La Política Agrícola Común (PAC) supone casi 387.000 millones de euros. La cifra es aproximadamente un tercio del Marco Financiero Plurianual (MFF; el presupuesto de la UE para 2021-2027). Tres cuartas partes de los pagos siguen siendo por superficie y el paquete consta de reglamentos sobre los planes estratégicos nacionales, la organización común de mercados; y la financiación, administración y control de la PAC.
La mayoría de los populares –salvo el PP español, que se ha abstenido–; socialistas y liberales votaron a favor. Por contra, la mayoría de los Verdes y La Izquierda se abstuvo. La extrema derecha se partió, si bien la gran mayoría votó a favor, mientras que VOX votó en contra. La nueva política agrícola común (PAC) entrará en vigor en 2023.
El reglamento sobre los planes estratégicos de la PAC se aprobó por 452 votos a favor, 178 en contra y 57 abstenciones; el reglamento horizontal recabó 485 apoyos, 142 votos en contra y 61 abstenciones; a favor del reglamento sobre la organización común de mercados votaron, por su parte, 487 eurodiputados, 130 votaron en contra y 71 se abstuvieron.
La Comisión Europea, por su parte, evaluará si los planes estratégicos nacionales de la PAC recogen compromisos medioambientales y climáticos. Los Estados miembros tendrán que garantizar que al menos el 35% del presupuesto se destine al desarrollo rural; y el 25% de los pagos directos, a medidas medioambientales y climáticas.
De acuerdo con lo votado por los eurodiputados, “al menos el 10% de los pagos directos deben utilizarse para apoyar a las pequeñas y medianas explotaciones agrícolas, y al menos el 3% del presupuesto de la PAC debe ir a parar a manos de agricultores jóvenes”. Además, se pide la creación “de una reserva permanente de crisis —con un presupuesto anual de 450 millones de euros— para ayudar a los agricultores en caso de inestabilidad de los precios o del mercado”.
“Una herramienta europea de extracción de datos, a la que los Estados miembros tendrán acceso, permitirá saber quiénes son los destinatarios finales de las ayudas europeas y ayudará a detectar el riesgo de fraude, cruzando información almacenada en bases de datos públicas”, dicen el Parlamento Europeo.
La actual normativa de la PAC fue prorrogada tras expirar el 31 de diciembre de 2020, y fue sustituida por unas disposiciones transitorias en vigor hasta finales de 2022. Una vez aprobada por el Consejo, la nueva normativa será aplicable a partir del 1 de enero de 2023.
La eurodiputada socialista Clara Aguilera, miembro de la Comisión de Agricultura en la Eurocámara, ha defendido que la aprobación de la PAC “no podía demorarse más, ya que de ello depende la publicación de toda la legislación secundaria, a primeros de diciembre, que los Estados miembros esperan con urgencia para concluir sus respectivos Planes Estratégicos Nacionales”. Estos planes deben ser presentados a la Comisión Europea antes del 1 de enero de 2022 para que la nueva PAC entre en vigor en enero de 2023.
“Las y los socialistas hemos mejorado sustancialmente la propuesta de la Comisión, impulsando su ambición social y medioambiental”, ha destacado la eurodiputada. Asimismo, ha incidido en que los Estados miembros deberán “garantizar que todos los trabajadores de la agricultura reciban los derechos laborales que les corresponde porque, de otro modo, no cobrarán las ayudas de la PAC. Todos los programas deberán incluir la igualdad de género”. Del mismo modo, ha destacado las políticas dirigidas para los jóvenes, “el gran reto en el futuro de esta PAC”.
El PP español, por su parte, se ha abstenido finalmente. Su portavoz en la materia, el eurodiputado Juan Ignacio Zoido, ha afirmado: “Ésta sigue sin ser la PAC ideal para el PP español, principalmente porque sigue siendo una PAC con muchos menos fondos que la anterior precisamente cuando más lo necesitan agricultores y ganaderos, ya que atraviesan momentos críticos con los precios de las materias primas disparados y la factura de la luz batiendo récords”.
Zoido también ha afirmado que con esta nueva PAC el Parlamento Europeo está dando al Gobierno de España “las herramientas necesarias para que apoye de una vez a los agricultores, para lo que deberá emplear toda la flexibilidad que le hemos conseguido desde Bruselas para adaptarse a las necesidades del campo español”.
La jefa de la delegación de Podemos, la eurodiputada María Eugenia Rodríguez Palop, ha argumentado así su voto en contra: “No existen herramientas necesarias para lograr la sostenibilidad económica, laboral y social del sector, ni para cumplir los objetivos climáticos fijados en el Pacto Verde y en sus Estrategias (De la Granja a la Mesa y de la Biodiversidad). No podemos apoyar una PAC que sigue favoreciendo a las grandes empresas y a los grandes propietarios frente a los pequeños y medianos agricultores y ganaderos. Respecto a las exigencias medioambientales, ni están a la altura de la emergencia climática ni ofrecemos recursos suficientes al sector para que transforme sus prácticas y sea sostenible económicamente”.
La jefa de la delegación de IU en la Eurocámara, Sira Rego, ha explicado así su voto contrario: “Es una propuesta a la medida de la patronal del campo, que sigue protegiendo a los agricultores de sofá y que da la espalda a la crisis ecosocial. Esta nueva PAC nace obsoleta. La regulación lleva negociándose desde 2017 y no va a entrar en vigor hasta 2023, por tanto, no está adaptada a las exigencias no sólo medioambientales, sino a la realidad del campo”.
El vicepresidente de Los Verdes, Ernest Urtasun (Catalunya en Comú), también ha votado en contra: “Nos quieren hacer creer que se trata de una reforma sostenible de la PAC, pero un poderoso grupo de presión de la agricultura intensiva, y los gobiernos y los eurodiputados y eurodiputadas a su servicio, han hecho todo lo posible para preservar el statu quo, resistiendo a cada paso las salvaguardias adicionales y diluyendo las normas de condicionalidad medioambiental”.
El eurodiputado de Ciudadanos y portavoz de Agricultura en el Parlamento Europeo, Adrián Vázquez, ha explicado el voto a favor: “Apelo a los miles de mujeres y hombres que se dejan la piel todos los días en el campo para que tengamos alimentos de primera y excelentísima calidad en los supermercados a que entienda que es una PAC necesaria. Soy consciente de que esta nueva PAC no es perfecta, pero también de que garantiza la seguridad jurídica y financiera de nuestro sector primario, que mantiene la capacidad productiva de alimentos en la Unión a la vez que asegura que agricultores y ganaderos lo hagan en condiciones económicas justas y respetuosas con los objetivos medioambientales del Pacto Verde, sin perder la sostenibilidad social del medio rural”.