Sucedió hace un mes: un encofrador que trabajaba en las obras de un colegio en Alcobendas (Madrid) caía desde una altura de nueve metros y moría. Más o menos en las mismas fechas, tres obreros se intoxicaron cuando trabajaban en un aparcamiento, también en Madrid, y un trabajador forestal fallecía mientras sofocaba un incendio en Asturias. Son algunos de los accidentes laborales ocurridos en las últimas semanas, algunos con resultado mortal. Si durante la crisis la siniestralidad descendió considerablemente debido, sobre todo, a la caída de la población ocupada, las estadísticas reflejan ahora un repunte que los sindicatos consideran preocupante y que no corresponde con actividad económica que se registra, aún lenta.
La estadística del Ministerio de Empleo muestra un aumento casi generalizado de los accidentes de trabajo. Entre enero y mayo de 2014 se produjeron 196.807, casi un 4% más que en el mismo periodo de 2013. El aumento se produce en todos los sectores excepto en la construcción, donde desciende ligeramente, y es especialmente llamativo en la agricultura, donde crecen un 18%. Más clamorosa aún es la escalada de los accidentes mortales, que suben un 58% en la agricultura, y un 25,8% en la industria.
Hay otro dato que sirve como referencia: los índices de incidencia, que calculan el número de accidentes por cada mil trabajadores y que tienen en cuenta la afiliación a la Seguridad Social. Desde 2007 hasta 2012, los índices de incidencia de la siniestralidad descendieron cada año. Es en 2013 cuando se rompe esa tendencia y la incidencia de los accidentes vuelve a crecer. Algo que está sucediendo también en 2014: entre enero y mayo el índice de accidentes ha subido un 3,8% respecto al año pasado. La incidencia de los mortales ha subido un 0,7%.
Para la secretaria de Salud Laboral de UGT, Marisa Rufino, hay dos factores fundamentales que explican esta subida. Por un lado, la precariedad: “La gente trabaja en condiciones más precarias, hay muchos contratos por horas o parciales, y en esas condiciones casi nadie recibe formación en prevención. Además, la precariedad hace que la gente denuncie muy poco si se está produciendo alguna irregularidad, la gente necesita comer”.
Por otro, la relajación de muchas empresas, que en aras de la reducción de costes y el aumento de la productividad a cualquier precio han dejado de lado la vigilancia y las medidas de prevención. “Lo ven como un coste, cuando se trata de una inversión que te puede evitar muchos problemas”, argumenta Rufino.
Los recortes también han hecho que muchas administraciones dejen de financiar y diseñar planes de prevención de riesgos laborales. La propia Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo ya está caducada: su vigencia terminó en 2012 y desde entonces no hay una nueva aprobada.
Falta de coordinación
Asturias es una de las comunidades donde la movilización contra la siniestralidad es más potente. Los sindicatos se manifiestan después de cada accidente laboral mortal y los agentes sociales se coordinan para llevar a cabo visitas a las empresas para comprobar el cumplimiento de la prevención de riesgos laborales y pasar partes a la Inspección de Trabajo si lo consideran necesario.
Aun así, el índice de incidencia en la comunidad ha aumentado y los sindicatos hacen patente su preocupación. En apenas tres semanas de julio, tres trabajadores forestales murieron y un operario de limpieza sufrió un accidente muy grave al caer de un tejado. El secretario de Salud Laboral de CCOO en Asturias, José Antonio Iglesias, habla de falta de coordinación de grandes empresas con sus subcontratas. “No se está invirtiendo en formación ni en equipos. Se impone la reducción de costes y ganar competitividad como sea”, añade.
También CCOO de Madrid ha alertado sobre el aumento de los accidentes y ha subrayado que muchos de los trabajadores accidentados pertenecen a subcontratas. “Es precisamente en verano cuando existe una mayor relajación de los empresarios en el cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales, por lo que es necesario que la Inspección de Trabajo intensifique las visitas programadas y controle al máximo la actividad laboral”, dicen.
La secretaria de Salud Laboral de UGT, Marisa Rufino, también reclama más medios para la Inspección de Trabajo: “Está dedicada sobre todo a la lucha contra el fraude, que está muy bien y es necesario, pero no hay que olvidar otras necesidades, como la seguridad en el trabajo”.