La volatilidad ha marcado la sesión de las acciones de Popular. Tras abrir esta mañana con un rebote del 3% que ha conseguido mantenerse en la primera parte de la sesión, por la tarde ha vuelto a tomar la senda de la bajada. Para finalmente cerrar con una caída del 6%. Mientras sufre el castigo en bolsa, la entidad trata de quitarse lastre. Lo último que ha puesto en venta, según ha adelantado Vózpopuli, es una cartera de ladrillo con un valor de hasta 2.000 millones de euros, que habría encargado vender a KPMG.
El objetivo es reducir de forma acelerada el elevado volumen de activos improductivos de que dispone en balance, confirmaron a Europa Press en fuentes del mercado. Este plan, adelantado por el medio digital 'Vozpópuli', permitiría a la entidad presidida por Emilio Saracho acelerar la venta de activos improductivos, la mayoría de ellos vinculados al ladrillo, por importe de casi 37.000 millones de euros, uno de los principales aspectos que restan valor al banco ante una posible operación corporativa.
A cierre del primer trimestre, Popular contabilizaba entre sus activos improductivos inmuebles adjudicados, es decir, los recibidos en pago de deudas, con un valor bruto de 17.700 millones de euros, aunque el valor de estos activos es uno de los aspectos que generan incertidumbre en el mercado ante el proceso de retasación que está efectuando la entidad. Un incremento de las provisiones sobre la cartera inmobiliaria de Popular tras el proceso de retasación elevaría la ratio de cobertura sobre estos activos, actualmente en el 38,5%, si bien reduciría su valor contable neto, que ascendía a 10.900 millones a 31 de marzo.
Encontrar un comprador para una cartera inmobiliaria de entre 1.500 y 2.000 millones de euros supondría un gran paso adelante para la entidad, ya que en todo 2016 Popular vendió un total de 10.214 inmuebles con un valor contable de 2.028 millones de euros, según consta en el informe anual de la entidad.
La venta acelerada de activos improductivos sería una de las opciones que estaría barajando la dirección de la entidad para ganar atractivo y potenciar el interés de los posibles compradores de Popular, entre los que se incluye a Santander y Bankia, aunque no se descarta a BBVA.
Esta alternativa, por tanto, implica que los interesados en el negocio de pymes de Popular, el primero del sector con una cuota próxima al 18%, deben asumir también la cartera de activos improductivos que lastran el balance del banco, si bien el posible comprador podría mantener una vía de negociación abierta con algunos fondos oportunistas para traspasarles a posteriori la cartera de activos improductivos de la entidad.
La reunión con el BCE
En este contexto, Emilio Saracho, junto a su consejero delegado, Ignacio Sánchez-Asiaín, supuestamente iban a celebrar este martes una reunión con representantes del BCE en la que abordarían la delicada situación de la entidad, aunque fuentes oficiales de Popular no han querido confirmar ni desmentir esta información y mantienen que los contactos con el supervisor son habituales.
Estas mismas fuentes, también han asegurado a Europa Press que, por el momento, no hay convocada ninguna reunión de carácter extraordinario del consejo de administración.
Popular sigue con el carte de Se Vende en diversas filiales que no están directamente relacionadas con el negocio bancario. De esta forma, estaría negociando la venta de su filial estadounidense Total Bank y también estaría intentando deshacerse de WiZink.