La reforma laboral reduce la temporalidad entre los jóvenes el doble que en la población general

David Noriega

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La reforma laboral ha conseguido reducir la temporalidad entre los jóvenes hasta el doble que en la población asalariada total. Y lo ha hecho, además, mientras se reduce la tasa de desempleo y se mantiene la de actividad. Son los resultados del estudio '¿Las reformas laborales han reducido la temporalidad de los jóvenes?', del Observatorio Social de la Fundación La Caixa, presentado este martes.

En concreto, el trabajo indica que la reducción de la temporalidad juvenil fue del 10,4% en el segundo trimestre de 2022, ya con la reforma laboral a pleno rendimiento, y del 21,2% en el mismo periodo de 2023. El análisis, con datos de Eurostat, constata también una baja de este indicador, tradicionalmente característico del mercado laboral español, en la población general, aunque en menor medida: fue de un 4,5% y un 9,5%, respectivamente.

“La temporalidad contractual ha bajado de forma notable en los jóvenes españoles a partir de la reforma laboral de 2021” que, “lejos de incentivar una ola de destrucción de empleo, esta limitación legal de la contratación temporal ha venido acompañada de un ciclo de creación y consolidación de puestos de trabajo”, indica uno de los coautores del estudio e investigador del Centre d'Estudis Sociològics sobre la Vida Quotidiana i el Treball de la Universitat Autónoma de Barcelona, Alejandro Godino. El experto señala que esta situación “contrasta con los resultados infructuosos de anteriores reformas para limitar la temporalidad en España”.

La reforma labora limitó el uso de contratos temporales, muy habituales en España, restringiendo los motivos que pueden justificar esta fórmula, que hasta entonces muchos empresarios utilizaban para cubrir puestos estructurales, bajo la apariencia de contratos por obra y servicio. Actualmente, las empresas solo puede recurrir a estas contrataciones para sustituir a otras personas trabajadoras o por causas imprevisibles, como picos de actividad, o previsibles pero de muy corta duración. Los últimos datos de empleo ilustran esta mejora: de los 1,3 millones de contratos firmados en mayo, el 43% eran indefinidos, cuatro veces más que antes de la nueva legislación.

Si la población general ha visto reducida su temporalidad laboral, son, en buena parte, los jóvenes quienes tiran de ese hito. De hecho, este grupo ha conseguido reducir la enorme brecha que España mantenía con la media europea. “Si en 2019 más de la mitad, el 55%, de los empleados españoles menores de 30 trabajaban de forma temporal frente a un 36% de los jóvenes europeos, ahora ambos grupos se sitúan en torno al mismo porcentaje, el 34,4% en Europa y el 36,2% en España”, indica el investigador, que lo atribuye “a que la reforma ha servido para reducir el uso estructural de los contratos temporales en actividades y situaciones que no lo requieren”.

La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, celebraba a principios de este mes que el empleo juvenil había crecido un 15,4% desde 2019, casi seis puntos por encima del conjunto de la economía española. “Ve especialmente reducida su temporalidad, algo que disminuye en todas las franjas de edad y sectores y que aporta estabilidad a nuestros jóvenes”, indicaba.

El estudio, impulsado por la Fundación La Caixa, no es el primer espaldarazo que recibe el Gobierno a cuenta de la reforma laboral. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó hace un par de semanas un informe en el que reconocía que la legislación laboral aprobada en diciembre de 2021, con el visto bueno de los sindicatos y la patronal, “ha dado lugar a una gran reducción de la incidencia de los contratos temporales” que “no se tradujo en una disminución del empleo, ya que fue compensada con creces por el aumento de los contratos indefinidos”.