¿Salida a Bolsa de Liberbank? Nada más enunciar el tema de conversación se dibuja la sonrisa en la boca de cualquier agente bursátil. Por muchos esfuerzos que hagan es difícil que alguno encuentre un motivo de atracción en esta operación financiera. “Es una huida hacia adelante. El único camino posible, ya que es lo que impuso Bruselas a cambio de dar dinero para su rescate. Pero con la OPV de Bankia tan reciente ”es difícil que la operación convenza a alguien“, advierte Daniel Álvarez, analista de XTB.
La entidad, producto de la fusión de CajaAstur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, ha anunciado su intención de salir a cotizar en Bolsa el 16 de mayo, para “obtener capital que le permita seguir creciendo y dando préstamos a empresas y particulares”, según explicó su presidente Manuel Hernández, sin ningún tipo de pudor.
La realidad es que se pone a la 'venta' una entidad financiera rescatada por el Estado (acaba de recibir 124 millones de euros procedentes de Europa a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, FROB) y cuyos últimos datos publicados (hasta septiembre de 2012) muestran que tuvo unas pérdidas acumuladas de 1.620 millones de euros. Todo ello, para un banco que según publicó el FROB, el 8 de febrero tenía un valor patrimonial de 1.113 millones de euros. “Sólo un adicto al riesgo extremo podría apostar una mínima parte (nunca demasiado) de su capital en esta salida a Bolsa”, advierte Daniel Pingarrón, estratega de Mercados de IGMarkets.
Está claro que esta no es la mejor tarjeta de presentación para salir a captar los 300 millones de euros que se ha planteado como objetivo Manuel Menéndez. Mucho menos con el mal sabor de boca que dejó la ruinosa salida a Bolsa de Bankia, cuyas acciones han perdido casi el total de su valor.
Los más débiles
Los más débiles
¿De dónde sacar entonces ese dinero? Una vez más en esta crisis, los expoliados serán los más débiles. En este caso, ni siquiera se va a plantear una Oferta Pública de Venta (OPV) como hizo en su día Rodrigo Rato, e intentar convencer a inocentes clientes o arriesgados inversores institucionales. En esta ocasión el dinero necesario para esta salida a Bolsa lo van a aportar (sí o sí) los actuales propietarios de productos híbridos de la entidad. Es decir, aquellos que suscribieron participaciones preferentes o deuda subordinada cuyo capital será transformado en acciones. En total son 866 millones de euros, de los cuales 549 están en manos de minoristas y el resto, 317 millones de euros, pertenecen a inversores institucionales.
La oferta de canje de, los denominados, productos híbridos se presento el día 13 de marzo en la Comisión Nacional del Mercado de Valores. En este documento se invita al canje “voluntario” de los títulos, que en función de cual de la tres cajas de ahorros de ahorro procedan pueden ser cambiados por el valor nominal íntegro o llegar a perder hasta el 39%. La CNMV aceptó el folleto de canje pero, eso sí, ha advertido que la operación puede implicar pérdidas para quienes acudan a ella. “La venta inmediata en el mercado de los valores recibidos implicaría una pérdida sobre el importe originariamente invertido”, asegura el organismo que preside Elvira Rodríguez en un comunicado público.
Sin voluntarios, el FROB aplicará un canje forzoso.
Todo en ocho días
Por si esto no fuera suficiente, la capacidad de reacción que se ofrece a los clientes propietarios de preferentes es casi nula. Primero, por lo ajustado de los plazos; apenas ocho días laborables, los que van del 14 al 26 de marzo. Segundo, porque el FROB todavía no ha publicado cuál es su última valoración de la entidad y, por lo tanto, se carece de la información total necesaria para valorar la operación. Y tercero, y más importante, porque en realidad nadie está interesado en que los propietarios de bonos o preferentes analicen nada.
La voluntariedad de la que se reviste el proceso es sólo eso, un tupido velo sobre la realidad. Ya que, en la documentación presentada en la CNMV se advierte de que “en el caso de que la oferta voluntaria no alcance un 90% de aceptación, el FROB ejecutará un canje con su propia valoración”. Algo así como decir a los niños que si no se comen la verdura por noche, el plato les estará esperando para desayunar al día siguiente. Y entonces, el trago será aún más difícil. Así lo ha advertido también la CNMV: si los inversores no aceptan la recompra voluntaria y se recurre a la imposición del FROB, “podría resultar en una pérdida de valor superior a la que resultaría de la oferta de recompra voluntaria”.
“Esto podría llegar a considerarse conflicto de intereses, puesto que el FROB es propietario de la entidad y por lo tanto está interesado en que la valoración sea la más alta posible”, advierte Jordi Ruiz de Villa, abogado especializado de Jausas.
A las denuncias también se ha sumado la Asociación de Usarios de Banca, Adicae. “Es falso que el canje planteado por Liberbank suponga la recuperación del 100% de los ahorros de los propietarios de preferentes y deuda subordinada”, asegura su portavoz Javier Contreras.
Lo que parece incomprensible a estas alturas de la crisis es que, mientras una comisión política está investigando la dudosa salida a Bolsa de Bankia, se vuelva a poner sobre la mesa una operación financiera que tiene todas las papeletas de convertirse en ruinosa para aquellos a los que se les impone.
Porque que nadie se engañe, las posibilidades de sacar un beneficio a las acciones de Liberbank son mínimas. De momento, el canje definido por el FROB es de 1,1 euros por acción. “Aunque el precio final no se fijará hasta días antes de la salida a Bolsa, no cabe esperar que sea muy diferente al de Bankia. 1 céntimo si finalmente triunfa la tesis de Bruselas o 10 en el mejor de los casos”, advierte Daniel Pingarrón. Y las esperanzas de que el dinero no quede atrapado también son muy escasas. “Sólo si contratan a una entidad financiera que cuide las acciones durante los primeros días será posible venderlas, porque estaría obligada a comprarlas para que no se hunda el valor (es lo que hicieron con Bankia). Pero es que todavía ni siquiera se sabe si se designará o no ese cuidador”, asegura Daniel Álvarez de XTB.
Y a todo esto conviene añadirle una de las grandes lecciones de esta crisis: a largo plazo no todo sube, ni los pisos ni las acciones muy baratas.