El aumento de salarios está en el centro del debate económico, ante unos precios disparados y la guerra en Ucrania, que empeorará esta tendencia. En febrero, los convenios colectivos pactaron una subida salarial de casi el 2,3%, en concreto un 2,26%, lo que mantiene la senda de crecimiento de los últimos meses. La cifra sigue siendo muy inferior al aumento de precios, que registró máximos en tres décadas el pasado mes, del 7,4% interanual.
Los convenios colectivos registrados en febrero ascendieron a 1.694, según la estadística publicada este jueves por el Ministerio de Trabajo. Estos alcanzan a un total de 4,4 millones de personas trabajadoras. La gran mayoría, 1.325 convenios, fueron firmados en empresas, que –al contrario de lo habitual– acordaron mayores aumentos salariales (del 2,5%) que los de ámbito superior. El resto, 369 convenios colectivos, corresponde a la negociación sectorial y contempla un incremento salarial medio del 2,2%.
Si se atiende a los sectores económicos, los convenios de la construcción registraron aumentos muy superiores, del 4,9%. En la industria las subidas alcanzaron el 2,7%, mientras que en servicios fue del 2% y en el sector agrario, del 1,55%.
Por tanto, empresas y sectores productivos acordaron el pasado mes subidas superiores a las de enero (2%), frente a los aumentos registrados el pasado año que se mantuvieron bastante estables en torno al 1,5%, que fue el dato del cierre de diciembre.
El salto registrado en enero, y que continúa en febrero, tiene lugar en un escenario de gran pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. Los precios ya en 2021 estaban desbocados, principalmente por el auge de los precios energéticos.
Aunque se contemplaba como una subida de precios temporal, que se moderaría en primavera, la invasión rusa de Ucrania ha echado por tierra esas expectativas. Al contrario, ahora las previsiones pasan por un mayor incremento de precios. Sobre todo por los energéticos, pero no solo. También de otras materias primas, algunas claves para la industria y la agricultura que ya se están disparando. Y, en el horizonte, el riesgo de que la inflación se contagie a otros ámbitos de la economía y genere problemas mucho mayores.
La inflación marcó máximos históricos en febrero, del 7,4% interanual. Sin los precios energéticos, la inflación subyacente también aumentó, hasta el 3% en su caso. Por lo tanto, los trabajadores afectados por los convenios registrados el pasado mes –con el alza media del 2,25%– siguieron perdiendo poder adquisitivo de manera notable.
De todos los convenios, solo el 16% contempla cláusulas de garantía salarial: 277 convenios colectivos. Esta medida garantiza que, si los precios suben más del incremento de remuneraciones pactadas, se ajustan los salarios al final de un determinado periodo.
Las cláusulas de garantía salarial son la principal reclamación de los sindicatos CCOO y UGT en la negociación para alcanzar un gran pacto salarial con los empresarios en el AENC (acuerdo estatal de negociación colectiva). Una negociación que se prevé muy compleja y que este miércoles no tuvo apenas avances.
Las patronales de empresarios se resisten a ligar los salarios a la inflación y los sindicatos advierten que los trabajadores no pueden “pagar el pato” del aumento de precios solo sobre sus hombros. También recuerdan que el punto de partida, mirando qué ha ocurrido en años precedentes, no es el mismo, con una importante devaluación salarial y un aumento en los beneficios empresariales. En las primeras reuniones, se ha constatado que la negociación es “muy compleja”, apuntan fuentes sindicales.
Para prevenir un bucle inflacionista, por el que el aumento de precios se contagie en otros elementos de la economía, la mayoría de economistas recomiendan no trasladar de manera generalizada esta inflación disparada a los aumentos salariales que se acuerden ahora. Los sindicatos coinciden y no están pidiendo que la referencia para la negociación colectiva estatal en estos momentos sea de un 7%, pero reclaman que se contemplen subidas notables que permitan mantener el consumo interno en estos momentos y una cláusula de garantía salarial que, de cara a los próximos tres años, garantice que al final del periodo se ajustan los salarios a la inflación acumulada.
En un momento convulso para las noticias de economía, es más importante que nunca estar bien informado. Todas las repercusiones de la guerra de Ucrania en la economía mundial, explicadas desde un punto de vista riguroso y diferente.