En este blog queremos darte las claves para ayudarte a entender mejor el mundo de la energía, a aprender cómo aprovecharla mejor y a reducir tu consumo energético.
¿Cómo transformar mi coche de gasolina para que use gas natural?
Pese a estar muy extendida en otras partes del mundo, en España todavía es una gran desconocida. Hablamos de la propulsión por gas natural, también denominada GNV (Gas Natural Vehicular), una alternativa de combustión más económica y sostenible que los combustibles tradicionales. No en vano, el gas natural empleado como combustible vehicular, el mismo que se usa en la calefacción o producción de agua caliente, es considerablemente más barato que los carburantes tradicionales y que otros gases, como el GLP (Gas Licuado del Petróleo, conocido comercialmente como autogás). Así, el uso del GNV supone un ahorro de más del 50% del coste de la gasolina, un 30% frente al gasóleo y un 25% respecto al gas licuado del petróleo (GLP). Las ventajas para el bolsillo del consumidor no acaban ahí, pues cada vez más ayuntamientos aplican descuentos en el impuesto municipal de circulación. En Barcelona y Madrid, sin ir más lejos, esta rebaja se sitúa en un 75%, una deducción que en el caso de la capital viene acompañada de la posibilidad de circular por el centro durante los días de contaminación y un menor coste al aparcar en la zona SER.
Pero, además de a exenciones económicas, el GNV también está asociado a importantes prerrogativas medioambientales. Valga como ejemplo el hecho de que el uso del gas natural como combustible permite mejorar la calidad del aire, reduciendo drásticamente las emisiones a la atmósfera de los principales agentes causantes del efecto invernadero: hasta un 85% de las emisiones de óxidos de nitrógeno, un 95% de partículas en suspensión, y hasta un 30% de las de CO2.
Ante esta tesitura, no es de extrañar que cada vez sean más los ciudadanos que recurren a la compra de un modelo propulsado a gas natural o que optan por transformar su actual utilitario de gasolina en uno que pueda emplear dicho combustible. Esta operación, al contrario de lo que pueda parecer, es bastante sencilla y no requiere una inversión demasiada alta (unos 2.000 euros). Se realiza en talleres especializados y consiste en la instalación de un depósito de gas en el espacio de la rueda de recambio, y unos inyectores de gas en el motor. En función del modelo en cuestión, se perderá o no espacio en el maletero.
Una vez hecha la adaptación, el vehículo se comporta exactamente igual. Las prestaciones no se ven alteradas, sino todo lo contrario: se aumenta la autonomía, puesto que se dispone de dos depósitos, el de gasolina y el de gas. Puedes consultar la red de estaciones de gas natural en el siguiente mapa:
La inversión inicial, además, se verá amortizada al poco tiempo, ya que mientras el litro de gasolina continúa superando con holgura el euro, el uso de gas natural supone un ahorro del 50%.
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