Hoy te contamos cómo fue la construcción de una obra histórica: el túnel de Guadarrama que se inauguró el 4 de diciembre de 1963, aunque comenzó a funcionar desde el día antes para dar salida a los coches atrapados en un temporal de nieve. Debido a la alta peligrosidad para turismos y vehículos pesados que usaban esta ruta -topográficamente complicada y con extremas condiciones climatológicas en invierno- surgió la necesidad de construir un túnel que asegurara la conducción durante todo el año.
Los trabajos de excavación comenzaron en febrero de 1961. La perforación supuso un hito debido a las dificultades técnicas que suponía una obra de este calado. Para ello, se usó la maquinaria más avanzada de la época. Durante 33 meses se realizaron trabajos de excavación, revestimiento, así como la ejecución de un tramo de bóveda artificial y la construcción de los accesos correspondientes. Con un coste final de 560 millones de pesetas fue la obra con mayor inversión de su época.
Este túnel bidireccional de 2.870 metros de longitud fue el primero que tuvo un estudio previo sobre problemas de ventilación, iluminación e insonorización y su sistema de alumbrado original permitía distinguir obstáculos a 100 metros de distancia. Este sistema sería modernizado en 1991 y en 2008, cuando se renovó totalmente el alumbrado, instalando 360 luminarias con cinco niveles de iluminación en función de las necesidades del momento.
Esta obra, que se convirtió en la primera concesión de peaje de España, sirvió para acortar distancias -ahorrando tiempo y combustible a los conductores- así como para reducir la peligrosidad del puerto que era una de las principales vías de comunicación entre la zona noroeste y el sur de la Península.
Obras de mejora y ampliación
Debido a la constante creciente demanda de tráfico y al aumento del parque móvil nacional, el túnel se ha sometido a diversas ampliaciones y remodelaciones desde su apertura. En 1972 se crea un segundo túnel, destinado al tráfico en sentido A Coruña, que se integró en la autopista AP-6, y en 2007 se construye el tercer túnel que opera en sentido a Madrid y el túnel I se convierte en reversible. Actualmente, los tres túneles se encuentran integrados en la autopista AP-6 Villalba- Adanero, que enlaza con otras dos autopistas de peaje: la AP-51, hasta Ávila, y la AP-61, hasta Segovia.
A día de hoy, los túneles de Guadarrama soportan de media una intensidad diaria de más de 32.700 vehículos y se gestionan durante las 24 horas por personal cualificado -con los recursos técnicos necesarios- desde el Centro de Operaciones Abertis Autopistas en San Rafael.
Esta obra histórica con una inversión total que supera los 270 millones de euros ha permitido conectar Madrid con el noroeste peninsular, garantizando la seguridad de los 12 millones de vehículos que la recorren al año y mejorando la fluidez del tráfico.