Las subidas de precios han llegado hasta aquí. La dueña de Primark, la multinacional británica Associated British Foods –que vende desde ropa hasta azúcar–, ha adelantado que ya no va a ir más lejos. “Hemos decidido que vamos a mantener los precios en el nuevo año fiscal en los niveles ya implementados para estar con nuestros clientes”, aseguró su consejero delegado, George Weston, en la última presentación de resultados.
No significa que Primark no los haya subido. Lo ha hecho. Associated British Foods asumió en esa presentación al mercado que sus ventas crecen, sobre todo, porque sus clientes han pagado más por sus productos. Un mensaje que, en las últimas semanas, han repetido casi todas las multinacionales ligadas al gran consumo.
Más allá del mensaje, el anuncio de Primark es una declaración de intenciones en un sector como el textil donde los mensajes sobre estrategia a futuro suelen ser sutiles. Más aún en un año donde casi todas las compañías llegan a la recta final del año con sus almacenes hasta arriba. Este año, más que en ejercicios anteriores, llegan a la temporada alta de Black Friday, Navidad y rebajas de invierno con mucho stock al que tienen que dar salida.
El motivo, que no querían repetir los problemas del año pasado, cuando la cadena de suministro se convirtió en un quebradero de cabeza. Y que este año las temperaturas invernales han tardado en llegar en buena parte del hemisferio norte y la ropa de abrigo sigue en las tiendas. Para vender todas esas prendas acumuladas tendrán que tirar de ofertas y descuentos, que pueden ser mayores que en otras temporadas.
El miedo a repetir los problemas en la cadena de suministro
“Es visible en los balances de los principales jugadores del sector que se está produciendo esa acumulación de stock, que en algunos casos llega a porcentajes muy relevantes, del 30% al 60% de la venta anual”, explica a elDiario.es Carlos Sánchez Altable, socio de McKinsey & Company y responsable del sector de moda de la consultora en España. Las causas, indica, son varias. “Las principales son los problemas en la cadena de suministro, que han hecho que se anticipen compras, la incertidumbre respecto de la demanda y el miedo a no tener producto”, argumenta.
Por eso, “dependiendo de la demanda del inicio del invierno, que ha venido con temperaturas más altas de lo habitual, Black Friday y la Navidad, veremos o no mayores descuentos”, adelanta el socio de McKinsey & Company. “Probablemente serán menores en los jugadores online puros, que tienen capacidad de mover el producto de manera más eficiente a las zonas de demanda, y algo mayores en las cadenas omnicanal, que pueden encontrarse con más producto retenido en la tienda sin más opción que el descuento”.
Una de las compañías que han adelantado esa acumulación de inventarios ha sido Inditex. La dueña de Zara comunica su estrategia con cuentagotas y en la última presentación de resultados, del primer semestre, su consejero delegado, Óscar García Maceiras, asumió que han tratado de “anticiparse” a “posibles tensiones en la cadena de suministro”. Por eso dijo que, a 11 de septiembre, ya con colecciones de invierno, sus niveles de inventario eran un 33% superiores respecto al año anterior.
Inditex no ha hablado de momento de que sus precios hayan tocado techo. Su próxima comunicación al mercado será el 14 de diciembre, a las puertas de Navidad, cuando desglosará sus resultados hasta el tercer trimestre. A día de hoy, sus subidas han sido de un dígito y, afirma, no en todos los productos que vende. “Subidas selectivas”, justificó García Maceiras.
Alta inflación y gasto reducido
Los grandes del comercio textil, muchas veces, suelen decir sus mensajes entre líneas. Por ejemplo, la consejera delegada de H&M, Helena Helmersson, afirmó hace unos meses que los precios de la multinacional sueca iban a “ajustarse” para no dañar márgenes. Y el responsable financiero de la empresa, Adam Karlsson, confirmó que se trataría de garantizar la competitividad en cada mercado y mirando cada categoría. De nuevo la misma idea, cambios de precios selectivos.
Ahora, el grupo escandinavo explica a este medio que “la estrategia de precios se mantiene constante”. Sin embargo, añade que “con alta inflación y un gasto reducido por parte de los consumidores, la relación valor y precio es más importante que nunca. Estamos bien posicionados para esto”.
En una línea bastante similar apunta Mango. “No hemos realizado un aumento lineal de nuestros precios y no tenemos previsto hacerlo. Es cierto que estamos apostando por productos con mayor calidad y posicionamiento, lo que hace que en el mix final el peso de los productos de mayor precio sea mayor. Sin embargo, la compañía monitoriza constantemente la evolución de los costes para prepararnos para cualquier posible escenario”, indica un portavoz de la multinacional español.
Unas argumentaciones que contrastan con las de Zalando, el grupo alemán enfocado en el comercio online. Su margen entre ingresos y gastos se ha ido estrechando en los últimos meses porque está acelerando los descuentos para dar salida a los stocks que almacena. Estos, además, han golpeado su posición de caja, que al cierre de los nueve primeros meses de su año fiscal es negativa en 183 millones de euros, cuando hace un año era positiva en 71,7 millones.
Por eso, en la última conferencia con analistas lanzó el mensaje de que tiene que dar salida al inventario de invierno no solo en el trimestre en curso, sino también al inicio del próximo, cuando ya tendrá que comenzar a vender la próxima colección de primavera.
Asos, otro gigante online, reconoce que en una situación de incertidumbre económica como la actual es muy difícil hacer previsiones. También, que sus inventarios son más altos porque la demanda se ha resentido.
“En el contexto de una volatilidad significativa en el entorno macroeconómico, es muy difícil predecir los patrones de demanda de los consumidores para el próximo año”, argumenta. Y va más allá, porque prevé que en un mercado doméstico, un Reino Unido que ha entrado en recesión, el sector textil va a caer.
Al otro lado del Atlántico la situación no es muy diferente. La cadena de grandes almacenes Macy's ha asumido esta semana que ya está bajando precios para dar salida a artículos de sus almacenes y que los consumidores son conscientes de que va a haber descuentos y ofertas de cara a la Navidad, lo que puede afectar al desarrollo de la campaña. En una dirección parecida ha apuntado la cadena de hipermercados estadounidense Target, que ve cómo la inflación está golpeando los bolsillos de sus clientes y anticipa que las compras de Navidad, si nada cambia, se van a resentir.