Quinientos peldaños para alejarte de la mayoría: hasta dónde llega tu pensamiento crítico

Andrea Menéndez Faya

¿Cuándo fue la última vez que dijiste que no y todos esperaban un sí? Tu familia, tus amigos, tus redes sociales, tus jefes, tus compañeros de trabajo… Todos tienen una imagen de ti, pero ¿ese eres tú en realidad? ¿Hasta qué punto te has amoldado a lo que esperaban de ti para ser aceptado? ¿Piensas y actúas conforme a lo que eres y crees, o solo eres uno más en la corriente? ¿Temes perder a gente que te importa si te plantas y dices “no”? 

Según los datos del Estudio sobre Pensamiento Crítico realizado en España por el Instituto IO de Investigación para Cervezas 1906, el 95% de los consultados asegura que la sociedad está influenciada por el pensamiento de la mayoría, sin embargo, cuando nos toca analizar nuestro propio comportamiento, el 40% se desmarca del rebaño y asegura tener un pensamiento independiente que les hace formar parte de esa minoría no influenciada. 

Más del 80% de los españoles creen que la sociedad está influenciada por los medios de comunicación (94,2%), traga con todo (88,83%), se deja llevar por lo que hace la mayoría (85,37%) o que al que piensa diferente se le castiga y margina (81,51%), hasta el punto de que no discrepan de la opinión mayoritaria, aunque piensen distinto (80,38%). Y ese, el miedo a qué pensarán los demás si me salgo de lo que se espera de mí, es el principal motor de las limitaciones que ponemos a nuestra personalidad: 

Casi la mitad de los encuestados (47%) comerían lo que les apeteciera si supieran que nadie les va a criticar por ello. Otros asuntos, como cantarle las cuarenta a tu jefe, tener relaciones sexuales con distintas personas o incluso hacer nudismo o vestir diferente,  llevan el pódium de cosas que cambiaríamos en nuestra vida si el miedo a no ser aceptado por esa gran mayoría quedase a un lado. Decisiones que hemos tomado a lo largo de los años y que nos alejan de lo que queremos ser, por las que el 60% estudiarían y se divertirían más, y trabajarían menos si volvieran a nacer. 

Pero no solo eso: más de un 40% trabajaría en un sector distinto, viviría en la naturaleza, rechazaría trabajos que ha tenido, probaría suerte en otro país o más cosas en cuanto al sexo, y la clave de toda esa maleta de bifurcaciones: hubiera dicho que no a muchas más cosas que hizo. Pero, ¿por qué esperar al imposible de volver a nacer? ¿Es demasiado tarde para tomar las riendas de tu vida y convertirte en minoría?

La Escalera: peldaños para retomar tu vida

Cervezas 1906 ha lanzado una pieza audiovisual que resume de forma práctica y gráfica todas las conclusiones del estudio y cómo amoldamos nuestra personalidad a lo que se espera de nosotros, partiendo de la base de que hemos crecido bajo las influencias de nuestra familia, profesores, amigos, hasta llegar a la edad adulta donde las redes sociales, los medios de comunicación y los políticos han seguido tensando la cuerda para que no nos salgamos del rebaño. 

Ocho participantes y quinientos veinte escalones a los que subir y bajar dependiendo de las quince preguntas sobre pensamiento crítico, en las que ser sincero cuesta, no por hipocresía, sino porque nos cuesta analizar nuestra forma de actuar, que muchas veces creemos única y es un reflejo de cómo nos integramos en grupos olvidándonos muchas veces de lo que en realidad queremos. Y es que dejamos de pensar en nuestros propios intereses por miedo a que piensen que somos egoístas o a no encajar en una sociedad estereotipada y uniforme. 

La dinámica de subir escalones conforme a las respuestas afirmativas de algunos concursantes, hace que otros, estancados en su escalón, se pregunten cómo pueden estar tan seguros “si estamos constantemente luchando para no estar influenciados; somos seres sociales”, como en el caso de Bella, DJ y productora, mientras que otros como Rolita —también artista, en este caso cantante— sube la escalera por defender sus ideas frente a los demás para después sufrir una penalización por contradecirse: en la entrevista previa admitió que es mejor callarse y no confrontar. 

Son solo dos ejemplos de un experimento social en el que solo hay una persona que escale hasta la cima mientras el resto de participantes la mira con asombro. Pero la reflexión final va mucho más allá. Desde la posición de cada uno, el suelo está lejos, pero podría estarlo más. Como dice Jordi, otro de los participantes en el vídeo, “La Escalera refleja lo que es tomar decisiones en la vida. Nadie te dice que sea fácil”. Pero nunca es tarde para empezar a subir y convertirse en minoría orgullosa.