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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El turismo español tiembla ante el coronavirus: “La histeria colectiva nos va a costar muchos puestos de trabajo”

Todos piden calma. Tranquilidad. Dar una visión “positiva” del sector. Pero los hoteles españoles viven días de pánico causados por el coronavirus. “Esta histeria colectiva nos va a costar muchos puestos de trabajo”, resume un comercial de Madrid. “Ninguno queremos decir que vamos mal porque el efecto llamada crea más crisis. Estamos todos muy agobiados, hablando entre nosotros, pero a la gente le cuesta decirlo en público”.

El turismo de eventos y reuniones está parado estas semanas, al tiempo que los hoteleros miran de reojo a la primera gran cita de la temporada: Semana Santa, para la que quedan cinco semanas y media. Según datos recopilados por Mirai, un motor de reservas integrado en más de 1.500 hoteles españoles, las ventas para esa fecha han caído un 25% esta semana respecto a la misma del año anterior.

“Veníamos con una tendencia de reservas superior a 2019. Pero desde hace quince días, cuando salieron las primeras noticias importantes, la evolución es negativa”, señala Daniel Badenas, su director de operaciones. “La cancelación del Mobile World Congress hizo de altavoz sobre España: a partir de entonces, notamos bajadas de conversión. Eso, sumado al aumento de las cancelaciones, nos da un descenso en reservas netas del 35%”.

Las cancelaciones se han disparado esta semana hasta un 24%, muy por encima de lo normal. A medida que pasen los días y según evolucione la situación, podrían seguir aumentando: el cliente que compra por internet tiende más a cancelar a última hora que el de la turoperación. “Recomendamos a nuestros clientes, los hoteles, que flexibilicen sus políticas de cancelación”, continúa Badenas. “Hay que interpretar lo que la gente tiene en la cabeza, que es incertidumbre sobre cuánto va a durar”.

El mensaje del Gobierno, las patronales y los sindicatos era prácticamente unísono hasta este jueves, cuando por fin la secretaria de estado de Turismo reconoció que el virus va a tener “impacto directo sobre el turismo y la economía de toda España”. Unos y otros llamaban a la “prudencia” y hablaban de una simple “ralentización”. El temor es que suceda lo mismo que en Italia, donde las medidas del Gobierno —cancelar el Carnaval de Venecia, cerrar escuelas, prohibir manifestaciones y aislar los focos de contagio— provocaron una caída de hasta el 60% en las reservas.

“Dar una visión negativa del sector es aumentar el problema”, resume José María Mañaricúa, presidente de la Federación de Hostelería y Turismo de Las Palmas, en conversación con eldiario.es. “En Italia han sido tan transparentes que tienen un 80% de cancelaciones. Ha sido un desastre por la mala gestión del Gobierno, los medios de comunicación y las empresas, que se han desnudado. En casos de crisis, la recomendación es no dar malas noticias porque la gente entra en bucle”.

Los hoteles “invitan” a sus empleados a coger vacaciones

La realidad, sin embargo, se ha terminado imponiendo al discurso oficial. Con más de 260 casos diagnosticados, era previsible que los turistas dejaran de reservar o cancelaran sus viajes a España en algún momento. “Es de sentido común. Habrá familias que digan: tengo mi Semana Santa contratada, planificada, y debo evaluar si en ese destino tengo el mínimo riesgo”, continúa el director de operaciones de Mirai. “Es un elemento sensible. Ante la incertidumbre, la gente cancela o pospone la decisión de reservar. El efecto es el que vemos en los datos”.

Antes de que el virus se expandiera en Europa eran las firmas de moda y lujo las que temían una caída de sus ventas por falta de turistas chinos: son los que más dinero se gastan y los que no podían salir de su país. El Gobierno se apresuró entonces a “contextualizar” y explicar que China apenas supone un 0,9% del turismo. Ahora la cosa ha cambiado, porque las llegadas de turistas ingleses, franceses y alemanes (principales emisores) también peligran. La asociación de agencias de viajes más importante de Alemania se reunió este jueves con la consejera de turismo de Canarias y dio por perdida la reactivación de la demanda para Semana Santa “dada su inmediatez”.

Solo entre febrero, marzo, abril y mayo del año pasado vinieron a España 25 millones de turistas, el 30% del total de 2019. La cifra no ha dejado de aumentar en los últimos cuatro años. La única hotelera del Ibex, Meliá, señaló en sus cuentas de 2020 que “el primer trimestre se verá impactado de forma importante” a causa del brote, especialmente febrero, “y con ciertas probabilidades también el mes de marzo”. Meliá remitió sus cuentas el 26 de febrero, justo cuando llegó el coronavirus a Italia.

Otras grandes cadenas hoteleras españolas no se mojan demasiado, aunque internamente la previsión sea mala. En Marriott —la cadena estadounidense que compró a la española AC Hoteles— y en NH han “invitado” a parte de sus empleados a irse de vacaciones estos días ante el descenso de la producción. “Estamos evaluando todas las opciones posibles en pro de salvaguardar los distintos niveles de empleo”, señala Marriott de forma oficial. “El bienestar de nuestros empleados y huéspedes es de vital importancia”. Cadenas más pequeñas han obligado directamente a sus trabajadores a cogerse vacaciones en las próximas semanas, una medida que está aplicando parte del sector.

“En Barceló no hemos hecho nada así”, dicen desde el grupo mallorquín. “Hay hoteles cerrados que abrirán en abril, por Semana Santa. La división MICE (meetings, incentives, conferences and events o turismo de eventos) es la única que ha debido acusar cierto parón. Se producen aplazamientos como consecuencia de esta situación de psicosis”.

El efecto inmediato recaerá en el empleo. Los trabajadores temen despidos: el miedo ahora no es el virus, sino perder sus puestos. “Tenemos en la cabeza no lanzar mensajes negativos porque entonces irá todo peor”, añade otra trabajadora de una pequeña cadena hotelera. “Hay que intentar mantener la calma y decir que no pasa nada: si nadie escucha que se cancelan eventos, las empresas se lo piensan antes de cancelar el suyo”. A última hora del jueves, la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid envió un comunicado indicando que los hoteles madrileños han registrado un 24% de cancelaciones de media diaria entre el 24 de febrero y el 31 de marzo. La mayoría, de grupos empresariales que cancelan sus reuniones.

El turismo es el segundo sector que más contribuye en España, solo por detrás del comercio. “Si baja la ocupación, ya hay una pérdida de negocio”, dice Gonzalo Fuentes, responsable de hostelería de CCOO. “En hostelería hay muchísimos eventuales. Si ibas a contratar a alguien, si alguien termina el contrato... No queremos que una vez pase el virus la peor parte se la lleven los trabajadores”.

Desde este sindicato piden al Gobierno que, en caso de que haya expedientes temporales de regulación de empleo (ERTE), no se compute ese tiempo de paro al trabajador. “Que el Estado se haga cargo. Que el trabajador no sea el que pague el pato”, añade Ángeles Balue, secretaria de salud laboral. “Algo tendrá que decir Seguridad Social, pero como los ministerios ahora están divididos hay un vacío”.

Todos confían en el “buen tiempo”

Además de la “calma”, el sector repite la consigna de que esto afecta a toda la economía y no solo a ellos y de que hay que “destacar” y “poner en valor” la robustez de nuestro sistema sanitario.

“Somos un destino turístico seguro: no solo por la gente y el clima, sino por la seguridad y la sanidad”, decía ayer el presidente de la patronal hotelera CEHAT. “Se han hecho las cosas cuando se tienen que hacer y nuestra imagen turística no se ve tocada, sino reforzada. Generará confianza”. Esperan con optimismo la llegada del buen tiempo, porque si el coronavirus se transmite como la gripe disminuirá el número de casos en cuanto haga calor.

Aunque según la mano invisible del mercado una caída de la demanda provoca una caída de precios si la oferta (el número de camas de los hoteles) se mantiene, los expertos recomiendan no bajarlos esta vez. “Ahora mismo, que bajen los precios, es una salida hacia adelante que no va a tener efecto en la demanda”, concluyen desde Mirai. “¿El principal motivo de un cambio de destino es el precio o la seguridad de tu familia? Recomendamos a los hoteles que no los ajusten. Las familias que viajen en Semana Santa lo harán a un precio u otro. La clave es la flexibilidad de la contratación: llámales y di que les puedes guardar la plaza para otro día”.

¿Cuánto tiempo será capaz de aguantar el turismo español este chaparrón? “Si se prolongan las malas noticias, afectará al empleo”, considera el presidente de CEHAT. O, como resume un comercial de una gran cadena hotelera: “si se alarga tendrán que tomar medidas, porque esto no se sostiene por ningún lado”.

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