Narcís Serra, expresidente de Caixa Catalunya -ahora CatalunyaCaixa-, ha asegurado hoy que desde un principio defendió el cambio del equipo directivo de la entidad, comandado por Josep Maria Loza, aunque ha evitado señalar culpables de la situación de la antigua caja y ha subrayado que el “gran responsable de lo que ha pasado es la crisis y el paro”.
Serra, que ejerció la presidencia de Caixa Catalunya entre los años 2005 y 2010, ha abierto la segunda sesión de comparecencias ante la comisión de investigación creada en el Parlamento catalán sobre las entidades financieras con una defensa de su actuación durante esos años.
Ha explicado que meses después de acceder a la presidencia de Caixa Catalunya observó que casi todo el crédito se destinaba al sector inmobiliario y que la entidad no gozaba “del estado de salud que suponía”, por lo que consideró “absolutamente necesario” cambiar a su equipo de gestión y dar un giro “radical” a su modelo de negocio.
Ha negado que hubiera “politización” en Caixa Catalunya y ha argumentado que, como presidente, no tenía funciones “ejecutivas” en la entidad, pero ha evitado echar las culpas de los problemas de caja, ahora en manos del Estado, al ex director general de Caixa Catalunya Josep Maria Loza o bien al expresidente de CatalunyaCaixa Adolf Todó.
Respecto a la tesis de Todó de que el 95 % de los problemas de la entidad son culpa de Loza, ha asegurado que él no pensaba fijar porcentajes, porque entendía que no era un “buen camino”, y ha añadido: “Espero que Loza y Todó no se enfaden. No son tan importantes como para tener estos porcentajes. El gran responsable de lo que ha pasado es la crisis y el paro”.
Durante toda su comparecencia, Serra ha sostenido que “es mejor analizar a fondo las causas” antes de fijar “responsabilidades personales”, porque los problemas de las antiguas cajas no son resultado de una conducta individual, sino de un sistema “que ha fallado” y de la magnitud de la crisis.
“Si no se hubiera producido la crisis, el plan del equipo de Todó habría bastado para resolver los problemas (de la entidad)”, ha concluido, y ha asegurado que hizo “lo que pudo” por Caixa Catalunya.
De Loza ha asegurado que “no se le puede acusar de negligente”, aunque llevara a Caixa Catalunya a una política “demasiado abierta” al inmobiliario.
Sin embargo, ha dicho que Antoni Serra Ramoneda -entonces presidente de la entidad- y Josep Maria Loza “se equivocaron” con la apuesta de la entidad por el inmobiliario, aunque el modelo diera réditos a corto plazo.
Al ver los problemas de Caixa Catalunya, Serra se reunió a mediados de 2006 con la Generalitat y con la Diputación de Barcelona, a las que transmitió “la necesidad de un cambio en la entidad”.
Este apoyo “era necesario” porque la legislación catalana de cajas, ha recordado, impedía a los presidentes de estas entidades tener carácter ejecutivo.
Sin embargo, ha explicado que luego llegó a una inspección del Banco de España y que creyó oportuno esperar a su conclusión para plantear el relevo en la dirección, y que el propio Banco de España consideró luego que aquella caja tenía los mismos problemas que otras.
El exvicepresidente del Gobierno y exdirigente del PSC ha asegurado que la compra de la aseguradora MNA a mediados de los noventa está en el origen de los problemas inmobiliarios de la antigua caja, porque aquella operación provocó perjuicios de 35.000 millones de pesetas a Caixa Catalunya que la entidad intentó paliar luego con la concesión de créditos inmobiliarios.
Por otra parte, a preguntas de los grupos parlamentarios, ha afirmado, al igual que hizo hace un año en su comparecencia en el Congreso, que la remuneración que recibió Loza al dejar el cargo, unos diez millones de euros, le parece “rotundamente excesiva”, y que hizo “lo posible para reducirla”.
Preguntado por la colocación de participaciones preferentes, ha asegurado que no se sentía responsable, y ha comentado también que en su etapa como presidente se potenció la fórmula del alquiler para evitar los desahucios.
El diputado de la CUP David Fernández ha tildado de “ladrón” y de “especulador” a Serra y le ha recordado que en Islandia se ha acabado encarcelando a banqueros, mientras que Serra le ha reprochado los insultos y ha negado haber “hundido una caja”.