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Los salarios frenan el ritmo de subidas en 2024 pese a que no se han recuperado del mordisco de la inflación

Miles de personas recorren las calles de Málaga, en la manifestación del Primero de Mayo.

Daniel Yebra

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Después del mejor año para los sueldos de los trabajadores desde 2008 —con un aumento medio del 5,3% en 2023 gracias a la creación de empleo de calidad—, los salarios frenaron el ritmo de subidas en el arranque de 2024 en España. Los sueldos crecieron (siempre en promedio y en cálculo interanual) un 4,8% en el primer trimestre de este año, según la estadística de la Agencia Tributaria de “Ventas, Empleo y Salarios en Grandes Empresas y Pymes [conocida como VESGEP]”.

Esta subida del 4,8% permite seguir recuperando poder adquisitivo. Además, es superior al 3% de avance que recogen los convenios por el efecto composición de creación de puestos de trabajo menos precarios (mejor pagados y más estables). Aunque ni un cálculo ni otro todavía son suficientes para equilibrar el histórico 'mordisco' de la inflación al bolsillo de los trabajadores en 2021 y, sobre todo, en 2022. La inflación entre enero y marzo de este 2024 fue del 3,1% en nuestro país. En el conjunto del año pasado, la inflación fue del 3,5%, mientras que los sueldos aumentaron un 5,3%.

La estadística VESGEP ofrece información agregada procedente de las declaraciones de IVA y de retenciones por rendimientos del trabajo (del IRPF) de las consideradas grandes empresas a efectos fiscales y de las pymes con forma de sociedad anónima y de responsabilidad limitada. En total, recoge datos de 1,1 millones de empresas (de las cuales solo 32.000 son consideradas “grandes”, aunque son responsables de la mayor parte del empleo privado y de la cifra de negocio total).

Poco a poco (y en promedio), los ingresos de los trabajadores (todas las percepciones salariales, en las que se incluyen los bonus puntuales, los nuevos puestos y los cambios de empleo) van recuperando parte del terreno cedido en lo peor de la crisis de la inflación. En 2022, la inflación fue asfixiante, del 8,4%, y los sueldos apenas mejoraron un 3,7%. La pérdida de poder adquisitivo fue histórica.

“Los aumentos experimentados en los tres últimos años reflejan la incorporación, incompleta, a los salarios de las subidas en el nivel general de precios que se han venido produciendo desde la segunda mitad del año 2021”, señala el propio informe de la Agencia Tributaria que acompaña a la actualización trimestral de las estadísticas de la actividad de las empresas. La ganancia de poder adquisitivo se puede medir más estrictamente con las incrementos recogidos por los convenios, que están siendo incluso más contenidos, al no recoger la composición de la creación de puestos de trabajo de calidad que sí incluye el cálculo medio de la Agencia Tributaria.

En 2021, de nuevo según la VESGEP, los salarios avanzaron un 2,8%, y la inflación ya se fue al 3,1%, principalmente por la escalada de los precios la energía. Eliminando del análisis el excepcional shock que supuso la pandemia en 2020 —marcado por la hibernación de muchos sectores durante meses y por las políticas públicas de protección de las rentas, de familias y empresas—, la atonía de los sueldos en España fue una constante hasta la exacerbación de la crisis de precios en en 2021 y 2022.

Frenazo de los aumentos salariales

Esa tónica de estancamiento de los ingresos de los trabajadores todavía no ha vuelto. Aunque el ritmo de subidas de los salarios dio su primera señal de agotamiento en el inicio de este 2024. El crecimiento del 4,8% fue el avance más modesto en un trimestre desde 2022.

Si se observa la evolución de los sueldos sector por sector, se detectan las mejoras más importantes en sectores que están creando mucho empleo y de calidad en la actual transformación de nuestro mercado laboral, como el de la “Información y comunicaciones [6,1%]” o el de la “Industria química y farmacia [6,6%]”. También en sectores en los que se cobra frecuentemente el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que el Gobierno de coalición ha elevado cerca de un 50% desde 2018 (año a año), como el de la “Hostelería y la restauración [5,7%]”.

Otros saltos por encima de la media se ven en el “Comercio minorista [6,8%]”. O en sectores 'retrasados', que se han visto más golpeados en 2023 y 2022 por la crisis de inflación y por las subidas de los tipos de interés del BCE, como la “Construcción [6%]” o como la “Agricultura, ganadería, silvicultura y pesa [6,3%]”.

Las menores subidas se observan en sectores como los “Servicios sociales, culturales, recreativos y otros [1,6%]”, y en otros donde ya hubo aumentos importantes en 2023 y 2022, como el del “Transporte y almacenamiento [2,2%]” o como algunos segmentos de la industria.

CCOO: “Hay margen para mejorar salarios”

La actualización de estos datos coincidió este lunes con la publicación de un informe de Comisiones Obreras que concluye que “hay margen para mejorar salarios y para reducir jornada en todas las empresas con independencia de su sector y su tamaño”.

“La mejora del Valor Añadido Bruto [el VAB, una forma de medir los beneficios de las empresas] y de la productividad [la eficiencia medida según la relación entre el VAB y las horas trabajadas] es generalizada entre empresas de todos los tamaños, tanto pymes como grandes, aunque es más intensa entre las que más facturan”, continúa este estudio.

Este informe ahonda en el reparto de la 'tarta' de la productividad, que tanto desde el mundo empresarial como desde los centros de análisis que comparten su visión, vienen insistiendo en que no es suficiente para rebajar el tiempo oficial de trabajo, según propone el Gobierno de coalición, o para seguir incrementando los sueldos en nuestro país.

“La productividad crece a mayor ritmo que los salarios. El crecimiento de la productividad real [restado el efecto de la inflación] entre 2018 y 2023 (+13%) es muy superior al de los salarios reales (+4%)”, incide CCOO. “Se ensancha la brecha ya existente desde hace décadas entre la evolución de la productividad y los salarios”, continúa.

Crucial para la resistencia del consumo

Las mejoras salariales son cruciales para la resistencia del consumo de las familias, y, por tanto, para el crecimiento de la economía (del PIB). “El consumo de los hogares fue uno de los principales soportes del crecimiento a lo largo de 2023. Su avance, del 1,8% en términos medios anuales, permitió que este agregado recuperase los niveles previos a la pandemia a finales del año”, detalla el Informe Anual del Banco de España, publicado recientemente.



“Entre los factores que han contribuido al avance del consumo, además de la existencia de una cierta demanda embalsada tras la pandemia —por ejemplo, en el caso de los vehículos de motor—, cabe destacar la fortaleza del mercado de trabajo y el dinamismo de las rentas laborales y de las entradas de inmigrantes”, añade la institución monetaria. “En concreto, el vigor de las cifras de creación de empleo y el repunte de los salarios, unidos a la senda de moderación de la inflación, habrían redundado en una cierta mejora en el poder adquisitivo de los hogares”, prosigue.

Los sueldos cobran más importancia si cabe si se tiene en cuenta que, sin duda, el asfixiante acceso a la vivienda es una amenaza para la resistencia del consumo de las familias, sobre todo de las más vulnerables, incluso pese a la moderación de la inflación, que acabará el año en tasas interanuales cercanas al 2% según las estimaciones.

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