¿Somos los españoles filantrópicos? ¿Estamos comprometidos con la realidad social y colaboramos activamente con asociaciones sin ánimo de lucro para cambiarla? Si atendemos a los datos extraídos del estudio 'Perfil del Donante 2018', elaborado por la Asociación Española de Fundraising (AEFr) en colaboración con Kantar Millwardbrown, la respuesta sería ‘sí’, aunque con matices. No en vano, el informe, realizado en 2018 sobre una muestra de 1088 entrevistas, releva que 9 de cada 10 ciudadanos, el 86% concretamente, ha colaborado con alguna asociación sin ánimo de lucro a lo largo de su vida, donando alimentos, ropa, o prestando su firma para alguna causa. De ellos, el 55% ha realizado aportaciones económicas.
El ‘pero’ aparece cuando se ojea el ranking de los países europeos más generosos. Es aquí donde España pincha, al situarse en el séptimo lugar, con un total de 3.700 millones de euros, muy alejada de los líderes, Reino Unido (25.300) y Alemania (23.800), y del resto de países que copan los primeros puestos: Italia (9.100), Francia (8.400), Holanda (4.400) o Suiza (4.200).
Y ello a pesar de que la reforma fiscal de 2014 aumentó a partir de 2016 las donaciones de las personas físicas, incrementándose en más de un 37% las deducciones por donaciones para actividades de interés general.
¿Qué hace falta entonces para que España se iguale con sus homólogos europeos? Para Fernando Morón, director de la Asociación Española de Fundraising, la clave radica en implementar medidas que fomenten la filantropía en España. “El desarrollo y la sostenibilidad financiera del Tercer Sector a largo plazo pasa por la necesidad de que las diferentes administraciones entiendan la importancia del papel del fundraising [la captación de fondos mediante la solicitud de donaciones a particulares, empresas, fundaciones privadas, o agencias gubernamentales] y cómo su desarrollo puede favorecer la filantropía”.
Jaime Gergori, presidente de la citada asociación y director de Marketing, Alianzas con empresas, Captación y Responsabilidad Social de la Cruz, comparte el discurso de Morón y asegura que “solo potenciando el fundraising de manera profesionalizada se mejorará la financiación de las entidades, se reducirán los costes de obtener tales recursos, se asegurará su estabilidad, su diversidad financiera y se abrirá la filantropía a nuevos sectores sociales y económicos”.
El perfil del donante en España: mujer, casada y con hijos
Además de los datos económicos anteriormente mencionados, del estudio realizado por la AEFr también pueden extraerse otros apuntes interesantes, como el perfil del donante medio en España: una mujer de 49 años, casada, con hijos y estudios universitarios.
En lo relativo a los sectores en los que los españoles realizan más contribuciones, destacan en primer lugar las donaciones de alimentos (64%), seguidas de la ropa (60%); la compra de un producto (46%); la firma de causas (43%); cuestación (26%); y voluntariado (24%).
En cuanto a los colectivos que más preocupan a los ciudadanos, encontramos la infancia (49%); ancianos sin apoyo familiar (41%); enfermos (38%); mujeres (34%); personas sin recursos en España (33%); personas con discapacidad (33%); víctimas de catástrofes naturales (33%); medio ambiente (32%) o refugiados (26%). Sorprendentemente, este ranking no se mantiene a la hora de listar las principales causas beneficiarias, puesto que son los enfermos (50%) quienes concentran la mayor parte de las ayudas, seguidos de la infancia (47%), las víctimas de catástrofes y/o refugiados (42%), los españoles sin recursos (18%), el medioambiente (13%) y el apoyo a mujeres (7%),
El estudio también dedica un apartado a analizar las principales motivaciones para donar: la empatía (36%) y la justicia social (32%); los frenos que citan la mayoría, por su parte, son la falta de confianza (44%) o el no poder permitírselo (34%). Destaca que un 6% de los encuestados respondiese que la responsabilidad de financiar a las diferentes ONG es de otros o que el 1% crea que ‘no hay necesidad’.