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El CEO de Glovo, sobre si los repartidores tuvieran que ser asalariados: “Sería una buena faena, pero nos adaptaríamos”

Oscar Pierre, CEO y presidente de Glovo.

Laura Olías

15 de noviembre de 2018 12:43 h

El presidente y CEO de la empresa catalana de repartos a domicilio Glovo, Oscar Pierre, ha defendido este jueves en Madrid su modelo laboral alimentado con repartidores autónomos (los llamados riders, que en la compañía apodan glovers) en un encuentro con medios de comunicación. Si la justicia llegara a determinar que los repartidores deben ser trabajadores asalariados, con una sentencia del Tribunal Supremo que creara jurisprudencia, Pierre ha afirmado que “sería una buena faena, pero nos adaptaríamos, veríamos la manera”.

El presidente de la compañía nacida en 2015 ha defendido que “no creemos que lleguemos a eso”, a que la justicia imponga la categoría laboral de sus repartidores. Si ocurriera y los tribunales determinaran que el actual modelo laboral de la empresa se basa en falsos autónomos, Pierre ha sostenido que “cambiaríamos radicalmente el perfil del mensajero”, aunque ha precisado que no cree “que sea la solución, lo que están pidiendo varios miles de personas en España es esto, flexibilidad”.

El interés sobre el modelo laboral de Glovo se enmarcan en el debate actual sobre si cumple o no con la normativa laboral. En su caso, la Inspección de Trabajo en Zaragoza consideró este año que los repartidores eran falsos autónomos y exigió a la compañía 379.963,09 euros por el pago de las cotizaciones sociales atrasadas. Según ha explicado una resposable legal de la compañía presente en el encuentro de este jueves, esa decisión está ahora mismo en los tribunales, y ha subrayado que “en Barcelona, en junio de 2016, sí superamos una Inspección de Trabajo”.

Por otro lado, Glovo ganó una sentencia de Madrid que dio razón a la empresa y consideró autónomo a un glover que demandó a la compañía. Es la primera victoria en los tribunales españoles de este tipo de empresas de reparto sobre su modelo laboral, ya que en el caso de Deliveroo un tribunal reconoció en Valencia que el rider era falso autónomo. Una sentencia que ya es firme, dado que Deliveroo retiró recientemente su recurso judicial.

Lobby en las instituciones

El CEO de Glovo ha anunciado también que la compañía catalana ha creado un Departamento de Políticas Públicas, que está liderando el cofundador de Glovo, Sacha Michaud. Este equipo se dedica a hacer lobby en las instituciones públicas, entre otros colectivos, para defender su modelo laboral.

“Hemos empezado a dialogar con varios agentes públicos, sociales y políticos, más que nada explicando lo que hacemos”, ha contado Pierre, que considera fundamental “ser superproactivos, con las autoridades locales, para explicar lo que estamos haciendo, creemos que tenemos un impacto económico y social importante”.

Una de las líneas en las que está trabajando este departamento dirigido por Michaud es impulsar su visión sobre “el futuro del trabajo”. “Creemos que el futuro del trabajo es un modelo híbrido, que estos mensajeros que puedan seguir disfrutando de esa flexibilidad pero también con alguna cobertura más, algo entre un empleado y un autónomo”, ha precisado Pierre.

Esa tercera categoría profesional no existe en España y es una idea discutida por los expertos en Derecho Laboral que examinan estas nuevas formas de trabajo en plataformas digitales. Algunos consideran que las dos categorías actuales (autónomos y asalariados) se adaptan a las nuevas tecnologías y que la creación de esta tercera clase de trabajadores contribuiría a precarizar el empleo, mientras que otros especialistas creen que podría ser una manera de dotar de más derechos a estos trabajadores con una relación más flexible con sus empleadores.

Expansión territorial y de negocio

El responsable de Glovo ha aportado varios datos de la gran expansión que ha experimentado la compañía en el último año. Mientras que en 2017 Glovo tenía presencia en tres países y 14 ciudades, en 2018 han llegado a 20 países y más de 75 ciudades. A lo largo de este año han desembarcado en casi la totalidad de América Latina y en países como Ucrania, Georgia, Turquía y Marruecos.

Además, han lanzado nuevas áreas de negocio, como Glovo Business (para envíos entre empresas) y SuperGlovo, su propio supermercado para compras online. Según ha explicado Pierre, por el momento solo hay un de estos “supermercados ciegos”, está situado en Madrid y ya se pueden hacer pedidos a docimilio para compras de entre unos 10 y 12 artículos. Los mensajeros que envían la compra a los domicilios desde este supermercado directamente gestionado por Glovo son también autónomos, aunque los que trabajan en el interior del supermercado (abierto las 24 horas al día) son empleados.

El presidente de Glovo ha manifestado que apuesta especialmente por la expansión de estos supermercados propios, para llegar a poder enviar compras más grandes, “la compra mensual”, ya que “la expansión online de los supermercados en españa es muy muy baja”. El creador de la compañía ha situado las ciudades en las que estudian abrir estas tiendas: abrir más locales en Madrid, así como en Barcelona, Lima, Buenos Aires y Santiago de Chile.

Según las previsiones de los directivos, Glovo cerrará 2018 con una facturación de unos 80 millones de euros de ingresos, pese a que sus previsiones se acercaban a los 90 o 100 millones. Este desvío se explica sobre todo por la estacionalidad, ha explicado Pierre, es decir que es un servicio que se utiliza más durante épocas de frío, así como una previsión errónea de los ingresos dada la expansión en Latinoamérica. Pierra ha afirmado que el número de pedidos es muy grande, pero el precio es un 60% menor.

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