El aumento salarial pactado en los convenios colectivos se mantuvo en el 2,4% en abril, solo unas décimas más que el registrado en marzo (2,36%). Se supone el menor avance de los últimos meses en un contexto de elevada inflación, del 8,4% interanual en abril, que deja a los salarios a gran distancia del auge de los precios. El escenario también es de incertidumbre por la guerra en Ucrania y de enfrentamiento entre las patronales y sindicatos en el debate salarial, que hizo que se rompieran las conversaciones para un acuerdo estatal hace unos días.
A falta de estadísticas sobre el avance del conjunto de salarios de los trabajadores y trabajadoras en estos momentos, que aún se demorarán mucho en su publicación, el Ministerio de Trabajo publica cada mes los datos de convenios colectivos, que permiten observar al menos cuáles son las subidas de sueldos pactadas en convenios colectivos sectoriales y de empresa.
Hasta abril, el aumento salarial fue del 2,4% de media, recogido en 2.037 convenios que afectan a algo más de medio millón de empresas y 5,4 millones de trabajadores y trabajadoras. El incremento medio se desglosa en un alza del 2,6% en los convenios de empresa y de un 2,4% en los de ámbito superior.
Por sectores, la construcción es el que ha pactado mayores alzas en las remuneraciones, del 3,15% de media, seguido de la industria, del 3,1%, ambos por encima de la media. Por debajo, se encuentra el sector servicios, con un incremento del 2,1% y, por último, la agricultura, del 1,8%.
Alzas sin un acuerdo a nivel estatal
Estos incrementos de remuneraciones se están pactando de manera aislada sin una referencia a nivel estatal entre patronales y sindicatos en el AENC (acuerdo estatal de negociación colectiva), que caducó en 2020 y que suele servir de marco para empresas y sectores en todo el país. El pasado jueves, CCOO, UGT, CEOE y Cepyme rompieron las conversaciones sobre el aumento salarial para este año, después de varias reuniones con posiciones muy enfrentadas.
Tras numerosos acuerdos en los últimos dos años, los agentes sociales no han logrado ponerse de acuerdo en los salarios. Más que la cifra de aumento para este año, el foco del conflicto entre empresarios y sindicatos radica en la reclamación de estos últimos de una cláusula de revisión de salarios según los precios. Una medida que hoy solo recogen el 16% de los convenios colectivos.
CCOO y UGT admiten que ahora se puedan acordar incrementos de remuneraciones más moderados respecto a los precios (que aumentan un 8,4% interanual), pero exigen que al final de este ejercicio y en el corto plazo –dos o tres años–, se actualice el aumento acordado a la evolución de los precios para que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo.
Tras la ruptura de la negociación, este martes se reúne el Comité Ejecutivo de la patronal CEOE para acordar la recomendación de subida salarial a las empresas del país. Este se situará por encima del 3%, según fuentes consultadas por este medio. Por el momento, solo una de cada cinco empresas ha pactado un aumento de sus salarios por encima del 3% para este año, según la estadística de convenios colectivos.
Los precios crecen con fuerza, más allá de la energía
Con estos incrementos salariales en los convenios, los trabajadores están perdiendo mucho poder adquisitivo. La inflación se situó en el 8,4% en abril, más moderada respecto a marzo –cuando rozó el 10%– dado el menor precio de la energía. Aun así, sigue siendo muy elevada y además presenta signos preocupantes.
La alta inflación ya no se explica solo por unos precios energéticos disparados, sino que el auge se ha contagiado a muchos otros precios. Se observa en el dato de IPC subyacente, que excluye los precios energéticos y de alimentos no elaborados (frutas, verduras...), que son más volátiles. Esta se disparó al 4,4% en abril, récord desde 1995.
Mientras, la inflación asfixia a millones de trabajadores con bajos salarios o con poca intensidad laboral en sus hogares, como contaban Estefanía, Antonio e Isabel en este reportaje. “Te das cuenta de que –por suerte– no estás en el paro y que no es que estés silbando, sino que estás ocho y diez horas diarias trabajando, las reglamentarias y además cogiendo trabajitos aparte. Y aun así no llegas”, denunciaba Isabel, trabajadora de ayuda a domicilio.