ojo y de parte de otro. Por eso ahora, como eurodiputada de Syriza, comparece con gafas de sol.
El informe tuvo con 269 votos a favor y 105 en contra en la mini-sesión plenaria que ha tenido lugar esta semana en Bruselas. “La derecha no ha dejado que pasemos una enmienda que obligue a la Comisión Europea a adoptar cuantas medidas legislativas y no legislativas estén en su mano, como las directivas comunitarias, para hacer cumplir el informe”, resaltó Kuneva. La helena sin embargo aseguró que la comisaria de Justicia, Consumidores e Igualdad de Género, la socialista checa Vera Jourova, ve “con muy buenos ojos” el informe.
En vez de estar obligada a elaborar una directiva, la Comisión solo está atada a estudiar, valorar y dar una respuesta al informe. Pero para las dos ponentes este puede ser un buen punto de partida ya que, como subrayó Tania González tras la votación, la desprotección a este colectivo salta a la vista: el 45% de las empleadas del hogar no cuenta con vacaciones; el 33% no tiene derecho a bajas por maternidad; y hay un 90% de excluidas de la Seguridad Social del país que habitan.
“Hasta puede ser un yacimiento de empleo”, valoró la dirigente de Podemos. “Según CCOO, si los estados miembros invirtieran un 2% del PIB en la economía de cuidados (algo que incluye pero que va más allá de las empleadas del hogar) podrían crearse 21 millones de puestos de trabajo en la UE”.
Entre los eurodiputados que votaron a favor, hubo quien criticó la actitud “timorata” del Parlamento Europeo, caso de Enrique Calvet (exUPyD, partido liberal). El español lamentó que hubiera 204 abstenciones y recriminó a los demás miembros de la cámara “la falta de contundencia ante un tema de tanta trascendencia”. Con todo, Calvet celebró la aprobación del informe.