El petróleo supera los 110 dólares por primera vez en ocho años por la guerra de Ucrania y sin respuesta de la Opep
Los contratos de futuros que cotizan sobre el barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, superan ya los 110 dólares por la incertidumbre que supone para la oferta mundial la guerra en Ucrania, tras la invasión de Rusia, y las informaciones que apuntan a que grandes refinerías, bancos y otras empresas globales están reduciendo la demanda de materias primas del país. “El 70% del crudo ruso lucha por encontrar compradores”, advierte la consultora Energy Aspects, según recoge Financial Times.
La potencia que preside Vladimir Putin es uno de los mayores productores del mundo -un 30% del crudo que importa la Unión Europea (UE) es del país- y este mismo miércoles se ha reunido con la Organización de los países exportadores de petróleo (OPEP) en Viena, que ha decidido mantener intactos los planes previos sobre la oferta, alegando que no hay escasez de oferta “objetiva” en el mercado y que los precios son altos debido a razones geopolíticas fuera del control del cártel.
La perspectiva de que los 13 miembros de la organización petrolera, que encabeza Arabia Saudí, y sus 10 aliados, entre los que se encuentra Rusia, conformando la que se conoce como Opep+, no subirían el ritmo de producción y la incertidumbre sobre posibles interrupciones en el suministro, venían presionando el precio del petróleo durante todo el día, hasta alcanzar máximos de 2014, y situarse cerca de un 50% por encima de precio medio de los últimos cinco años.
Por otro lado, “hay disrupciones en la financiación del gas y el petróleo rusos porque los bancos occidentales están llevando las sanciones más allá de lo que realmente implican, porque podrían hacerlo, y esto está contribuyendo a la escalada de precios”, explica Alicia García Herrero, economista jefe de Natixis para Asia Pacífico, en declaraciones a elDiario.es.
Este incremento del precio del petróleo y la escalada del gas y de otras materias primas se han convertido en una de las principales amenazas para la recuperación económica de la eurozona y de España por la presión que ejercen sobre la inflación general y los costes empresariales. Así lo ha admitido este mismo miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La Comisión Europea también ha reconocido que el escenario bélico abre un panorama de inflación, incertidumbre y cuellos de botella en la UE y un golpe para su economía.
Los más de 110 dólares a los que cotiza el barril de Brent prácticamente duplican la previsión de 60 dólares de media que bajo la que el Ejecutivo construyó los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022. Esta amenaza, que se extiende sobre todo a las regiones, como España, más dependientes de la importación de materias primas y que impacta fuertemente en sectores de actividad intensivos en el consumo de combustible, como las aerolíneas, está encima de la mesa de negociación de la Opep+, que volverá a reunirse el 31 de marzo.
Los intereses políticos de Arabia Saudí, histórico aliado de Estados Unidos, y de Rusia chocan frontalmente ante la invasión de Ucrania, lo que ha llevado a algunos analistas a advertir que la coordinación de los productores podría peligrar. Aunque la postura de Washington y de Europa parece coincidir en sancionar el petróleo y el gas rusos, perjudicará a Occidente más que a Moscú, y es poco probable que disuada a Vladimir Putin.
Respecto al seno de la Opep+, no sería el primer desencuentro entre las dos potencias del petróleo. En 2020, provocaron una guerra de precios y, como explica Javier Blas, experto del sector y columnista de Bloomberg, Rusia fue forzada a “volver a la mesa de negociación”, por el daño económico que estaba sufriendo.
El contexto es mucho más extremo ahora. “Estados Unidos y la Unión Europea han creado lagunas lo suficientemente grandes en sus sanciones para que el comercio de petróleo y de gas continúe [...], pero Ucrania suplica que se detenga”, incide Blas. “Comprar ahora [las materias primas rusas] significa pagar por el asesinato de hombres, mujeres y niños ucranianos”, afirmó el ministro de Exteriores del país, Dmytro Kuleba.
“Las sanciones anunciadas hasta ahora se centran en restricciones indirectas más que directas de los flujos de petróleo y gas, pero uno de los muchos acontecimientos sorprendentes de la crisis ha sido la suspensión de las actividades en Rusia de las principales navieras y de otras empresas extranjeras -como las grandes energéticas-, golpeadas por las sanciones y presionadas por sus gobiernos”, observa Norbert Rücker, economista jefe de la inversión suiza Julius Baer.
“La mayoría de las grandes empresas europeas no están tocando el petróleo ruso, y solo unas pocas refinerías y empresas comerciales europeas todavía están en el mercado, pero las tarifas de flete y las primas de seguro de guerra están complicando significativamente las transacciones”, apunta Energy Aspects a Financial Times.
Por su parte, Alicia García Herrero, de Natixis, considera que “se van a liberar reservas estratégicas, de Estados Unidos, Noruega, Canadá, Reino Unido, quizás Catar, y eso va a reducir el precio del petróleo y del gas, y cuando eso ocurra el impacto sobre la inflación va a ser menos importante que sobre el crecimiento económico”. En esa línea, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) acordó este martes liberar 60 millones de barriles de petróleo, el 4% de las reservas estratégicas de sus miembros en todo el mundo.
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