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Infecciones urinarias recurrentes: no suelen ser graves pero sí molestas

Mercè Palau

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Hablar de una afección médica que termina en –itis es referirse a una inflamación. En el caso de la cistitis, la parte inflamada es la vejiga, y esto, entre otras cosas, nos obliga a hacer viajes constantes al baño, muy a menudo, pero nunca nos alivian. La cistitis es el tipo más común de infección del tracto urinario, sobre todo en la mujer (se calcula que la cistitis no complicada afecta al 50-80% de las mujeres).Por lo general, suele ser más molesta que grave porque en la mayoría de los casos no tiene más trascendencia clínica ni se extiende a otros órganos, ni provoca complicaciones ni se contagia. 

Es molesta porque las bacterias que crecen, se multiplican y se adhieren a las paredes de la vejiga producen inflamación. Las culpables suelen ser, en la mayoría de los casos, bacterias como E.coli (es la responsable en el 78% de las cistitis) que, a pesar de que normalmente habitan en nuestra los intestinos y no son un inconveniente, sí causan problemas cuando entran en la uretra, el tubo que transporta la orina fuera del cuerpo, y pueden terminar en la vejiga y causar problemas. Otras bacterias que pueden provocar cistitis son Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabilis, Enterococo que, aunque viven en el tubo digestivo, cuando cambian de sitio y van a la vejiga provocan inflamación.

Principales causas de cistitis 

Aunque no siempre está claro por qué las bacterias atacan la vejiga a través de la uretra, sí se apuntan varias causas. En muchos casos, las relaciones sexuales y la anatomía femenina del suelo pélvico facilitan la infección urinaria: las zonas anal, uretral y vaginal están muy juntas. Además, con el masaje uretral, favorecido durante el coito, y con una uretra corta como es la femenina (de unos 3-4 centímetros), es fácil que las bacterias entren en la vejiga. También puede ocurrir que algunos espermicidas y diafragmas vaginales alteren el pH vaginal y favorezcan la infección. En algunos casos, cuando se complica, puede aparecer lo que se conoce como pielonefritis de la noche de bodas, provocada por la inflamación mantenida de la vejiga y que favorece que las bacterias suban por el uréter y alcancen el riñón. En este caso es necesario hacer un diagnóstico preciso y administrar antibióticos de amplio espectro. 

Otras causas suelen ser:

  • Beber poca agua y orinar pocas veces a lo largo del día: las micciones distanciadas unas de otras suelen asociarse con el riesgo de cistitis. 
  • Estreñimiento.
  • Cambios hormonales como la menstruación, el embarazo, el parto, la menopausia, etc. En estos casos puede alterarse el pH vaginal y la población de lactobacilos, las bacterias “buenas” pueden verse alteradas y modificadas por otras procedentes de otras zonas como las del intestino.
  • El frío y la humedad: en verano puede ocurrir que, tras permanecer mucho rato con el bañador mojado, aparezca cistitis.
  • El uso de ropa interior ajustada.
  • Estrés emocional provocado por situaciones como exámenes, una ruptura sentimental, un duelo, la pérdida de un trabajo, etc.
  • Puede coincidir con otra enfermedad, como un cuadro catarral o gripal, en personas que tienen diabetes o que reciben un tratamiento como quimioterapia o radioterapia.

Los síntomas que provoca esta inflamación suelen ser molestias en la zona baja del abdomen, una micción muy frecuente y urgente, de escasas gotas, dolorosa y ardiente, similar a “una quemazón o agujas punzantes”, admite Carmen González Enguita, jefe del Servicio corporativo de Urología de los hospitales universitarios Fundación Jiménez Díaz, Infanta Elena de Valdemoro, Rey Juan Carlos de Móstoles y General de Villalba. En algunos casos, la orina puede ser entre sonrosada y rosa, con malestar general, escalofríos o alteración en la frecuencia cardiaca, todos ellos síntomas que alteran la vida normal de quien lo padece.

Cuando la cistitis aparece repetidamente

Algunas personas pueden experimentar episodios de cistitis frecuentes y necesitar tratamiento regular o a largo plazo.¿Cuándo podemos hablar de cistitis recurrente? Se considera una cistitis recurrente la manifestación de al menos tres episodios de infección no complicada, con un cultivo positivo, en los últimos 12 meses o dos episodios en seis meses, según el Documento de consenso, de la Asociación Española de Urología, sobre el manejo de  las infecciones recurrentes no complicadas del tracto urinario.La mayoría de las veces el cuadro suele repetirse, esto pasa “en un 25% de los casos”, admite Leticia López Martín, Especialista del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, acreditado recientemente como hospital protegido frente al Covid-19 por AENOR.

La recurrencia se caracteriza por una infección con la misma bacteria a intervalos muy cortos. En ocasiones, puede reaparecer a las dos semanas siguientes de haber finalizado el tratamiento de la anterior. 

¿Por qué algunas infecciones de orina son recurrentes?

En algunos casos, la cistitis recurrente se asocia a procesos como la incontinencia urinaria; una inadecuada higiene íntima (tanto por exceso como por defecto), sobre todo después de la defecación; el abuso o el mal uso de antibióticos para el tratamiento deciertas afecciones; trastornos digestivos como el colon irritable, colitis ulcerosa o estreñimiento pertinaz. Como hemos comentado, ciertas enfermedades y tratamientos como diabetes y quimioterapia; en el caso de personas hospitalizadas, haber estado conectadas a una sonda o un catéter.  

También pueden jugar cierta influencia factores genéticos. Se sabe, por ejemplo, que las personas con el grupo sanguíneo B (grupo A y AB) son más susceptibles de tener una infección urinaria provocada por enterobacterias gran negativas, como E.coli que las mujeres con grupos sanguíneos A y O, reconoce López. 

Pese a todo, es muy raro que las anormalidades anatómicas del aparato urinario puedan provocar cistitis recurrentes. Solo cuando hay cálculos renales, mal vaciamiento de la vejiga, obstrucción urinario, cistitis intersticial o cáncer del aparato urinario debe realizarse una evaluación urológica exhaustiva. Esto incluye una cistoscopia o ecografía. 

Es importante acudir al hospital sin temor al contagio por Covid-19 porque en la mayoría de los casos el problema se solucionará con un antibiótico. Los centros sanitarios cuentan con protocolos seguros de atención, circuitos asistenciales y zonas “limpias” que minimizan este riesgo. Demorar la visita solo puede complicar los síntomas.