A tus vacaciones les pides destinos por explorar, nuevos paisajes que guardar en la retina y, cada vez más, tranquilidad. En 2023, el principal motivo de viaje de los turistas europeos que nos visitaron fue disfrutar del sol y las olas. No es un dato a tomar a la ligera, si tenemos en cuenta que el año pasado España recibió más de 85 millones de turistas internacionales. Si a eso se le suma que, durante el tercer trimestre, los residentes en España escogieron principalmente como destino de sus viajes la costa mediterránea, no es de extrañar que te apetezca buscar alternativas de interior.
Allí, donde manda el verde de la naturaleza la afluencia de viajeros es menor, siempre hay margen para encontrar un chapuzón de agua dulce que nos refresque el día y todavía es posible colocar la toalla cerca de algún río sin necesidad de levantarse de madrugada para coger sitio. Si esto es lo que buscas, toma nota de estas seis propuestas.
Sierra de Guadarrama
A un paso de Madrid, perfecto para una escapada, despliega sus encantos la Sierra de Guadarrama. Aquí, en verano, las primeras horas del día son para recorrer el Macizo de Peñalara. Cuando el sol decida hacer de las suyas, nada de ponerse a cubierto. De lo que se tratará será de ponerse a remojo. ¿Coordenadas? Déjate caer por la cercana Boca del Asno, en Valsaín. Estira el tiempo allí hasta que vaya oscureciendo, para llegar al Real Sitio de San Ildefonso justo en el momento en el que las fuentes de La Granja arranquen su espectáculo nocturno de agua y luces. Extiéndete todo lo que quieras con la tranquilidad de saber que esa noche duermes en el Parador de La Granja, ubicado en La casa de los infantes que Carlos III mandó construir en el siglo XVIII. Agradecerás sus bonitos jardines, la terraza que invita a un agradable tardeo y su spa, porque a nadie le amarga cuidarse y relajarse un poco.
La Vera
A los veranos extremeños, su fama les precede. A sus piscinas naturales, también. En ellas el agua es cristalina y la temperatura, siempre tira a un gélido frescor. Por elegir, elegiríamos adentrarnos en La Vera, hasta llegar a la Garganta de los Cuartos, donde uno puede bañarse a los pies de un puente romano. Cerca, a unos 15 minutos en coche, el Parador de Jarandilla de la Vera. Ubicado en el castillo de los Condes de Oropesa en el que Carlos V pasó unos meses, atravesar sus puertas es casi como realizar un viaje al siglo XVI, en el que no falta su patio de armas, sus murallas o su galería gótica. Y su piscina, que es algo más de esta época, pero a la que no le dirás que no a un baño a media tarde.
Sierra de Cazorla
Es mencionar Andalucía y verano y pensar irremediablemente en la playa, cuando la región ofrece opciones de interior donde, si nos apuras, habrá noches en que la temperatura te pedirá colcha para dormir. Prueba a alojarte en el cortijo en el que se ubica el Parador de Cazorla. Sus jardines son para el recuerdo; su piscina, para no salir de ella; y adereza todo ello con unas vistas de excepción al Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, donde está ubicado. Anímate a explorarlo. La ruta de la Cerrada del Utrero puede ser una buena carta de presentación. Un par de kilómetros que transcurren por un cañón de imponentes paredes hasta la Cascada de Linarejos, un impresionante salto de agua.
Parque Natural de O Invernadeiro
Retirarse del mundo y alejarse de su bullicio debe parecerse mucho a adentrarse en el Parque Natural de O Invernadeiro. Aquí, el verano no se atreve a irrumpir con tanta fuerza, las sendas del agua refrescan el ambiente y los senderos surcan cada rincón para que, si quieres, no te dejes ni uno de sus picos sin coronar. Transcurren entre árboles sagrados celtas y, dado que en el parque no hay asentamientos humanos, el sosiego, la calma y su fauna mandan. Sumergirse en el interior de Galicia no estaría completo sin dormir en un pazo. El que acoge el Parador de Verín no es solo que pueda presumir de arquitectura e idiosincrasia, es que además, cuenta con piscina, primera fila en las vistas al valle fronterizo con Portugal y, por supuesto, una mesa por la que desfilan delicias como el caldo gallego, las zamburiñas o las siempre imprescindibles empanadas gallegas.
La riqueza natural de Álava
La Sierra de Gorbeia, con sus diferentes tonos de verde y la promesa de su naturaleza a tu alcance, se contempla, en la distancia, desde el Parador de Argómaniz. Se dice que desde este edificio del siglo XVIII Napoleón planeó el asalto a Vitoria. Tú, en cambio, planearás las excursiones de tus días de vacaciones. El Parque Natural Aizkorri-Aratz, el de Urkiola o el de Gorbeia están a tiro de piedra. Así que aquí, lo que se impone es explorar y aventurarse para deleitarse haciendo cimas, adentrarse en senderos, dejarse sorprender ante imponentes cascadas y descubrir cuevas. ¿El tip de experto? Reserva cada día un hueco para darte un chapuzón en el cercano embalse de Ullibarri-Gamboa: cuenta con playas con bandera azul.
Adentrarse en Portugal
¿Sabes esa sensación de llegar al alojamiento en el que pasarás tus vacaciones y pensar que solo por eso ya ha merecido la pena el viaje? Eso es lo que ocurre cuando uno se adentra en el Parador de Casa da Ínsua, el único de la red fuera de España. Por tener, tiene hasta un museo que recorre la historia del lugar, una bodega y una granja en la que elaboran sus propios vinos y productos locales, y unos jardines en los que los cisnes son los dueños y señores. Todo ello, claro, a un paso del Parque Natural de la Sierra de la Estrella. No dejes de visitar el enorme valle glaciar de Rossim que cuenta con la playa fluvial situada a mayor altura de Portugal.