Uno de los términos más utilizados en la jerga económica de este 2018 ha sido el de las socimis. Estas empresas inmobiliarias con incentivos fiscales son las principales dinamizadoras, con permiso de los fondos internacionales, del auge del ladrillo en España después de la crisis. Prueba de ello es la proliferación de estas sociedades en Bolsa, que este año cierran con 20 nuevos nombres.
Con estas incorporaciones, 2018 termina con 69 sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria (socimi). Desde su aprobación por ley en 2014, este año que cierra pasa por ser el más activo en lo que a debuts bursátiles se refiere. Las 20 nuevas compañías de este tipo que han llegado en los últimos doce meses, superando a las 17 que hubo en 2017 y 2016 respectivamente.
Las socimis son empresas de inversión inmobiliaria que cuentan con un régimen fiscal específico. Abonan el 0% de Sociedades, a cambio de estar obligados a repartir dividendos que, en este caso sí, cotizarían al mismo nivel que otras empresas. Además, están obligadas a cotizar. Estas inmobiliarias están especializadas en alquiler de inmuebles, ya sea de viviendas, oficinas, locales comerciales o naves logísticas.
El último día del año deja el debut de las dos empresas que cierran la lista de las 20 nuevas cotizadas. Se trata de Arrienda Rental Properties, especializada en el negocio hotelero, y Vivenio, una sociedad especializada en vivienda, con 2.000 casas en cartera, y propiedad de la gestora holandesa de fondos APG.
Además de las 20 sociedades que han comenzado a cotizar este 2018, la última semana del año ha llegado con un intenso movimiento y otras tres compañías han recibido el visto bueno de Bolsas y Mercados, la compañía que gestiona el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) para empezar a negociarse. La más importante de estas es Euripo, la sexta socimi del fondo buitre Blackstone y que está especializada en vivienda. Las otras dos son Almagro y Urban View, ambas centradas igualmente en el negocio residencial. Con estas tres serán ya 72.
Además este año se ha producido un nuevo fenómeno y es que ya hay dos socimis españolas cotizadas en la Bolsa de París, que cuenta con unas exigencias inferiores para debutar respecto a las que aplican en el MAB. Es el caso de Logis Confort y Barings Core Spain. El parqué parisino se erige como un competidor al español en el futuro en la atracción de este tipo de compañías y buena parte de las que tienen pendiente salir estudian hacerlo en Francia y no en España, tal y como informó Cinco Días.
De las 69 compañías inmobiliarias de este tipo que existen en España, 64 están en el MAB, mientras que otras tres están en el mercado continuo –la Bolsa tradicional– y otras dos en el IBEX 35. Solo uno de los 20 estrenos bursátiles de este año han sido en el mercado continuo, Arima Real Estate, y el resto se han producido en el MAB. Este mercado alternativo está especializado en empresas de menor tamaño y en desarrollo.
El año se termina con algunas salidas a bolsa destacadas. Una de ellas fue la de Témpore, la socimi del banco malo Sareb. La sociedad que incorporó los activos tóxicos de la banca situó en esta empresa algunas de las viviendas en mejor estado que tenía y posteriormente la ha ido aumentando con nuevos inmuebles. En el último tramo del año ha abierto el proceso para la venta o la desinversión de parte de la compañía.
Protagonismo de Blackstone
Otro nombre remarcable fue el de Testa. Se trata de la mayor socimi de vivienda en alquiler de España que llegó al MAB tras ver fracasado su intento de salir a la Bolsa tradicional. Esta empresa estaba controlada por Santander y BBVA, y tenía participación de Merlin y Acciona. Posteriormente, ha sido adquirida al 80% por Blackstone, quedando el resto del capital en manos de la entidad que preside Ana Botín.
El fondo buitre ha protagonizado algunas de las operaciones más relevantes ya que, además de adquirir Testa, fue también el comprador de Hispania, la mayor socimi hotelera de España, que cotizaba en el mercado continuo. Si a ello se suman sus nuevos saltos al parqué, Blackstone termina el año con seis socimis en funcionamiento justo cuando el Tribunal de Cuentas ha condenado a la exalcaldesa de Madrid Ana Botella y a otros siete altos cargos de su Gobierno a pagar 25,7 millones de euros por vender 1.860 viviendas públicas protegidas a dos sociedades del fondo buitre a un precio por debajo de mercado.
El atractivo del mercado español del alquiler ha motivado la llegada de un número importante de fondos de inversión e inmobiliarias extranjeras buscando su hueco en un negocio que está en auge. Y en concreto Luxemburgo es un centro estratégico para este tipo de empresas ya que un tercio de ellas está controlada desde el ducado centroeuropeo, utilizado en ocasiones para invertir desde paraísos fiscales.