Los trabajadores del Banco Central Europeo (BCE) suspenden a Christine Lagarde, según la encuesta del sindicato mayoritario en la institución, IPSO, realizada a mitad de su mandato de 8 años. El 50,6% de los empleados cree que su presidencia es “pobre” o “muy pobre”, según este sondeo al que ha tenido acceso elDiario.es.
El sindicato realizó la encuesta a 1.159 de trabajadores de los 5.089 que tiene en total el BCE (incluyendo a los becarios, según el recuento de la insitución que decide la política monetaria de la eurozona). Los resultados evidencian el descontento con Lagarde porque no es “competente” y porque “la mayor parte del tiempo no se dedica a su cometido, sino a hablar de política y otro temas”, según resumen fuentes del sindicato.
Además, internamente, “Lagarde se comporta como una autócrata, del tipo haz lo que digo, no lo que hago”, y la plantilla está “muy insatisfecha con su gestión: el 73% de los empleados no la aprueba”, se puede leer en la encuesta.
“Pero los trabajadores tampoco estaban contentos con la forma en que Draghi y Trichet (los anteriores presidentes de la institución) gestionaron el BCE internamente. Aún así, consiguieron una buena calificación general porque priorizaron cómo desempeñaban su trabajo como banqueros centrales”, apuntan en IPSO.
Con Lagarde es diferente. De la encuesta se desprende que la francesa no tiene el prestigio de sus antecesores, “ni suficiente perfil técnico”, según incide el sondeo.
“El BCE es una institución basada en expertos y la plantilla valora mucho la competencia y la experiencia: este es un elemento clave de nuestra legitimidad profesional”, explican fuentes de la propia institución.
El suspenso de Lagarde se extiende a todo el Comité Ejecutivo, que completan el vicepresidente Luis de Guindos, el economista jefe y otros miembros, como la alemana Isabel Schnabel. La confianza para el 59% de la plantilla en el principal órgano del BCE es “baja o inexistente”. Aunque sobre Luis De Guindos no hay ninguna pregunta en concreto, “tampoco tiene mucha reputación”, confiesa a elDiario.es una fuente conocedoras de la elaboración de la encuesta.
Fuentes oficiales del BCE consideran que “el sondeo es defectuoso”. Según argumentan, “incluye temas de los cuales es responsable el Comité Ejecutivo o el Consejo de Gobierno [incorpora a los gobernadores de los bancos centrales de cada país del euro ], y no únicamente a la presidenta Lagarde”.
Además, critican que “parece que [la encuesta] podría ser completada varias veces por la misma persona”. La presidenta y el Comité Ejecutivo “están plenamente centrados en su mandato y han implementado políticas para responder a acontecimientos sin precedentes en los últimos años, como la pandemia y las guerras”, defiende un portavoz del BCE, en declaraciones a elDiario.es.
Por último, recuerda que la institución realiza sus propias encuestas, “de acuerdo con estándares profesionales, y continuarán haciéndolo”, que logran reunir “alrededor de 3.000 respuestas, frente a las cerca de 1.000 de IPSO”. La última, realizada en 2023, “muestra que el 80% de los empleados están orgullosos de trabajar en el BCE, el 81% se siente personalmente conectado y el 89% cree en la misión y el propósito de la institución”, finaliza el portavoz.
El error de la pandemia
Recientemente, un alto cargo de la banca central de la eurozona admitió que “Lagarde está algo constreñida desde que tuvo aquel tropiezo, casi al principio de su mandato [y en plena pandemia, en abril de 2020], cuando dijo: ”We are not here to close the spreads [“No estamos aquí para contener las primas de riesgo”, en inglés], y armó un lío tremendo en los mercados“.
“Entonces, como efectivamente hay debates en el seno del Consejo de Gobierno, pues ella tiene que ser muy cautelosa y creo que al final se ciñe a un mensaje y no se aparta de él, porque ya ha tenido alguna mala experiencia”, recalcó esta misma fuente, que prefiere no ser citada.
¿Bajada de los tipos de interés?
“Es probable que el BCE recorte los tipos de interés en verano”, dijo Christine Lagarde, el pasado miércoles a Bloomberg, en el Foro Económico Mundial, que se celebró en Davos (Suiza).
Lagarde echó un jarro de agua fría a las expectativas que apuntaban a un primer recorte de los tipos de interés en primavera o incluso en marzo. Según estas declaraciones, el BCE se mantendrá firme en su empeño por ahogar la economía para luchar contra la inflación, después del ciclo de subidas más agresivo de la historia del euro, del 0% de julio de 2022 al 4,5% actual, un máximo desde 2008 en el que los mantiene desde otoño.
A la institución que decide la política monetaria de la eurozona no le temblará el pulso pese a que este mismo lunes se confirmó que la economía de Alemania se contrajo un 0,3% en 2023 y a que el riesgo de recesión se extiende a toda la eurozona, con la excepción destacada de España.
La próxima reunión para decidir sobre los tipos de interés del Consejo de Gobierno se celebrará el próximo jueves 25 de enero, y sobre la mesa estará una clara moderación de la inflación en el final de 2023, un encarecimiento cada vez mayor de los préstamos y de las hipotecas que amenaza la actividad económica y la previsión de que la Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos) baje los tipos de interés bastante antes de verano.