El regulador bancario mundial impondrá normas más duras para las entidades que inviertan en bitcoin

Diego Larrouy

10 de junio de 2021 22:28 h

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El bitcoin y otras criptomonedas se han convertido este 2021 en un producto de inversión tan de moda como controvertido. Los bancos centrales, en su mayoría, se están situando en contra de este tipo de activos, mientras que la banca comercial y de inversión todavía no encuentra su discurso al respecto. Mientras algunas entidades, especialmente en EEUU, han comenzado a ofrecer servicios vinculados a las criptomonedas, otras, como las españolas, evitan tomar posiciones o incluso las critican, a la espera de conocer cómo se regularán en el futuro. Sin embargo, los primeros movimientos de algunos bancos han motivado al Comité de Basilea, regulador que une a bancos centrales y supervisores de todo el mundo, a buscar una vía para evitar que su futuro crecimiento se convierta en un problema para el sistema bancario mundial.

En este comité participan desde la Reserva Federal de EEUU al BCE y el Banco de España, pasando por el Banco Popular de China, y sienta algunas de las bases de la regulación bancaria, especialmente las que afectan a su solvencia. Este organismo, cuya dirección se reunió el pasado viernes, ha anunciado esta semana que va a abrir un periodo de consultas con todas las partes interesadas para buscar un modelo de supervisión y obligaciones para evitar que se convierta en un foco de riesgo para la estabilidad del sistema bancario internacional.

El comité señaló en un comunicado que, aunque la exposición de los bancos a estos criptoactivos “es actualmente limitada”, el crecimiento continuado, la innovación en estos productos y en servicios relacionados, unido al “creciente interés de algunos bancos”, podría “incrementar la preocupación sobre la estabilidad financiera y los riesgos para el sistema bancario si no se le da un tratamiento específico”. Basilea considera que este tipo de activos aumentan los riesgos de protección al consumidor, lavado de dinero, financiación al terrorismo y la huella de carbono.

Este jueves, el organismo ha ampliado la información sobre la consulta pública, aunque avanza que “la naturaleza de rápida evolución de los criptoactivos”, llevará a tener que hacer más consultas en el futuro. La premisa desde la que parte la Comisión de Basilea es que existen dos tipos de criptoactivos que necesitan de dos tratamientos de control distintos en cuanto a las inversiones de los bancos. El primero de ellos hace referencia a ciertos activos como las criptomonedas estables, que en principio están diseñadas para reducir el impacto de la volatilidad y que el comité considera que se pueden incorporar a los modelos de control ya existentes. En segundo lugar se encontrarían las criptomonedas, entre las que destaca el bitcoin. “Dado que estos plantean riesgos adicionales y mayores, estarían sujetos a un nuevo tratamiento prudencial conservador”, defiende el Comité de Basilea. De acuerdo con este plan, este organismo otorgaría a estas operaciones el mayor riesgo que contemplan sus normas, obligando a reservar más capital en su balance por cada euro invertido en criptomonedas. Quedan fuera las monedas digitales que están desarrollando los bancos centrales, como el euro digital.

Cabe recordar que varios de los bancos centrales que participan en este comité han mostrado ya públicamente su rechazo a estos activos, como el propio Banco de España. También el BCE, en lo que respecta a Europa, se ha mostrado escéptico con las criptomonedas, al tiempo que está desarrollando un euro digital. Por poner un ejemplo sobre la posición del supervisor bancario europeo, hace unas semanas concedió Isabel Schnabel, miembro de su comité ejecutivo, una entrevista en el alemán Der Spiegel, donde señaló que “en nuestra opinión, es incorrecto describir bitcoin como una moneda, porque no cumple con las propiedades básicas del dinero. Es un activo especulativo sin ningún valor fundamental reconocible y está sujeto a oscilaciones masivas de precios”.

Pero, ¿qué están realmente haciendo los bancos? No hay una respuesta única para esta pregunta ya que la gran banca internacional todavía no ha centrado sus estrategias respecto al bitcoin y el resto de las criptomonedas. En el caso de España, ninguno de los cinco grandes bancos ha avanzado una posición respecto a las criptomonedas y por el momento evitan ofrecer productos de inversión en estos activos a sus clientes, aunque sí se muestran atentos a qué sucede con iniciativas como el euro digital. Los fuertes y continuos cambios de precio (volatilidad), así como la incapacidad para poder hacer previsiones a futuro en base a información pública, como ocurre con otros productos, hace que las divisiones de análisis de estas entidades ni siquiera lo tengan incluido en sus recomendaciones de inversión, como señalan desde Bankinter.

Un caso algo distinto es el de BBVA, el único banco español al que sí se le conocen ciertos movimientos en materia de criptomonedas. El banco, a través de su filial de inversión en empresas en crecimiento, entró hace años en el capital de Coinbase, una de las mayores plataformas de compraventa de criptomonedas que ha protagonizado recientemente una multimillonaria salida a Bolsa. Aunque el banco no ha facilitado la plusvalía de esta operación, se estima que será significativa, pese a tener apenas menos del 1% de las acciones. Además, desde el año pasado, BBVA cuenta con un servicio de criptomonedas, aunque únicamente para los clientes de banca privada (grandes patrimonios) en su filial suiza. El banco se muestra favorable a abrir este servicio a otros mercados siempre y cuando cumplan con “las condiciones adecuadas” de regulación, madurez y demanda.

Goldman Sachs y JP Morgan, los primeros en apostar en las criptomonedas

Es en EEUU donde distintos grandes bancos se están moviendo para tomar posiciones ante el crecimiento que perciben en el mercado de las criptomonedas. El caso más significativo es el de Goldman Sachs que anunció en mayo que ofrecerá a ciertos clientes algunos productos concretos vinculados al precio del bitcoin, aunque sin ser directamente la compraventa de este activo. En concreto, ha diseñado un complejo producto derivado basado en los precios futuros esperados de este criptoactivo.

No es el el único banco que se ha adentrado en estos productos en EEUU. Otra de las grandes entidades del país, Morgan Stanley, fue la primera en el mes de marzo en comenzar a ofrecer fondos vinculados a las criptomonedas. Eso sí, solo para los clientes con mayores patrimonios y con “alta tolerancia al riesgo”, según avanzó en su día la cadena especializada CNBC. JP Morgan, otra de las entidades importantes del país, también prevé lanzar en los próximos meses un fondo de inversión en criptomonedas. State Street o Citigroup son otras entidades que han anunciado su interés en ofrecer otros servicios. También las gestoras de fondos se están moviendo en esta línea, como recientemente ha informado Blackrock, quien dijo que estudiaría qué herramientas se podrían crear. Si bien, sigue existiendo ciertas reticencias en Wall Street sobre este mercado, al que muchos ven todavía como una burbuja.

En Europa es mayor el escepticismo y, aunque sí que existen algunos movimientos, prácticamente ningún gran banco del continente o de Reino Unido ha decidido lanzar una apuesta decidida sobre estos productos. Algunos, de hecho, han anunciado su rechazo frontal a la inversión en criptomonedas. Es el caso del HSBC, quien ha llegado a restringir determinadas operaciones de sus clientes en plataformas de intercambios de criptomonedas, tal y como informó Reuters. “Veo a Bitcoin más como una clase de activos que como un vehículo de pagos, con preguntas muy difíciles sobre cómo valorarlo en el balance de los clientes porque es muy volátil”, señaló el CEO el grupo, Noel Quinn. La francesa Société Générale es otra de las que se ha posicionado en contra de incluir este tipo de productos en las ofertas de inversión a sus clientes, según informó Expansión.

El bitcoin, la criptomoneda más famosa, ha dado en el último mes la razón a los supervisores que vienen avisando desde hace tiempo que es un activo muy volátil y con cambios fuertes de precio sin poder avanzarse bien cuál será su evolución futura. El furor de las criptomonedas durante el arranque de este año, impulsado por el multimillonario Elon Musk, fundador de Tesla, llevó a este activo digital a su récord de valor, al superar los 65.000 dólares. Sin embargo, semanas después, el propio empresario cargó contra el impacto climático de estos activos, a lo que le siguieron las críticas desde las autoridades chinas y estadounidenses. Con ello, el precio se desplomó a la mitad y actualmente cotiza en 37.400 dólares.

Algunos bancos, como el citado Société Générale, cuentan con que el precio de las criptomonedas como el bitcoin van a seguir a la baja en un futuro próximo, debido a las presiones de distintos organismos o la formulación de una regulación que afecte a su naturaleza. Esta misma semana Bloomberg, medio de referencia en Wall Street, advertía, citando a distintos analistas, que el precio del bitcoin puede caer hasta los 20.000 dólares, un precio sensiblemente inferior al actual.

Mientras, las criptomonedas han sido noticias esta semana después de que el Gobierno de El Salvador, presidido por el polémico Nayib Bukele, haya aprobado una ley para convertir el bitcoin en moneda de tránsito legal en el país. De este modo, el país latinoamericano se ha convertido en el primer Estado del mundo en equiparar una criptomoneda con sus divisas oficiales. La nueva norma, que obligará a los comercios del país a aceptar este método de pago, busca atraer inversiones, según señaló el presidente Bukele, en un contexto en el que la economía salvadoreña sufre por la presión sobre la deuda y las negociaciones con el FMI para lograr apoyo financiero.