Un informe de la OCDE señala a España como uno de los países donde más aumentó el año pasado el peso de los ingresos tributarios sobre el PIB, lo que se llama popularmente presión fiscal. Sin embargo y pese a situarse por encima de la media, España todavía se encuentra lejos de los datos de ingresos fiscales que tienen las otras tres grandes economías europeas, Francia, Italia y Alemania.
El documento, publicado este miércoles, señala que el peso de estos ingresos sobre el PIB español fue en 2021 del 38,4%. Es un avance de 1,7 puntos respecto a las estadísticas recogidas por la OCDE un año antes. El fuerte crecimiento económico del pasado año impulsó los ingresos fiscales del Estado hasta niveles récord y a un ritmo más elevado que el incremento del PIB. Esto le ha permitido a España afianzarse por encima de la media de la OCDE —no así de la UE—. Sin embargo, se mantiene lejos de los niveles de las principales economías del entorno.
En concreto, la OCDE señala en la actualización de sus estadísticas que doce países mantienen una presión fiscal más alta que la que tiene España. Esta docena de estados, todos ellos europeos, mantienen un porcentaje de ingresos fiscales sobre el PIB más alta que la de España. Destaca especialmente las tres principales economías de la UE, que logran un mayor peso recaudatorio que el español pese a los avances de este país durante los dos últimos años.
Alemania es el país que se sitúa más cerca de España. Su presión fiscal se encuentra en el 39,5%, más de un punto por encima de la española. Sin embargo, en otro nivel se encuentran Francia e Italia. El sistema fiscal galo es conocido como uno de los más fuertes de toda Europa y los ingresos públicos sobre el PIB alcanzaron el 45,1%. Italia, con la tercera economía del continente, alcanzó en 2021 una presión fiscal del 43,3%. Los países nórdicos, Austria o Bélgica son otros países que se sitúan por encima del 40%.
La media de la OCDE fue del 34,1%, medio punto más que en 2020. El informe publicado este miércoles destaca que la mayor parte de los países que componen la organización de las economías más desarrolladas del mundo han incrementado durante el último año su presión fiscal, frente a los discursos que abogan por las bajadas de impuestos. En concreto, se incrementó en 24 de los 36 países estudiados por el organismo. La OCDE destaca el caso de Noruega por su subida de impuestos a las empresas o el de Chile, en este caso por el incremento de ingresos sobre el consumo.
El documento analiza también el peso de los distintos impuestos sobre el total de los ingresos fiscales de los países. Sin embargo, para poder hacer esta comparación se remite a los datos de 2020. En esta estadística, la OCDE destaca que España se mantiene por debajo de la media en cuanto al peso de los ingresos por el impuesto de Sociedades, IVA y, en menor medida, IRPF. España se mantiene por encima de la media únicamente en las contribuciones sociales y en los impuestos sobre la propiedad.
La OCDE ha publicado al mismo tiempo otro documento que analiza la fiscalidad sobre el consumo de los países del organismo. Como ocurre con el caso anterior, únicamente se ha podido tratar los datos de 2020 para la comparación entre países. En este caso, España no aparece mejor posicionada y se destaca la diferencia de recaudación frente a otros países de la OCDE.
España es el undécimo país de los 38 que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el que los impuestos al consumo menos peso tienen respecto al total de impuestos que se recaudan, según se desprende del documento. En concreto, los impuestos al consumo supusieron en España el 24,5% del total de impuestos recaudados en 2020, último año con datos disponibles. El dato supone una caída de 2,2 puntos porcentuales respecto a 2019. Este abultado cambio se debe en parte al impacto de la pandemia del Covid-19.
El país en el que menos peso tienen los impuestos al consumo sobre el total de la recaudación fue Estados Unidos, con un 15%. Por detrás se situaron Suiza (17,2%), Japón (19,4%) y Canadá (20,2). La quinta posición fue para Luxemburgo (22,4%), por delante de Corea del Sur (22,9%), Australia (22,9%), Bélgica (23%), Italia (23,3%) y Alemania (24,1%). La media de la OCDE fue del 30%.
En el lado contrario se sitúa Chile, donde los impuestos al consumo suponen algo más de la mitad (50,5%) del total de la recaudación tributaria. Por detrás se sitúa Hungría (43,9%) y Letonia (41,6%).
Por otro lado, si se tiene en cuenta el peso que tienen los impuestos sobre el consumo respecto al total del producto interior bruto (PIB), España se sitúa como el duodécimo país en el que menor peso tienen, con un 9%, por delante de Luxemburgo (8,5%), Colombia (7,6%), Canadá (6,9%), Costa Rica (6,9%), Australia (6,5%), México (6,5%), Japón (6,4%), Corea del Sur (6,3%), Irlanda (5,1%), Suiza (4,7%) y Estados Unidos (3,9%). La media de la OCDE es del 9,9%. Hungría fue el país en el que este tipo de gravámenes tienen un mayor peso en el PIB, con un 15,8%, por delante de Finlandia (13,5%) y Dinamarca (13,4%).
Si se tiene en cuenta solamente el impuesto sobre valor añadido (IVA), en España supuso en 2020 el 17,1% del total de ingresos tributarios, frente a un 20,2% de media en la OCDE. El país en el que menos porcentaje de la recaudación supone este gravamen es Australia (12,4%), mientras que en el que más es Chile, con un 41,1%.