Lograr que sean los propios ciudadanos quienes acaben transformando el actual modelo energético en uno más sostenible. Es lo que busca EcoooLocal, una iniciativa que ha unido a Ecooo, empresa que promueve un cambio de modelo energético a través de la participación activa de la ciudadanía, con el proyecto Rubí Brilla, que en los últimos cuatro años ha colocado a la ciudad catalana como uno de los referentes municipales europeos de puesta en marcha de un nuevo modelo energético. Para ello proponen implicar desde los ayuntamientos a técnicos, empleados municipales y a los propios ciudadanos y convertirlos en protagonistas de las medidas que se deban tomar.
“Nosotros creemos que los cambios estructurales tienen que venir de abajo y para ello es necesario una ciudadanía bien informada y empoderada”, explica Mario Sánchez-Herrero, socio de Ecooo. Tras los comicios y la llegada de nuevos gobiernos a los ayuntamientos, algunos comenzaron a plantearles la necesidad de asesoramiento para poner en marcha un nuevo modelo energético y así nació EcoooLocal. La anterior alcaldesa de Rubí, Carmen García Lores, y el técnico municipal Ángel Ruiz, que pusieron en marcha Rubi Brilla se han unido al proyecto para fusionar los saberes del referente municipal en materia energética sostenible y la experiencia de quien lleva años planteando iniciativas que conviertan a la ciudadanía en un actor activo de ese cambio.
Para comenzar esa transformación EcoooLocal propone a los consistorios un diagnóstico energético de los municipios, es decir, saber dónde hay mayor gasto y por qué, e implicar a los técnicos y empleados municipales en ese trabajo y en las posteriores decisiones que se habrán de tomar. A partir de aquí proponen una serie de medidas, algunas llevadas a cabo con éxito en Rubí, y otras que se han plateado en otras iniciativa de Ecooo.
Implicar a toda la ciudadanía
El proyecto 50-50, por ejemplo, implica en colegios públicos, centros culturales y centros deportivos a todos los colectivos que usan estos espacios. Y lo que propone es que los centros se comprometen a reducir el gasto energético, el ayuntamiento devuelve la mitad de lo ahorrado en subvención directa y la otra parte se invierte en proyectos de eficiencia energética.
“No se trata de que el gobierno llegue e imponga determinadas medidas sino que entre todos veamos y hablemos cuáles son las mejores decisiones para ahorrar”, detalla Sánchez-Herrero, quien cree que los cambios vienen por que la gente conozca de primera mano cuánto se gasta -desde los alumnos hasta los que limpian las instalaciones-, qué supone para el medio ambiente ese gasto energético y se acuerde con ellos las nuevas medidas.
En en el curso 2014-2015 las 12 escuelas de Rubí que participan en la iniciativa 50-50 lograron un ahorro de 77.425 euros, un 13% más que en el curso anterior. Las cambios, que han implicado a toda la comunidad escolar, van desde la eliminación de puntos de luz innecesarios hasta la regulación del horario de calefacción o el establecimiento de protocolos de encendido y apagado de luces y aparatos electrónicos.
Otra de las medidas que propone EcoooLocal es “luchar de manera eficaz contra la pobreza energética”, como subraya Sánchez-Herrero-. “No solo se trata de asumir los recibos de quienes no pueden pagarlos sino de ver con ellos cómo haciendo un buen aislamiento de la casa o reduciendo el término fijo se puede también bajar el consumo y por tanto el gasto”, explica.
Trabajan ya con ciudades de todos los tamaños, desde Rota y Puerto Real, en Cádiz, a Rivas y San Sebastián de los Reyes, en Madrid, Hospitalet, en Barcelona, o Madrid y Valencia. En materia energética las diferencias no son grandes entre ellas pero sí los usos que hacen cada. Si en Rota y Puerto Real el gasto en calefacción es pequeño, no ocurre lo mismo con la iluminación en urbanizaciones que en la gran parte del año están poco habitadas. “En casos como estos de lo que se trata es de reunirse con los vecinos y decidir con ellos qué medidas se pueden poner en marcha”, explica el socio de Ecooo.