“No di ninguna indicación a nadie, no estaba capacitado porque no soy experto en marketing ni publicidad”. El ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y vicepresidente del Gobierno con José María Aznar (PP), Rodrigo Rato, ha negado este lunes en el juicio sobre el origen de su patrimonio haber maniobrado para que las agencias Publicis y Zenith se hicieran con millonarios contratos de publicidad de Bankia, la entidad que dirigió entre 2010 y 2012.
Durante casi dos horas de interrogatorio, Rato ha tratado de confrontar la tesis de la Fiscalía, que sostiene que sabiendo que los gastos de publicidad con motivo de la expansión de la marca y su salida a bolsa iban a ser elevados, el exbanquero trató de “sacar provecho económico personal”. Anticorrupción afirma que a través de Kradonara, su sociedad patrimonial, el expolítico y exbanquero se habría embolsado una comisión de 835.025 euros por mediar para que esas dos agencias se hicieran con contratos publicitarios de Bankia en 2011 y 2012 valorados en unos 50 millones de euros.
Para ello, siempre según el relato de la Fiscalía, se “sirvió” de personas de su confianza como su secretaria personal desde 1983, Teresa Arellano; el administrador de varias de sus empresas familiares, Miguel Ángel Montero; el que fuera su ‘número dos’ en Caja Madrid, José Manuel Fernández Norniella. Todos ellos se sientan ahora en el banquillo junto otra decena de personas.
En su tercera y última sesión de interrogatorio, Rato ha negado haber tenido participación en el proceso de elección de esas dos agencias y se ha desvinculado de todas las decisiones que se adoptaron en relación con la difusión de la marca Bankia, así como de los detalles de la campaña de publicidad que se puso en marcha durante la salida a bolsa. Según ha detallado, era el departamento de Comunicación el que se ocupó de todo el proceso: de seleccionar a las agencias y medios a escoger una marca.
En este sentido, Rato ha asegurado que, aunque era uno de sus miembros, “nunca” asistió al llamado Comité de Medios, donde se adjudicaron esos contratos. “Me parecía que como presidente del Consejo de Administración tenía que mantener distancia con decisiones concretas (...). Recibía información suficiente cuando las cosas pasaban al Consejo de Administración. Y a mi me permitía no involucrarme en decisiones concretas”, ha afirmado a preguntas de su abogada. El pasado miércoles 10 de abril, en el primer día de interrogatorio, ya anunció que no respondería a las preguntas de las acusaciones.
Rato carga contra la directiva que le señaló
Lo afirmado este lunes por Rato contrapone la versión de la que fuera directora de Comunicación de Bankia durante parte de su mandato al frente de la entidad, Pilar Trucios. En su declaración como testigo, esta directiva le atribuyó la decisión final sobre la contratación de las empresas encargadas de la publicidad de la salida a Bolsa.
Ante el tribunal, Rato ha relatado que aunque fue él quien contrató a Trucios, la relación se fue tensando porque ella no era una persona resolutiva, sino “más bien emocional, de mucha lágrima”. En un momento dado, la degradó poniéndola a las órdenes de Teresa Arellano, con quien él llevaba trabajando varias décadas. “Se tomó la decisión mucho peor de lo que yo esperaba, tuvimos tensiones, lágrimas. Pero yo no podía ni quería dar marcha atrás”, así que acabó despidiéndola.
Una decisión que, según Rato, “le supuso un gran favor porque le permitió cobrar una indemnización” de 1,2 millones de euros, según Efe. Y que, años después, ha utilizado para cargar contra ella en el juicio por el que se expone a una condena de más de 70 años por delitos de fraude fiscal, blanqueo y corrupción en los negocios. “Me pareció que era una salida financieramente muy generosa y lo que he comprobado es que mantiene herida abierta”, ha dicho sobre su antigua colaboradora.