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Isabel López i Chamosa, exdiputada del PSC: “Conmigo se va el último obrero del Congreso”

Isabel López i Chamosa (Mondoñedo, Lugo, 1952), no ha obtenido escaño en estas últimas elecciones del 20 de diciembre. La diputada socialista entró en el Gobierno de 1996 con Felipe González y ha sido desde entonces parte del Pacto de Toledo, la comisión que debate la reforma de las pensiones. López i Chamosa asegura que con ella “se va el último obrero del Congreso”. Tejedora de profesión, se afilió a UGT en 1976 y pocos meses después al PSOE, y logró en 1996 su primera acta como diputada en el Gobierno de José María Aznar.

López i Chamosa no oculta su sorpresa por no haber logrado ser diputada en estos comicios. En las elecciones de 2011, el PSC logró 14 diputados por Catalunya, y en estas elecciones iba la número siete por Barcelona (con diez escaños en las últimas elecciones). Pero el tremendo varapalo que ha sufrido el partido socialista en Catalunya, con solo siete diputados, se la ha llevado por delante.

López i Chamosa no es un rostro conocido ni mediático. No es Irene Lozano ni Zaida Cantera. Pero en las cinco legislaturas que ha sido diputada en el hemiciclo, esta catalana de adopción ha sido una pieza clave en el sistema de pensiones actual.

Con ella se van dos imágenes claves del tipo de diputado socialista que hasta ahora se sentaba en la bancada en el Congreso. “Soy el último obrero”, se reivindica. López i Chamosa comenzó muy joven de tejedora, haciendo jerséis de punto en una empresa textil del cinturón industrial de Barcelona. Ninguno de los diputados del PSOE que han logrado un acta de diputado han sido figuras relevantes del sindicato.

Ha sido ponente en todas las leyes de la Seguridad Social que se han aprobado en España desde 1996 y una de las figuras más queridas del Pacto de Toledo, la comisión parlamentaria que se dedica a discutir y acordar, las reformas del sistema público de pensiones. Su papel en las reformas. “A veces me arrepiento de haber sido demasiado conciliadora para llegar a acuerdos”, reconoce la sindicalista. “Pero es que yo soy de llegar a acuerdos”.

La ya exdiputada tiene 62 años y le quedan diez meses para poder acceder a la jubilación anticipada, pero espera acogerse a una pensión transitoria que otorga el Congreso para poder pagar este período antes de retirarse. De los éxitos parlamentarios de los que está más orgullosa destaca las pensiones de viudedad, la revisión de las prejubilaciones que se hizo en 2002, y su papel de llave en los consensos del Pacto de Toledo.

Uno de los últimos acuerdos de los que se siente satisfecha es el pacto de la conocida como “recomendación cero” en la última reforma de las pensiones en las que se estipulaba que había una apuesta por un “sistema público de pensiones y de reparto”, la primera vez que desde el Parlamento se ha dejado por escrito esta afirmación con apoyo de la mayoría de las fuerzas políticas.

Soltera (aunque con pareja) y sin hijos, se sacó por la UNED una diplomatura en relaciones laborales que le ha permitido ejercer en el sindicato defendiendo a los delegados sindicales con problemas en la empresa. Con López i Chamosa se va una forma de hacer política de un tipo de diputado del PSOE muy representativo: mujer, sindicalista y obrera.