Dos décadas de negociación. Y esta próxima semana los ministros de Economía del Mercosur –Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay– viajan a Bruselas para intentar dar un impulso definitivo. Las posibilidades de cerrarlo son escasas, en tanto que requiere del visto bueno de los 28 miembros de la UE, además de su negociación con el Parlamento Europeo.
Pero la Comisión Europea tiene el mandato de negociar, y Pedro Sánchez, Angela Merkel, Antonio Costa (Portugal), Andrej Babis (República Checa), Mark Rutte (Países Bajos), Stefan Lofven (Suecia), Krisjanis Karins (Letonia) han difundido este viernes una carta dirigida al presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, en la que piden que la UE huya de “populismos y proteccionismos” con el fin de llegar a un acuerdo aprovechando el “contexto político de los países” de la región, que incluye la presidencia brasileña en manos del ultraderechista Jaír Bolsonaro.
“No es un acuerdo con Bolsonaro”, dicen fuentes diplomáticas españolas, “sino con Mercosur, y lo que se pide en el acuerdo es que se cumplan los objetivos climáticos de París para las dos partes”.
Sin embargo, la oposición al cierre del acuerdo comercial con Mercosur tiene varios frentes. Por un lado, el presidente francés, Emmanuel Macron, junto con Charles Michel (Bélgica), Leo Varadkar (Irlanda) y Mateusz Morawiecki (Polonia) difundieron también su propia carta dirigida hace tres días a Juncker, también, en la que precisamente alertaban de los riesgos “para el sector agrario y ganadero” europeo, lo que es tachado de “proteccionista” en la carta de Sánchez.
Pero también hay oposición en los movimientos sociales. Más de 340 organizaciones han hecho esta semana un llamamiento a que la Unión Europea “detenga inmediatamente las negociaciones comerciales con Brasil”.
“Firmar un tratado comercial con el actual gobierno de Brasil va en contra de todos los principios de derechos humanos y ambientales que reivindica la Unión Europea: este es un momento crucial para que el liderazgo europeo demuestre que respeta sus principios y que no negociará acuerdos comerciales que socaven el acuerdo climático de París ni los derechos humanos”, ha afirmado Shefali Sharma, directora del Instituto para la Agricultura y la Política Comercial-Europa.