Mientras que las aplicaciones de pago móvil de Apple y Android todavía no han llegado a España, la banca toma posiciones en este nuevo contexto y desarrolla las suyas propias. Los pagos a través del móvil aún están en fase introductoria -solo un 10% de los clientes digitales de la banca los habían utilizado según el último estudio de MasterCard- pero todo parece indicar que el futuro pasará por ello.
Así se configura como uno de los grandes desafíos para la banca a corto plazo en un momento donde hay cada vez más móviles con tecnología NFC -la que se necesita para esto- y con entre un 70% y un 80% de los terminales de pago preparados para el pago sin contacto. Bankia, BBVA, Caixabank o Sabadell ya han desarrollado aplicaciones para el pago móvil y Santander está realizando pruebas para su lanzamiento. Entre la gran banca solo Popular, que tradicionalmente ha captado a un público de mayor edad, no la tiene entre sus servicios.
“La banca lleva mucho tiempo trabajando en todo tipo de wallets pero ahora parece que los usuarios ya estamos acostumbrándonos a pagar con el móvil y es ahora cuando estas iniciativas están tomando mayor peso”, apunta Rodrigo García de La Cruz, codirector del Programa Directivo Innovación y Tecnología Financiera de IEB. “Además se está acelerando no solo por las fintech, sino por otras iniciativas importantes llevadas por las compañías de telecomunicaciones o por las grandes tecnológicas, como es el caso de Google Wallet o del Apple Pay”, añade.
El pago móvil volvió a ser uno de los temas que más se comentaron en el Mobile World Congress, donde se testan las tendencias del sector, y donde Samsung o Vodafone presentaron su apuesta por este tipo de aplicaciones. Así, David Alonso responsable de B2B de la compañía coreana en España explicaba a este diario que se espera que empiece a utilizarse en España en la primera mitad del año donde ya tiene acuerdos con Caixabank, Abanca, Sabadell o El Corte Inglés para que puedan introducir sus tarjetas en la app en una “iniciativa a nivel global”.
Pero más allá de estas aplicaciones realizadas por los fabricantes, los propios bancos no quieren perder el paso en este negocio. Bankia anunció a comienzos de mes que lanzaba su wallet con la que permitiría el pago móvil tras descargarse la aplicación. Entre las funciones añadidas al pago móvil que se pueden realizar con ella se encuentra la financiación de las compra, la gestión de las tarjetas, realizar recargas del teléfono móvil o traspasar dinero a la cuenta dentro del límite de crédito que se disponga en ese momento en la tarjeta.
Aplicaciones de pago móvil en la banca
El banco se sumaba así a otros que ya tienen en funcionamiento este tipo de apps como Caixabank, BBVA, Sabadell o Bankinter. La entidad catalana, además de su acuerdo con Samsung, tiene disponible para sus clientes con Caixabank Pay. Para utilizar esta aplicación es necesario un teléfono con sistema Android, se inicia sesión con los mismos datos de acceso de Línea Abierta, la plataforma de banca móvil del banco, y a partir de aquí hay que descargarse la tarjeta que se quiera utilizar y ya se puede pagar en las TPV habilitadas para ello. Para los pagos menores a 20 euros no es necesario introducir el número PIN.
BBVA dentro de su apuesta por la digitalización del sector también ha desarrollado una wallet para sus clientes tanto los de iPhone como los de Android. En el caso de esta entidad, entre las funcionalidades de la aplicación no es necesario entrar dentro de la misma para pagar sino que basta con acercar la pantalla. Por su parte, Bankinter dispone de lo que denomina “la tarjeta virtual móvil” que permite pagar en los datáfonos con esta tecnología y tiene un coste de diez euros al año. Está disponible solo para Android. Sabadell cuenta con su wallet ,disponible para los sistemas de Android y iOs, dentro de la cual se pueden introducir las tarjetas de la entidad y pagar en los comercios.
Para poder realizar este tipo de pagos es necesario tener un móvil con tecnología NFC, unas siglas que responden a la frase en inglés “near field communications” que se traduciría como comunicación de campo cercano y hace referencia a una tecnología de corto alcance inalámbrica. Aunque algunas entidades ofrecen la posibilidad de adaptar esto mediante una pegatina. Este es el caso de BBVA, Sabadell y de Caixabank, por ejemplo. Al ser de corto alcance, el teléfono tiene que estar pegado al terminal por lo que se elimina el riesgo de que alguien pase una tarjeta cerca del lector y se cobre sin querer.
¿Cómo funciona la seguridad de estos dispositivos?
Uno de los grandes retos para la implementación de este tipo de pagos es la seguridad, que suele ser un freno para el dinero que es en general temeroso. Entre las ventajas que apuntan los expertos del sector al hablar de este tema señalan que a la propia seguridad que se genera por la codificación de las tarjetas digitales se suma la del propio móvil junto a la de los códigos PIN que se solicita para los pagos (aunque en muchos casos este código no es necesario en los menores de 20 euros).
Dentro de la seguridad de las propias aplicaciones, la tendencia del sector está caminando hacia la conocida como tokenización de los datos para proteger la información del cliente sustituyendo el número de su tarjeta por un número diferente que en la jerga del sector se viene denominando token. Cuando un consumidor utiliza, por ejemplo, su dispositivo móvil para realizar un pago sin contacto, la transacción se autoriza utilizando este código en lugar de la numeración de su tarjeta.
La forma de funcionamiento de esta codificación hace que se transforme el número de la tarjeta en una cifra diferente, que además es diferente en cada aplicación donde se utilice, según explicaba Andrea Fiorentino, vicepresidente de Visa Europe, durante el Mobile World Congress. “La única manera de tener seguridad sin teclear el PIN cada vez que entras en la aplicación es que cuando pongas la tarjeta se genere un token”, apuntaba.
Otras iniciativas digitales de la banca
Además de las wallet para el pago móvil, la banca está desarrollando nuevas aplicaciones y estategias para librar la batalla en el medio digital. Con un fuerte incremento de las fintech -las empresas tecnológicas de finanzas- la banca se está armando para esta nueva batalla. Entre las apuestas concretas, Caixabank apostó por Imaginbank e ING lanzó Twyp. La primera es una plataforma digital para realizar banca online y enfocada sobre todo a los millenials mientras que la segunda es una aplicación para realizar micropagos entre usuarios a través del móvil. Un tipo de aplicación similar a la que tienen entidades más pequeñas como Liberbank Pay o BMN Pay.
La línea tecnológica que sigue BBVA, muy enfocado a la parte de banca digital, está orientada a la compras de startups. En Reino entró dentro de Atom Bank, un banco exclusivamente móvil que ha obtenido licencia bancaria en ese país. Una operación que suma a la realizada en 2004 cuando compró Simple en Estados Unidos, que ofrece una cuenta basada en una tarjeta y en una app que permite organizar los gastos.
Estas operaciones se producen en un momento en el que la banca tradicional va dando un giro hacia la parte tecnológica mientras las fintech, con una estructura más ligera que los grandes bancos, avanzan deprisa. El reto para la banca es ver si consigue avanzar al ritmo necesario para que no se escapen las startups financieras.