El presidente del Gobierno está ya de lleno en campaña electoral. En la rueda de prensa de balance del semestre (que ha ocupado el espacio previsto para la presentación de los Presupuestos Generales de 2016 recién aprobados en Consejo de Ministros“, Mariano Rajoy ha aprovechado para alardear de los frutos de la bajada de impuestos este año, a la que atribuye parte de la recuperación, y asegurar que si sigue gobernando ”plantearemos nuevas rebajas de impuestos si las cosas van bien“.
Así, el presidente aprovecha para anunciar medidas que ni siquiera estarán recogidas en las cuentas públicas aprogadas hoy y que se convierten de facto en un puro y duro programa electoral de promesas para la próxima legislatura.
Rajoy se ha aferrado a esta promesa ya que el resto de medidas electoralistas ya habían sido adelantadas en la última semana. Ayer mismo, la subida de un 1% del sueldo de los funcionarios.
El Ejecutivo no ha podido anunciar una subida de las pensiones que hubiera deseado y se ha limitado a reconocer que las prestaciones subirán un 0,25%, el mínimo legal establecido. La fórnula actual, el factor de sostenibilidad, no permitía otra subida mayor y el Ejecutivo la ha intentado esquivar con otras medidas como complementos de pensiones a mujeres con hijos.
En la rueda de prensa apenas ha dado más detalles de las cuentas públicas del próximo ejercicio y será Cristóbal Montoro el que rinda cuentas el próximo martes. Ha adelantado que el 53,5% es gasto social, frente al 52,7% del año pasado. El grueso de este gasto social se lo llevan las pensiones, como el presidente ha reconocido luego, las pensiones suponen 39 euros de cada 100 que gasta el Estado. Con todo, cabe recordar que las pensiones son salarios diferidos que proceden de las cotizaciones que aportan los trabajadores y que suben de forman incesante por las mejores prestaciones que se pagan (debido a que se generan con bases de cotización cada vez mejores) y por el envejecimiento de la población.