Han pasado casi tres semanas desde que se inició la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Jornadas en las que la comunidad internacional está tratando de asfixiar las finanzas del Gobierno de Vladímir Putin, sancionando a los oligarcas empresariales afines y frenando la actividad económica. En este último aspecto, sobre todo, a través de la salida de las empresas extranjeras, las multinacionales con filial o negocio en territorio ruso.
De momento, más de 300 compañías han suspendido o limitado su actividad en Rusia, según el listado que ha recopilado la Universidad de Yale y ha actualizado elDiario.es.
No todas estas compañías han cesado su actividad del mismo modo. La gran mayoría ha dejado de operar en ese mercado de forma temporal, otras han decidido romper los lazos con socios locales o frenado la compra de materias primas rusas, como es el caso de BP con el petróleo o de Boeing con el titanio.
Mientras, también hay multinacionales, como Danone, que se han limitado a congelar nuevas inversiones, pero que siguen activas en Rusia porque, aseguran, tienen una “responsabilidad” tanto con los productores de leche como con los ciudadanos a los que alimentan, justificó su consejero delegado, Antoine de Saint-Affrique, en declaraciones al diario 'Financial Times'.
No son medidas homogéneas por parte de todas las empresas que han anunciado pasos atrás en Rusia y, en parte, hay cierta presión por demostrar a la opinión pública que no se está de brazos cruzados.
“A pesar del coste de abandonar inversiones de calado y de la pérdida de negocio, hay un fuerte incentivo reputacional en retirarse”, ha explicado Jeffrey Sonnenfeld, responsable del Yale Leadership Institut, en un artículo publicado por 'Fortune'.
“Las compañías que no se retiren pueden enfrentarse con una ola de resentimiento por parte de la opinión pública estadounidense, bastante superior al que afrontan por otras cuestiones como el cambio climático, los derechos de voto, la reforma de la inmigración o la seguridad de las fronteras”, justifica. Además, señala una encuesta de la firma Morning Consult que cifra en un 75% el número de estadounidenses que demandan a las empresas romper los lazos con Rusia tras la invasión de Ucrania.
Limitada presencia de empresas españolas
En el listado de multinacionales que han decidido dejar el mercado ruso hay una reducida presencia de empresas españolas. A día de hoy, no llega a una decena el número de compañías que han comunicado un movimiento de salida. Entre ellas, cotizadas como el grupo de tecnología para el sector turístico Amadeus o el grupo textil Inditex.
Esta última ha sido una de las más relevantes porque tardó varios días en comunicar su decisión, que llegó tras los pasos anunciados por rivales como H&M, lo que le pasó factura en bolsa. Otras empresas de distribución, como Mango o Tendam (dueña de Springfield o Women'Secret) también se han marchado, aunque sea temporalmente.
Otra firma con capital español, el grupo aeronáutico Airbus, también ha dejado de vender y de cerrar contratos en Rusia, donde hasta ahora contaba con socios locales. El consorcio europeo, donde España suma algo más del 4% del capital a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) aseguró el pasado jueves, en un encuentro con medios, que ese cese de actividad, de momento, no va a suponer que traiga a sus fábricas españolas más actividad industrial.
En España también cotiza el grupo AmRest, de origen polaco y dueño de los restaurantes La Tagliatella. La multinacional comunicó la pasada semana que cierra los restaurantes que tiene en Rusia, como franquiciado, de las firmas estadounidenses KFC y Pizza Hut. De hecho, las cadenas de comida rápida, como McDonald's, son algunas de las que van a sufrir con este adiós, aunque sea temporal, porque son propietarias de los locales que operan en Rusia, lo que tendrá un efecto directo en sus ventas y resultados.
En cambio, hay empresas españolas, también cotizadas como Acerinox o Fluidra, que no han comunicado, al menos de momento, una decisión de cese de su actividad en Rusia.