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7 antídotos para combatir la tristeza

Gozar de una buena salud mental puede ser tan importante, si no más, que estar en forma físicamente. La salud mental se relaciona con el raciocinio, las emociones y el comportamiento frente a diferentes situaciones de la vida cotidiana. También ayuda a determinar cómo manejar el estrés, convivir con otras personas y tomar decisiones importantes.

En ocasiones, factores fisiológicos o vitales pueden impedirnos alcanzar un buen estado de salud mental. Por ejemplo, tener que afrontar la pérdida de un ser querido o no sentirnos valorados en el entorno laboral. En situaciones de este tipo, es común que nos invada la tristeza y el desánimo, sentimientos ambos que afectan a nuestro equilibrio mental.

La tristeza puede llegar a afectar el desarrollo de una vida normal, pero adoptando determinados hábitos y actividades saludables podemos ayudar a su disminución o incluso prevención. Se trata de gestos sencillos, que cualquiera puede aplicar en su día a día, y en los que nos podemos apoyar para salir lo más pronto posible de un bache anímico.

1. Haz ejercicio

Mantener una actividad física regular no solo es beneficioso a nivel corporal, también lo es en el plano psíquico, pues su práctica genera las conocidas como ‘hormonas de la felicidad’, las endorfinas. Hacer ejercicio mejora nuestro optimismo y aumenta la sensación de euforia, al tiempo que incrementa la autoestima, por lo que se antoja como un antídoto perfecto contra la tristeza. Si nunca has hecho deporte, no se trata de que de la noche a la mañana te conviertas en el nuevo Usain Bolt, basta con escoger una actividad que te motive y practicarla de manera moderada y más o menos continua.

2. Aliméntate de forma saludable

La comida que tomamos influye directamente en nuestro estado de ánimo y capacidades cognitivas. Diversos estudios asocian la ingesta de ciertos alimentos ricos en grasas o azúcares añadidos poco saludables a una mayor incidencia de la depresión, la ansiedad y el estrés. Este último, de hecho, nos genera inicialmente una sensación de ‘subidón’, pero pasado ese momento de alegría nos produce fatiga y consigue que estemos menos alerta.

Deshecha, por tanto, esa idea de que ‘cuando se está mal, hay que darse caprichos’ y atiborrarse de helados, hamburguesas o chocolate. Lo ideal es que te decantes por alternativas saludables, como frutas, verduras o frutos secos, que contengan los nutrientes necesarios e imprescindibles para el buen funcionamiento del cuerpo, así como de la mente. No en vano, se ha demostrado científicamente que la dieta mediterránea, alta en grasas saludables, verduras y pescado, atenúa los marcadores inflamatorios, asociados a la aparición de algunas patologías mentales.

3. Descansa adecuadamente

La calidad y cantidad de tu sueño tiene un efecto directo sobre la salud. Descansar mal afecta a tus capacidades cognitivas, y también a tu vida social, pues según un reciente estudio de la revista Nature nos vuelve más solitarios.

Descansar adecuadamente permite a nuestro cerebro recuperarse y resetearse, al tiempo que favorece que la producción de hormonas esté en equilibrio. Cuando dormimos, el cuerpo se relaja y eso facilita la producción de melanina y serotonina. La falta de sueño, por el contrario, genera la liberación sostenida de la adrenalina y cortisol, las hormonas del estrés.

Pero, ¿qué podemos hacer para mejorar la calidad de nuestro sueño? Debemos atender a factores como la temperatura (lo ideal es que no haga demasiado calor en la habitación), la oscuridad (no permites que entre luz) o evitar usar dispositivos electrónicos que emanen la conocida como ‘luz azul’ minutos antes de irnos a dormir. La postura también es importante. Los estudios indican que la posición supina, es decir, boca arriba, es la que provoca mayores ronquidos. También está asociada a la apnea del sueño (fruto de los ronquidos) y a una mayor obesidad. Intenta, por tanto, evitar esta postura en la medida de lo posible y dormir boca abajo o de lado, la más natural.

4. Manténte ocupado

Mantener tu mente ocupada te ayudará a no pensar en los motivos que están generando tu tristeza. Es decir, te obligará a ‘desviar la atención’ de tu desánimo, y a dirigir tus esfuerzos y energías a otras tareas. Cualquier actividad es válida, desde reorganizar tus armarios a decantarte por hacer algo creativo, como un curso de pintura.

5. No rehúses el contacto social

En muchas ocasiones, cuando nos sumimos en una espiral de aflicción y pena, optamos por la reclusión en casa, rechazando el contacto con nuestros familiares y amigos más cercanos y sumiéndonos todavía más en la tristeza y apatía. Parece de Perogrullo, pero a menudo se nos olvida que el contacto social nos genera una sensación de bienestar. Un paseo por el parque o simplemente una charla con tu hermano pueden marcar la diferencia.

6. Fíjate metas y objetivos a corto plazo

Fijarnos metas sencillas a corto plazo contribuye positivamente de dos maneras a nuestro estado de ánimo. Por un lado, nos ayuda a organizarnos y estructurarnos; y, por otro, mejora nuestros niveles de optimismo al lograr su consecución. La clave, por tanto, es marcarse objetivos realistas que sepamos que vamos a poder llevar a cabo como, por ejemplo, perder algo de peso en dos semanas.

7. Incluye nutraceúticos en tu dieta

La nutracéutica es un término relativamente nuevo (fue acuñado en 1989) que hace referencia a todos aquellos compuestos que tienen una acción terapéutica sobre nuestro organismo. Se trata de productos de origen natural, que habitualmente se presentan a través de cápsulas o píldoras. Dentro de los nutracéuticos, encontramos una categoría muy amplia de productos, aunque todos ellos tienen algo en común: favorecen la salud, gracias a que contribuyen al tratamiento de enfermedades y previenen la aparición de las mismas.

Consultamos sobre este extremo a Narval Pharma, un laboratorio madrileño especializado en nutracéuticos. “Se trata de productos naturales sometidos a un proceso de biotransformación que dota a los mismos de una acción terapéutica que por sí solos no tienen”, nos explican.

Entre los nutraceúticos que comercializan, podemos destacar Afran un complemento nutricional que favorece el mantenimiento del buen humor. “Gracias al safranal que contiene, un compuesto orgánico procedente del azafrán, contribuye a mantener el equilibrio emocional. Asimismo, incluye magnesio, que ayuda a reducir el cansancio y la fatiga; y vitamina B6, impulsando el correcto funcionamiento de las funciones psicológicas”, indican desde los laboratorios.

Los 3mg de safranal que incluye Afran son muy difíciles de incluir de otra forma en nuestra dieta, lo que ejemplifica perfectamente por qué este nutraceútico se puede convertir en un excelente aliado contra la fatiga y la tristeza.

La tristeza es una emoción básica del ser humano y es completamente natural que se manifieste en nosotros, pero ten siempre presente que tu actitud y la adopción de hábitos como los que hemos mencionado pueden ayudarte a prevenirla y combatirla.