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La tecnología al servicio de los cuidados de las personas mayores y la salud mental

Andrea Menéndez Faya

Algete es un municipio al noreste de Madrid capital, de apenas 38 kilómetros cuadrados. Sería poco probable que dos vecinas coincidieran a —también— 38 kilómetros de allí: en el barrio Puerta del Hierro. Pero el destino puso a Ana María Gómez (62 años), usuaria del centro de Grupo 5 y a Laura López (27), su terapeuta ocupacional, en el mismo lugar y con los mismos objetivos.

“Somos vecinas pero nunca nos habíamos visto, nos hemos conocido aquí”, comenta Laura. Ana María llegó hace año y medio a la residencia de Puerta del Hierro, tras una crisis que precisaba cuidados psicogeriátricos. En este centro se trata a personas con enfermedad mental y con edad avanzada, a partir de 65 años salvo en casos puntuales recomendados por un médico, como el suyo. “Son personas mayores con diagnóstico de salud mental, la mayoría con trastorno delirante o esquizofrenia. La atención se basa en un modelo centrado en la persona”.

A su entrada se hace una valoración por todos los profesionales que trabajan en el centro: psicología, enfermería, terapia ocupacional y fisioterapia. Se marcan una serie de objetivos para trabajar desde cada área de forma personal y, junto con el equipo de auxiliares, se les asigna una persona de referencia para ofrecer pautas de trabajo en base a los objetivos de rehabilitación. “Tenemos la ventaja de usar tecnología que nos ayuda a coordinarnos y ofrecer un mejor servicio”, explica la terapeuta. 

Esa tecnología a la que hace referencia no sirve solo para la coordinación de los profesionales del centro, también para el entretenimiento y mejora de la autonomía de las personas. Ana María nos habla de una pantalla interactiva que ha cambiado su rutina y su vida: “hacemos estimulación cognitiva con ella, que nos permite mantener nuestra mente activa. También la aprovechamos para los talleres de lectura de prensa, juegos, etc. Sirve para muchas cosas y es un cambio muy grande para nosotros”.

Esta pantalla interactiva que ayuda al ocio y también al desarrollo personal y cognitivo de los usuarios del centro Puerta de Hierro de Grupo 5 forma parte de una de las nuevas líneas innovadoras que buscan mejorar la vida de las personas en situación de vulnerabilidad y su entorno, en este  caso a través de los recursos residenciales, en la misma línea de las tendencias y medidas europeas, presentadas en 2022 con la Estrategia Europea de Cuidados para garantizar servicios asistenciales de calidad, asequibles y accesibles en cuidados de larga duración.

Con la llegada del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, llegaron también los fondos destinados para reparar los daños provocados por la crisis de la COVID, y una serie de inversiones para construir un futuro más sostenible. Y así dentro de este Plan, Grupo 5 integra sus líneas de actividad reforzando la atención a la dependencia y promoción del cambio de modelos de apoyo y de los cuidados, centrándose en la modernización y el refuerzo conjunto de los servicios sociales, promoviendo la innovación y un modelo de atención centrado en la persona.

La pantalla interactiva que ha revolucionado el ocio en la residencia de Puerta de Hierro se suma a otros dispositivos con los que los usuarios mejoran su convivencia y fomentan su autonomía. Con la adquisición de este equipamiento técnico y tecnológico que sirve también para las terapias y talleres del centro —financiado por la Unión Europea, en el marco de los fondos Next Generation EU— se han diseñado espacios destinados al confort y la convivencia en las instalaciones de Grupo 5, ubicados en entornos comunitarios que permitan la participación e inclusión. 

Hablamos de personas mayores, que han perdido niveles de autonomía debido a su enfermedad y que buscan una nueva forma de vivir, sin depender de una ayuda constante. “Ahora me ducho sola, puedo salir a pasear y ya no me pierdo, voy poco a poco recuperando mi vida”, explica Ana María tras año y medio de proceso para vivir y participar en espacios significativos, creando vínculos con los espacios sociales de los entornos y trabajando con cada área de cuidado dentro del centro, donde la tecnología también toma un papel importante con los instrumentos específicos de valoración que permiten establecer diagnósticos especializados y planes de atención más precisos. 

Dentro del equipamiento tecnológico destaca la incorporación de equipamientos de neurorrehabilitación para personas que requieren terapias intensivas, tablets para realizar actividades de rehabilitación y apoyo cognitivo organizando actividades de ejercicio físico, salud y bienestar con planes individualizados para cada residente, y sillones de estimulación sensorial destinados a lograr espacios Confort Room. “Para hacer uso de este dispositivo hay que cumplir unos criterios médicos”, explica Laura López “Tiene funciones de aromaterapia, presoterapia, masaje, sonidos. Lo hemos usado con varios residentes y el resultado es muy positivo”. 

En el caso de Ana María, su mejoría es notable. Acude al centro ya de forma autónoma, se encarga de todas las gestiones personales en cuanto a transporte e higiene personal. Ya no necesita asistencia ni atención continua. Su nuevo objetivo, con 62 años, es recuperar su vida y continuar con su proceso de recuperación gracias a una tecnología que “al principio era un poco lío, pero después te das cuenta de que es sencilla de usar y que te ayuda a que el día a día sea mucho mejor”.