Solidarios sí, pero sin aceptar imposiciones sobre las que no se ha consultado al Gobierno español. “España no apoya la propuesta de la Comisión Europea”, ha asegurado la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
“No nos pueden exigir un sacrificio sobre el que no nos han pedido opinión previa. No hemos vivido por encima de nuestras posibilidades desde el punto de vista energético. No vamos a permitir propuestas que nos exigen más que a otros países”, ha recalcado.
El Gobierno responde así al plan presentado por la Comisión Europea esta mañana, de cara al próximo invierno. Bruselas pide a los Estados una reducción voluntaria de gas en durante los próximos ocho meses –del 1 de agosto al 31 de marzo de 2023–, con la intención de reducir el consumo en un 15%. Esa reducción sería voluntaria pero, si Rusia cierra el grifo a la Unión Europea, dejaría de ser opcional para convertirse en obligatoria, aunque el plan aún lo tienen que aprobar los gobiernos de la Unión.
“Si hay interrupción del gas, lanzaremos una alerta”, ha anunciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Proponemos que cada Estado miembro reduzca un 15% su consumo, el equivalente a 45.000 millones de metros cúbicos de gas, y con esto conseguiremos atravesar el invierno sin demasiados problemas en caso del corte total del gas ruso”.
“Nos han dado un menú hecho”
“Cuando se pide apoyo y ayuda hay que trabajar con aquellos a los que se pide apoyo y ayuda”, ha apuntado. “No vamos a ser como otros en otros contextos”, ha asegurado Ribera en referencia a cómo se comportaron otros países europeos con España durante la última crisis financiera. “Pero nos han dado un menú diseñado sin preguntarnos nuestras limitaciones alimentarias”.
Teresa Ribera ha recalcado en varias ocasiones que España no respalda este plan y que la próxima semana llevará a Bruselas una propuesta de diálogo, basada en tres principios, “unidad, solidaridad y flexibilidad”. Irá a la reunión del Consejo de Energía con una fórmula de colaboración sobre lo que no tiene otro Estado de la Unión Europea, que “España es la puerta de entrada del 30% del gas natural licuado que llega a Europa. Por ello, de llevarse a cabo algún posible recorte, este gas que llega a España y sale a otros socios tendría que tenerse en cuenta. De hecho, ha asegurado que en el último mes, el 20% del gas licuado que ha llegado a España se ha ido a otros países.
“El debate del 26 de junio va a ser oportuno pero este no es un tema que deban tratar solo los ministros de Energía, también el Consejo Europeo”, es decir, los jefes de Estado y de Gobierno, al más alto nivel.
“Nuestra capacidad de almacenamiento está en más del 80% y el resto de Europa está en el 50%”, ha desglosado la ministra. La pasada semana, el gestor de la red gasista en España, Enagás, ya adelantó que las reservas de cara al invierno se están acelerando de forma significativa; como también se está incrementando el envío de energía a Francia. “España hizo un gran esfuerzo y hoy podemos ver el escenario con tranquilidad. No podemos ser optimistas porque Europa está en un momento dramático, pero España no lo está”, aseguró su consejero delegado, Arturo Gonzalo Aizpiri. “Somos el tercer país del mundo en plantas de regasificación. Fue una visión de un país periférico que estaba muy lejos de las redes de gasoductos”, lo que ha situado a España en situación similar a la de otros mercados con aislamiento geográfico, como Japón, Corea del Sur y Reino Unido.
Ribera también ha dejado entrever que, aunque la Comisión deje la puerta abierta a que países como España y Portugal, con una capacidad de interconexión limitada puedan recortar del 15% al 10% esa reducción del consumo de gas, esa opción tampoco es la preferida por España, porque lo que se busca es ser solidarios pero tener voz y voto en el marco que se defina.
“Inacción profunda” de la Comisión
Además, se exige a España y a Portugal un sacrificio que ha calificado como “desproporcionado” cuando llevamos “dos décadas pidiendo que se cumpla con la interconexión, incluidas medidas excepcionales”, ante lo que la Comisión Europea ha respondido con una “inacción profunda”, que ha convertido la península en “casi una isla energética”.
Pese a las críticas, Ribera ha repetido en varias ocasiones que España será solidaria y que pondrá a disposición de Europa todas las infraestructuras con las que contamos.
Al mismo tiempo, descarta cualquier posible corte de suministro. “Pase lo que pase las familias españolas no van a sufrir cortes de luz y de gas. Pase lo que pase, vamos a defender a la industria española”. “España ha hecho los deberes y hemos estado pagando más que los socios europeos” por tener unas reservas y una capacidad de regasificación que no tienen otros socios europeos.