Entre las dificultades con las que se topan las personas con diversidades funcionales a la hora de hallar trabajo, no es pequeña la de un puesto adaptado. La adaptación de entornos físicos ha sido siempre una reivindicación de estos colectivos. Desde los rebajes en las aceras a los ascensores que permitan a las personas acceder a servicios como el metro. La accesibilidad ha estado en el núcleo de las reclamaciones porque, además, extendían su beneficio a más sectores de la sociedad: desde los ancianos a los lesionados temporales (¿quién no se ha visto con un esguince y unas muletas desesperado por moverse en la ciudad?).
Pero los trabajos simplemente accesibles son harina de otro costal. Si colocarse laboralmente ya es difícil para la discapacidad, contar con un empleo funcionalmente adaptado multiplica los esfuerzos. Un ejemplo de este trabajo lo compone el emprendimiento de Tutor-dis, “un software cuyo objetivo es facilitar la integración laboral y la adaptación al puesto de trabajo de personas con discapacidad intelectual”. La experiencia demuestra que, con los apoyos adecuados, muchas personas con discapacidad intelectual van a ser capaces de desempeñar un puesto de trabajo de manera óptima.
Los escollos más habituales se concentran en el aprendizaje de nuevas tareas, el control del tiempo necesario para llevarlas a cabo y entregarlas, o en la independencia en la realización del trabajo. ¿Cómo ayuda este proyecto? “Es una aplicación informática que ofrece en teléfonos móviles y tablets el diseño de ”actividades de refuerzo y aprendizaje para el trabajador, la gestión de esos tiempos de trabajo mediante alarmas, citas y avisos personalizados y facilitar así el proceso de comunicación“. Además, explican, permite ”localizar espacialmente y gestionar la evolución del trabajador“.
La idea es combinar la potencia de lo visual y tecnológico con la producción laboral. Por ejemplo, los dispositivos se cargan con tutoriales paso a paso sobre las tareas que deben realizarse. Luego un pequeño cuestionario les refuerza lo que han ido asimilando. Otro aspecto que hay que rellenar, según el análisis de Tutor-dis, es el de los plazos. Para ir cumpliendo, el teléfono va “avisando” de cuándo se supone que el trabajo ha de estar culminado.
Un programa coordinador es el que habilita al empleador para ir adaptando las alarmas, indicaciones o comprobaciones en función del trabajador o de la trabajadora en particular. Esta tecnología es útil para empresas que emplean a personas con alguna diversidad intelectual; por ejemplo, en tareas a veces sencillas pero que requieren cierta estandarización. Y en el cumplimiento de un horario en cualquier faena. Desde la limpieza de espacios hasta el ensamblaje de piezas en un artefacto. Los trabajadores cuentan con un apoyo constante en su teléfono. Una ayuda a la que recurrir para acordarse de cómo hacer algo. Un recordatorio de cuándo pasar de una tarea a otra…
Este software –diseñado por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) junto con la Asociación FEAPS para el empleo (AFEM)– trabaja online y con el sistema operativo Android. Se puede entender que Tutor-dis, una de las “buenas prácticas” destacadas por el premio Integra de BBVA, es una intranet de adaptación. Pero, a la vez, sus creadores destacan que es una herramienta orientada a dotar de una dinámica de gestión productiva efectiva a cualquier proyecto de inclusión laboral. Es decir, que el trabajo salga adelante. El proyecto se llevó el II Torneo de Innovación Social organizado por el European Investment Bank.