En la actualidad, los sistemas de seguridad más punteros se benefician de la revolución tecnológica y han incorporado nuevas funcionalidades como el reconocimiento facial inteligente, la gestión a través de apps o la conexión permanente. Todo ello ha repercutido en unas cotas de eficacia en la respuesta nunca antes vistas, con una velocidad de reacción de solo 29 segundos a la hora de dar aviso policial desde la central receptora de alarmas.
En este sentido, entre los objetivos de las compañías especializadas en el sector se encuentran “la total protección de las viviendas y negocios frente a posibles robos”, pero también “la vigilancia frente a cualquier situación anómala, como inundaciones, escapes de gas o la presencia de humo y fuego”, según explican desde Movistar Prosegur Alarmas.
Los especialistas consideran las alarmas como un tipo de protección “pasiva”, sin embargo, junto a este sistema más o menos tradicional, coexiste un amplio número de avances tecnológicos de última generación que potencia sus capacidades. “Contamos con una serie de sensores especiales que detectan todo tipo de situaciones y avisan a los propietarios de las viviendas para que tomen la decisión que consideren oportuna”, tal y como precisan en la empresa referente en esta industria. “Las ventajas son numerosas —continúan los expertos—, entre ellas podemos destacar el efecto disuasorio, la señal delatora de presencias intrusas y la respuesta rápida”.
Desde el sector de la seguridad apuntan que, en la mayoría de las ocasiones, “el simple hecho de colocar un cartel que confirme la presencia de una alarma alejará a los amigos de lo ajeno”. No obstante, los técnicos destacan que “las señales delatoras como el sonido generan una fuerte reacción de huida en los posibles ladrones y frustran numerosos robos”, aseguran. Respecto a la celeridad en la respuesta, “la última tecnología nos ha permitido contactar con la policía en menos de medio minuto, un tiempo récord”. “Si se contrata a través de una organización especializada, esta se encarga de avisar y contactar con emergencias para solucionar el problema rápidamente”, remarcan.
Así son los ‘gadgets’ que vigilan el hogar
Entre los dispositivos de protección más avanzados, destacan las denominadas cámaras de 360 grados, capaces de girar en todas las direcciones para ofrecer una panorámica total de cada estancia de la vivienda, desde cualquier ángulo. Además de vídeo en directo y grabación en la nube, este tipo de aparatos se pueden ubicar en cualquier estancia, ya que no necesitan fijarse a una localización concreta y “cuentan con audio bidireccional con función habla-escucha, lo que es importante a la hora de comunicarse con la central”, aclaran los técnicos de Movistar Prosegur Alarmas.
La central receptora es, precisamente, uno de los elementos clave en cualquier sistema de protección. Su misión es “monitorizar todas las alarmas de nuestros clientes. Para ello debe ser ágil y eficaz”, subrayan desde la compañía especializada. A la vez, “es imprescindible que la comunicación se revise constantemente para prevenir el uso de inhibidores, así como para detectar posibles averías”, matizan. Para abrir la comunicación, la tecnología actual permite hacerlo de numerosas formas, entre las que destacan el propio teclado del panel instalado en la vivienda o los cada vez más frecuentes botones de SOS.
Pero la central receptora no solo pone en alerta a los equipos especializados de las organizaciones de seguridad o a la propia policía, sino que también avisa a los bomberos en caso de incendio. Para ello, las empresas incluyen en sus instalaciones detectores de humo de tipo óptico que funcionan por el principio de dispersión de luz: “Si comenzara un incendio, el humo producido llegaría al detector provocando que la luz emitida fuera dispersada y reflejada hasta el fotosensor, dando lugar así, a la activación de la alarma”, especifican en la compañía y añaden que “la velocidad de reacción igualmente es inferior al medio minuto como sucede con la policía”.
Como no puede ser de otra manera, el teléfono móvil desempeña un papel relevante en la seguridad de la era digital. Y lo hace de varias formas. Por un lado, la app de las compañías suele canalizar tanto el control de todo el sistema y sus dispositivos, como la comunicación con los especialistas.
Al mismo tiempo, es cada vez más habitual que se ofrezca al cliente la posibilidad de extender la protección fuera del hogar a través del smartphone: “Podemos actuar en la calle siempre que el cliente se encuentre en alguna situación de inseguridad, como caminar a solas por la noche en zonas complejas o salir a practicar deportes como senderismo, montar en bici o correr”, señalan desde la empresa de seguridad. Normalmente, este tipo de servicio suele ser extensible a los hijos de los usuarios del sistema.
Finalmente, como sucede en otros sectores e industrias, el ámbito de la seguridad también ha aprovechado el empujón tecnológico para dar un paso más hacia la sostenibilidad. Por un lado, las compañías apuestan cada vez más por el control de las emisiones de CO2, como ejemplifican en la compañía: “Nuestra energía eléctrica procede de fuentes 100% renovables y desde 2020 todas nuestras emisiones ya se compensan”.
Al mismo tiempo, la economía circular se ha hecho un hueco a la hora de “recuperar metales como el hierro, el zinc y el plomo de nuestras pilas y baterías” o “mediante la recuperación de materiales evaluando y rescatando los equipos desinstalados para proporcionarles una segunda vida, evitando así la generación de residuos”, indican para concluir.