Revisar la nómina puede evitar sorpresas en la declaración de la Renta

Los trabajadores reciben su nómina, y a veces hay algunos datos que pueden pasar desapercibidos. Y es que uno de los elemntos de este documento tiene especial importancia en la declaración de la Renta. Se trata del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), y de su correcta aplicación depende que la declaración salga a pagar o a devolver.
El IRPF es un impuesto progresivo, lo que significa que a medida que aumentan los ingresos, también lo hace el porcentaje de impuestos a pagar. Si no se aplican correctamente las retenciones en la nómina, el trabajador puede encontrarse con una sorpresa desagradable al presentar su declaración.
Un error en la retención puede salir caro
Si durante el año se ha aplicado una retención menor a la que corresponde, el contribuyente tendrá que abonar la diferencia en la declaración de la Renta. Esto puede suponer un pago inesperado y, en algunos casos, difícil de asumir. Por el contrario, si se ha retenido de más, la Agencia Tributaria le devolverá el exceso.
Para evitar estos imprevistos, es importante comprobar que el porcentaje de retención aplicado sea el correcto y realizar ajustes si es necesario. Un error en este cálculo puede afectar la economía personal a final de año.

Cómo comprobar si la retención es correcta
Para evitar problemas con Hacienda, es recomendable revisar la sección de “Deducciones” en la nómina, donde se especifica el porcentaje de IRPF que se está aplicando. Si hay dudas sobre si el importe es correcto, la Agencia Tributaria ofrece una calculadora de IRPF en su sede electrónica, donde cualquier trabajador puede introducir sus datos y obtener el porcentaje que le corresponde.
Además, este cálculo tiene en cuenta factores como el salario, el estado civil y las posibles deducciones por hijos a cargo o discapacidad. Realizar esta comprobación periódicamente puede ayudar a ajustar mejor la carga fiscal y evitar pagar de más o de menos.
El papel de la empresa en la retención
Las empresas están obligadas a aplicar las retenciones según los tramos impositivos establecidos por Hacienda. Sin embargo, los empleados pueden solicitar que se les retenga un porcentaje mayor si lo desean.
Esta opción es útil para quienes prefieren equilibrar su pago de impuestos a lo largo del año y evitar un desembolso inesperado en la declaración de la Renta. Para realizar este ajuste, basta con contactar con el departamento de Recursos Humanos de la empresa y solicitar una modificación en la retención.
La importancia de planificar con antelación
Con el inicio de la campaña de la Renta el próximo 2 de abril, muchos trabajadores empiezan a preocuparse por el resultado de su declaración. Para quienes quieren adelantarse, ya está disponible el simulador Renta Web en la Agencia Tributaria, que permite conocer de antemano si la declaración saldrá a pagar o a devolver.
Tener una estimación anticipada ayuda a tomar decisiones con tiempo, como ajustar la retención de los últimos meses del año o realizar aportaciones a planes de pensiones, que pueden reducir la base imponible.

Retenciones y circunstancias personales
El porcentaje de IRPF no es el mismo para todos los trabajadores, ya que depende de diversos factores como el salario, si se tienen hijos, si se está casado o si existen deducciones por discapacidad.
Además, los cambios en la situación personal pueden afectar el porcentaje de retención que corresponde. Un matrimonio, el nacimiento de un hijo o un ascenso en el trabajo pueden modificar el tramo impositivo aplicable, por lo que es recomendable actualizar estos datos con la empresa cuando se produzcan.
La Seguridad Social y otras retenciones
Además del IRPF, en la nómina también se reflejan otras retenciones obligatorias, como las contribuciones a la Seguridad Social para pensiones, desempleo o incapacidad. Aunque estas no afectan a la declaración de la Renta, son clave en la cotización para la jubilación y otras prestaciones.
Es importante conocer el destino de estas aportaciones, ya que influyen en derechos futuros, como la pensión de jubilación o el acceso a prestaciones por desempleo. En algunos casos, las empresas ofrecen beneficios adicionales, como seguros de salud o planes de pensiones privados, que también pueden influir en la fiscalidad del trabajador.
Ser previsor para evitar sorpresas
Aquellos que quieran evitar sobresaltos en la declaración pueden solicitar a su empresa que incremente la retención mensual de IRPF. De esta forma, se ajusta mejor el pago de impuestos a lo largo del año y se reducen las probabilidades de tener que pagar una gran suma al presentar la Renta.
Un simple vistazo a la nómina puede marcar la diferencia en la tranquilidad financiera del contribuyente. La planificación fiscal no solo evita problemas con Hacienda, sino que permite un mejor control sobre los ingresos y gastos anuales.
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