El negocio de las aseguradoras no cerró en 2020 el mejor de sus años. La pandemia provocó un desplome de sus ingresos, que cayeron más de un 8% frente al ejercicio anterior, afectados por el freno de la actividad económica. Muchas de sus líneas de negocio se desplomaron por culpa del freno económico que provocó la pandemia. Aunque no todas. Precisamente, en un contexto de crisis sanitaria, los seguros privados de salud vivieron un nuevo año al alza. Un crecimiento que venía de años anteriores pero que se ha acelerado en el último ejercicio, al tiempo que se reproducían las olas de la COVID-19. Casi 470.000 personas contrataron uno de estos seguros y sus ingresos crecieron en más de un 5%.
Y en lo que se refiere a los seguros privados de salud, una comunidad sobresale sobre el resto. Es el caso de Madrid, la región de España con una mayor penetración del negocio privado en este campo. Según los datos del centro de estudios estadísticos del sector, ICEA, cerca del 37% de los madrileños contaba con un seguro de este tipo al cierre de 2020. La penetración de este negocio en la región no ha dejado de crecer en los últimos años. Descontando las ciudades autónomas, la siguiente región con un peso mayor de ciudadanos que apuestan por la sanidad privada es Catalunya, por debajo el 32%.
Las dos comunidades protagonizaron algunos de los episodios más destacados de recortes de gasto sanitario público en el pasado y sus datos contrastan con los de otras regiones donde el peso de los seguros privados de salud es muy inferior. Es el caso de Cantabria, donde solo el 7% de la población opta por esta vía de atención sanitaria o Navarra, donde se sitúa en el 10%. La media española se sitúa en el 23%, muy por debajo del caso de Madrid y Barcelona.
Los distintos Gobiernos populares que han dirigido la Comunidad de Madrid en los últimos 15 años hicieron bandera de un modelo sanitario basado en reducir el gasto público y apostando por la entrada de empresas privadas en la gestión de los centros hospitalarios públicos. Estos recortes, muy contestados por parte del colectivo de trabajadores sanitarios y la Marea Blanca, se han recordado en el último año en la gestión de la pandemia y los problemas de asistencia que han tenido los centros de salud y hospitales madrileños.
De hecho, aunque Isabel Díaz Ayuso haya convertido el hospital Isabel Zendal en una de sus banderas electorales de cara al 4 de julio, lo cierto es que su Gobierno ha tenido que echar mano de la red privada sanitaria para poder atender a los madrileños durante los peores momentos de la pandemia. A comienzos de este mismo año, en plena tercera ola de la pandemia, la Consejería de Sanidad tuvo que pedir ayuda a los hospitales privados ante el colapso de la sanidad para atender pacientes en UCI. El propio Ejecutivo de Díaz Ayuso informó que pagaba 748 euros por cada día que los pacientes pasen en planta y 2.048 euros por cada jornada que pasen en una UCI.
Los recortes de gasto público durante las últimas décadas en Madrid dejan a la Comunidad como la que menor porcentaje de su PIB destina al gasto público. En 2019, últimos datos recogidos por el Ministerio de Sanidad, el Gobierno madrileño destinó únicamente el 3,7% a la sanidad. Únicamente Catalunya se situó relativamente cerca de Madrid, al destinar el 4,9%. Estos datos contrastan con los de otras comunidades como Extremadura (8,6%) o Asturias y Castilla-La Mancha (7,6%). La media española es el 5,6%, dos puntos por encima de Madrid.
Al tiempo que la Comunidad de Madrid apostaba por apretar el cinturón al gasto público sanitario durante todos estos años, los seguros privados de salud se han ido haciendo más fuertes en la región. Al cierre del año pasado, casi 2,5 millones de madrileños tenían contratado un seguro de asistencia sanitaria y su penetración ha pasado del 32,9% a casi el 37% de la población durante los últimos cinco años. Estos datos no incluyen los seguros de subsidio de salud, aquellos que contratan los autónomos para cubrir sus bajas sanitarias y se refieren exclusivamente a aquellos destinados a la atención sanitaria.
Bien es cierto que el negocio privado sanitario ha crecido en todas las comunidades pero los datos señalan a Madrid por encima del resto. Un dato que muestra la fuerte presencia que tienen en Madrid los seguros privados de salud es su relación con el resto del país. Madrid es la tercera comunidad más poblada de España, contabilizando el 14% del total de los españoles. Sin embargo, es la región con mayor penetración de estos seguros, aglutinando casi una cuarta parte del total de los asegurados en España (el 22,4%, concretamente).
Los datos muestran que, en plena pandemia del coronavirus, los seguros privados han acelerado su expansión en la Comunidad de Madrid. De las 470.000 personas que han pasado a estar cubiertas por estos productos en España, en torno a 150.000 fueron en Madrid, más que ninguna otra comunidad y suponiendo en torno a un tercio del total. Por ponerlo en contexto respecto a otros años, 2020 multiplicó por dos el ritmo de contratación que hubo de seguros privados en Madrid en 2019 y el triple del que se produjo en 2018. Solo Andalucía suma un mayor incremento que Madrid en los últimos seis años, si bien la tasa de penetración en esta comunidad sigue por debajo de la media española.
En el sector asegurador argumentan, sin aludir a su vinculación con los recortes sanitarios, que hay distintas razones que sitúan a Madrid en cabeza de los seguros privados de salud. Entre ellos destacan que las cifras incluyen a aquellos funcionarios de la Administración General del Estado que optan por las distintas mutualidades privadas frente a los servicios públicos y el efecto capital hace que muchos de ellos estén en Madrid. Se estima que hay cerca de 1,8 millones de funcionarios adheridos a estas mutuas. Apuntan además que buena parte del crecimiento cosechado en los últimos años se ha debido a que cada vez más empresas incorporan seguros como complementos retributivos para sus trabajadores.
Pese a que se aluda a otros factores, lo cierto es que se reivindica por parte de estas empresas su presencia en las comunidades con menor gasto público por habitante. La fundación Idis es una asociación que aglutina a grupos hospitalarios privados y aseguradoras. En un informe realizado el año pasado, en plena pandemia del coronavirus, esta organización apuntaba que pese a “no existir una correlación estadística” determinadas comunidades autónomas “que cuentan con una mayor penetración del seguro privado, como Madrid y Cataluña, pueden disponer de un menor presupuesto sanitario público per cápita que la mayoría de las comunidades autónomas de nuestro país, a pesar de tener el mayor número de grandes hospitales y de alta complejidad”.
La patronal Unespa elude poner en común ambos datos pero defienden que hay 11 millones de personas “que pagan por un seguro de salud en España y que, por lo tanto, no consumen los servicios sanitarios públicos”. “El ahorro de costes para la Administración que genera el seguro privado es, por lo tanto, evidente”, añaden. “La sanidad pública y la privada no son rivales, sino que se complementan”, zanjan al respecto.
Aunque en el sector se evite valorar la relación del auge del seguro privado con el gasto público en sanidad, se ve una constante en la comparación de distintas estadísticas. Madrid lleva dos décadas siendo la Comunidad que menos PIB ha destinado al gasto sanitario según las estadísticas del Ministerio de Sanidad. El máximo porcentaje del PIB destinado a este campo fue en 2011, con el 4,2%, y desde 2016 se ha mantenido casi sin cambios en el 3,7%. Desde ese año y hasta la fecha, la penetración del seguro privado ha aumentado en casi cinco puntos.
Son distintos los registros estadísticos que dejan al sistema sanitario madrileño como uno de los que menos gasto público tienen. Durante la pandemia se ha constatado los problemas que tiene la atención primaria y la acumulación de trabajo que han tenido, dificultando en ocasiones la detección de casos y la prevención de contagios. Las mismas estadísticas del Ministerio de Sanidad recogen que es la región que menos porcentaje de gasto sanitario destina a esta rama de la salud. Fue el 11,2%, lejos, por ejemplo, de Andalucía, donde se llega al 18% o la media nacional, por encima del 14%.
Años de recortes, de externalizaciones y de conciertos con gestores privados han llevado a que en Madrid el 41% del total del gasto sanitario que se produce es privado, según el estudio de Idis. Esta cifra tiene en cuenta el gasto que hace la Comunidad de Madrid en los conciertos sanitarios. En este caso Madrid sí tiene un territorio que le supera, Catalunya. En esta comunidad el gasto privado supera el 50% del total. Ambas se encuentran muy por delante del resto de comunidades autónomas, especialmente Cantabria y Extremadura, donde menos de un 25% del gasto total lo cubre el sector privado.
Un negocio que no deja de crecer
El seguro privado de salud es un negocio al alza desde hace años aunque ha pisado el acelerador en el último ejercicio, no solo en Madrid. La presidenta de la patronal Unespa, Pilar González de Frutos, reivindicaba este negocio en la presentación de los resultados del sector del pasado año y celebraba que a raíz de la pandemia, ramas como los seguros de salud o de decesos, habían “revitalizado” el interés por el seguro. “El seguro de salud se ha ganado su sitio a pulso, pues su actitud, su capacidad de servicio y de respuesta durante estos últimos meses son dignos de reconocimiento”, celebraba la directiva, que insistía en el mensaje de que esta rama “no resta ni divide”.
Aunque Madrid fue el paradigma del modelo sanitario de recortes y de entrada del sector privado, la última década deja en toda España un boom de los seguros privados de salud. Si en 2011 eran 8,7 millones los españoles que contaban con algún contrato de este tipo, en 2020 superaron por primera vez los 11 millones, lo que supone un crecimiento del 26% desde entonces. Este incremento ha sido impulsado en los últimos cinco años por Andalucía, la Comunidad que más clientes ha captado para los seguros privados; la propia Madrid o Catalunya.
El crecimiento es todavía más importante si se acude a los datos de facturación un 43,5%, hasta situarse por primer año por encima de los 9.000 millones de euros. Solo durante el año de la pandemia, en un contexto en el que el negocio asegurador perdió terreno, esta rama de actividad cosechó casi 500 millones de euros más de facturación. A falta de datos distribuidos por comunidades, el ránking nacional de aseguradoras en el negocio de la salud privada está encabezado por SegurCaixa Adeslas, un grupo compuesto por Mutua Madrileña y CaixaBank. Este gigante de la sanidad privada controla casi el 29% del total de los ingresos del sector. Le siguen Asisa, Sanitas, DKV y Mapfre. Estos cinco grupos controlan casi tres cuartas partes del total.