Los pasos hacia las aulas del futuro
Dentro de cien años, las clases de un colegio serán un espacio de tecnología total. Basta con observar a un niño o una niña de pocos años y ver cómo se maneja con una tablet o un smartphone, cómo absorbe esa nueva manera táctil, visual e interactiva de asomarse al mundo, jugar o aprender. Las aulas se convertirán en auténticas salas interactivas, algo así como la oficina de investigación de Tom Cruise en la película Minority Report.
Pero, claro está, no se va a producir una generación espontánea de sistemas tecnológicos adaptados a la educación. Desde 2013 y hasta ese hipotético futuro, hay que ir dando pasos reales. Para cubrir esos escalones, y dentro de ese campo, es donde incide el trabajo de Arduino.
Arduino es una plataforma tecnológica, y española, orientada específicamente a la educación. Un paquete completo de aparatos y lenguaje informático diseñado y desarrollado para utilizarse en las clases. Su cofundador, David Cuartielles, es quien traza esa imagen de los colegios del mañana a la que hay que ir aproximándose con realidades. “Todo el mundo piensa y sabe cómo será la educación del futuro: todos los niños con sus tabletas y aprendiendo desde ahí la complejidad del mundo. La pregunta es: ¿cómo llegar a ese punto?”.
Él mismo se contesta. Este proyecto es parte de la ruta. “Arduino trabaja para dar los pasos que desemboquen en un sistema educativo digital”, resume Cuartielles. La propuesta reúne la propia tecnología base de componentes electrónicos y hardware (conectores, entradas…), los accesorios para que alumnos y alumnas trabajen, y el lenguaje informático preciso (el software) para que todo ello funcione.
“Empezamos hace ocho años y entonces nadie imaginaba lo que hay actualmente en las aulas”, rememora el cofundador, quien asegura que esta metolodología digital está ya presente “en casi todas las universidades y cada vez en más centros de enseñanza secundaria”. Un proyecto y una tecnología como Arduino lo que acaba creando es una forma de enseñanza más próxima al futuro mencionado al inicio de este post que al libro de texto tradicional. “La interactividad puede aplicarse a muchas asignaturas, superando al libro físico”, vaticinan en Arduino.
Este emprendimiento –que fue recogido por el centro de innovación BBVA– trabaja con código y tecnología libre. “Es complicado sacar provecho económico de algo que a la vez regalas”, señala Cuartielles. El código es abierto, también la tecnología de los componentes e incluso “el conocimiento lo tratamos bajo Creative Commons”. Así que el modelo de negocio es un pequeño quebradero de cabeza. “Hay que situar la idea en un contexto adecuado. La educación puede ser un buen campo para desarrollar una actividad rentable, pero hay que tomárselo muy en serio”.