El sueldo del consejo de administración de Prisa, encabezado por su presidente ejecutivo, Juan Luis Cebrián, suscitó un rechazo sin precedentes en la Junta General de Accionistas que la editora de El País celebró el pasado viernes.
Según consta en la web de Prisa, la política de retribuciones del máximo órgano de gestión de la compañía en 2016 y para este ejercicio fue el punto del orden del día que menos apoyos concitó en la asamblea. Aunque recibió el apoyo de algo menos del 68% del capital, votaron en contra un 27,6993% de los accionistas, mientras que un 4,32% se abstuvo.
Es el porcentaje de rechazo más alto desde que en 2012 Prisa empezó a someter este asunto a votación con carácter consultivo. El mayor porcentaje de votos negativos registrado hasta ahora databa de la junta del 28 de abril de 2014. Entonces, votó en contra el 19,71% de los accionistas y a favor, algo más del 80%.
En 2016, tras registrar unas pérdidas de 67,9 millones de euros, la retribución del consejo de administración de Prisa fue de 5,753 millones, frente a 5,911 millones un año antes. El presidente de Prisa recibió 1,762 millones (frente a 2,061 millones en 2015), desglosados en un salario fijo de 1 millón y un variable de 692.000 euros, ligado al resultado de explotación, al flujo de caja y a la facturación de los negocios digitales de Prisa.
El sueldo de Cebrián, que incluye el pago del alquiler de una casa en Madrid por 48.000 euros (4.000 euros mensuales), fue ligeramente inferior al de sus homólogos de cotizadas del sector de los medios de comunicación con beneficios multimillonarios, como Silvio González, de Atresmedia (2,38 millones de retribución) o Paolo Vasile, de Mediaset (2,03 millones).
La capitalización de Atresmedia ronda los 2.300 millones de euros y la de Mediaset supera los 3.600 millones, mientras que el valor bursátil de Prisa, tras el desplome de los últimos meses (ha perdido un 54% de su valor desde enero), no llega actualmente a los 190 millones y es incluso inferior al de Vocento. En 2018, la compañía debe hacer frente al vencimiento de 965 millones de deuda y la fallida venta de Santillana complica ese objetivo.
En los últimos meses, un grupo de accionistas de Prisa, encabezados por el fondo buitre Amber Capital, ha maniobrado para tratar de forzar la destitución de Cebrián como primer ejecutivo de la compañía, hasta ahora sin éxito. Cebrián renovó como consejero de la compañía por otros cuatro años en la Junta de 2016 y tiene pactada una compensación de seis millones en concepto de “complemento de jubilación” que cobrará cuando expire su actual contrato como ejecutivo, en 2018, “o en el caso de una extinción anticipada del mismo por cualquier causa, aunque el consejero cese por su propia voluntad”.
La relación de Cebrián con Prisa terminará el 31 de diciembre de 2020, aunque está previsto que pierda el poder ejecutivo al finalizar 2018, tras lo que se iniciará un proceso de transición de poder en la compañía.
Relevo del consejero delegado
En la junta en la que el pasado viernes los accionistas aprobaron las cuentas de Prisa con el 95,67% de los votos, Cebrián anunció el relevo del todavía consejero delegado del grupo, José Luis Sainz, que lleva en el cargo desde 2014 y será sustituido a partir de septiembre por el hasta ahora consejero delegado de El País y Prisa Noticias, Manuel Mirat.
Durante la junta, Cebrián indicó que “es la voluntad de esta empresa ajustar las remuneraciones a la situación de la propia empresa. Pretendemos revisar la política salarial de los puestos directivos”, indicó, al tiempo que recordó que los ejecutivos del grupo han reducido sus retribuciones un 30% y que la compañía es consciente de que “también hay que remunerar el talento y la responsabilidad como es debido”.