Cada vez que el Congreso se enfrenta una votación en la que las cartas ya están echadas, el debate termina convirtiéndose en una ensalada de temas que poco tiene que ver con la cuestión y que devienen en una bronca que hace imposible el diálogo parlamentario. Así ha ocurrido este miércoles en la presentación de las enmiendas a la totalidad al proyecto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) donde los diputados del Partido Popular han protagonizado una follón constante en el turno de réplica de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. La pelotera ha sido tan monumental que cuando ha salido el diputado de VOX, Iván Espinosa de los Monteros, a defender su enmienda contras las cuentas públicas ha pedido a su grupo parlamentario que no reproduzca el “espectáculo bochornoso” que se ha vivido en el Hemiciclo.
Siete partidos del Congreso han presentado enmiendas a la totalidad -PP, Vox, Junts, Foro Asturias, la CUP, Coalición Canaria y el BNG, más UPN sin enmienda, pero apoyará la retirada de las cuentas-, pero el Gobierno de coalición ha conseguido reunir los apoyos suficientes para que este trámite salga adelante sin problemas con el respaldo de las formaciones políticas que ya llevó al PSOE y a UP a la Moncloa más Ciudadanos.
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, ha aprovechado su turno para hacer un discurso propio de un debate del Estado de la Nación, con el argumento de que hacía casi un año que se celebraron las últimas elecciones con el que se conformó el Ejecutivo de coalición, con críticas a todos los aspectos de la acción del Gobierno desde la ley de Educación a las polémicas con la monarquía, pasando de puntillas sobre las cuentas públicas defendidas por la mañana por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
A pesar de las continuas interrupciones por la bronca que han montado los diputados del PP, la ministra ha recriminado al líder de los populares que fuera a la Cámara Baja a hablar de otros temas diferentes a las cuentas públicas -“está usted desubicado”, le ha espetado- . Montero no se ha achicado ante los gritos y las interrupciones de los parlamentarios del PP a los que ha calificado como el “virus de la crispación política”, lo que ha causado que la tormenta de gritos se incrementara sin que la presidenta del Congreso, Meritell Batet, consiguiera poner orden.
Por la mañana, la ministra de Hacienda defendió que las cuentas públicas ofrecen “certeza, confianza y esperanza” que permitirán sentar las bases de un crecimiento “sólido, justo y sostenible, avanzar en la modernización del sistema productivo y generar mayor cohesión social y territorial” y pidió a las los grupos políticos un debate civilizado que sirva para mejorar unas cuentas públicas cuando “no se puede dudar dudar de la imperiosa necesidad de que este país cuente con” unos nuevos Presupuestos ya que todavía se mantienen prorrogados los PGE de 2018. No ha sido posible.
Sin entrar en las grandes cifras, Casado ha retrocedido hasta 30 años para hablar de otros gobiernos del PSOE y las crisis económicas que estos ejecutivos han tenido que abordar. Esto ha provocado que entre el diputado popular y la ministra de Hacienda se enzarcen en un toma y daca sobre qué Gobierno, si socialista o del Partido Popular, tuvo más parados o más déficit.
Casado ha definido el proyecto de Presupuestos con “las 'D' de siempre del PSOE: depresión, déficit, deuda, desempleo, despilfarro y disparar los impuestos” y ha reprochado el carácter expansivo de las cuentas públicas que “van a una crisis sin paliativos” que hará que se conviertan en el “inicio de la austeridad”. “Tenían la oportunidad para dar un mensaje de reformismo y un plan de crecimiento y han preferido el clientelismo demagógico y el electoralismo a costa de nuestros nietos que pagarán la deuda”, ha reseñado.
Según Casado, el incremento del 53% del gasto se van a dedicar a pagar “enchufismo”, asesores del presidente y publicidad y propaganda cuando se suben los impuestos a la clase media con los incrementos al diésel, la subida de las primas de seguros, a las bebidas azucaradas o los plásticos de un solo uso.
“Decir que son unos Presupuestos de país como ha dicho la ministra de Hacienda cuando traen el sello de EH Bildu, de Esquerra Republicana (ERC) y del partido más radical que forma parte de un Gobierno en la UE, como es Podemos, creo que no es la mejor definición”, ha señalado el líder popular. Casado ha vinculado el posible acuerdo del Gobierno con la formación de Arnaldo Otegi con el acercamiento de presos de la banda terrorista ETA a cárceles del País Vasco.
El debate ha caído hasta niveles en los que la ministra le ha reprochado a Casado de tratarla “con cierta superioridad intelectual” y le ha sacado la polémica sobre el máster del líder del PP mientras que éste le acusaba de no tener en cuenta a los muertos por la COVID-19.
Una cuentas que benefician a “las élites que dependen del BOE”
Espinosa de los Monteros tampoco ha entrado en las cifras de los Presupuestos y ha realizado una crítica general a las políticas del Gobierno. El diputado de Vox ha señalado que las cuentas públicas están diseñadas para beneficiar a “las élites que dependen del BOE” que no beneficiará a “los invisibles, a los españoles golpeados por la crisis, sino a los directivos del Ibex”.
“Irreales, irresponsables y diametralmente opuestos a lo que España necesita”, han sido los epítetos que ha utilizado Espinosa de los Monteros sobre los Presupuestos, que a juicio del diputado de VOX son “increíbles” y “un auténtico disparate porque ponen en riesgo la escasa recuperación”.
Espinosa de los Monteros ha criticado que no se haya reducido “ningún gasto superfluo” en relación a los Ministerios del Ejecutivo de Pedro Sánchez y ha declarado que “sí está justificada una reforma integral de la Administración española para recortar el gasto político”.
Montero le ha respondido que se alegra de que VOX se posicione contra las cuentas porque el Gobierno “está en las antípodas” de la formación ultraderechista. “PSOE y Unidas Podemos velan por el interés general, en su caso no sé por qué intereses velan”, ha comentado la ministra, quien ha explicado que rechazan la “profundidad antidemocrática de los planteamientos” del partido liderado por Santiago Abascal. “No quieren combatir la crisis, quieren aprovecharse de ella”, ha concluido Montero.