Afonía: cómo volver a recuperar la voz

Afonía, perder totalmente la voz

Marta Chavarrías

22 de noviembre de 2021 22:51 h

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La voz es una parte importante de la personalidad de cada uno de nosotros. Solo cuando se altera o nos quedamos sin ella nos damos cuenta de su importancia. Estar sin voz es muy incapacitante en la vida cotidiana.

Los trastornos de la voz

Cuando hablamos, el aire se mueve a través de las cuerdas vocales y las vibraciones es lo que permite emitir sonidos. Pero si hay daños físicos, es posible que las cuerdas no vibren como deberían hacerlo. 

Solemos pensar que cuando nos quedamos con un hilo de voz estamos afónicos. Sin embargo, en realidad nos hemos quedado disfónicos. La afonía, a diferencia de la disfonía, es la pérdida total de la voz, el nivel sonoro vocal no supera el susurro. Afonía y disfonía son dos grados distintos pero del mismo problema.

También acostumbramos a pensar que estos trastornos afectan solo a cantantes, profesoras o personas que tienen en la voz su principal herramienta para trabajar y relacionarse. Sin embargo, esto no siempre es así. Las causas de los problemas de voz son múltiples y pueden afectar a cualquiera.

Por qué nos quedamos afónicos

La afonía suele deberse a una inflamación temporal de la laringe, donde se tensan las cuerdas vocales. La causa más común es forzar demasiado la voz, lo que conduce a la formación de lesiones benignas de las cuerdas vocales. Pero hay más:

  • Un resfriado
  • Inflamación de la laringe (laringitis)
  • Infección viral de la faringe o las amígdalas
  • Presencia de pólipos o quistes mucosos benignos
  • Alergia al polen
  • Exposición a sustancias como el tabaco 
  • Traumatismo quirúrgico

En ocasiones también puede originarse tras sufrir un trauma psicológico. En otros casos, la aparición de afonía puede ser idiopática, es decir, no tiene una causa concreta.

Cuando nos quedamos afónicos, solemos sufrir síntomas como dificultad para hablar en voz alta, nos cansamos cuando hablamos, la voz se quiebra, sentimos hormigueo en la garganta, etc. 

Como hemos visto, este trastorno de la voz puede tener varios orígenes: adquirido o congénito. Puede aparecer y desarrollarse a raíz de un trauma u otra patología o, si es congénito, puede ser una anomalía en las cuerdas vocales presente desde el nacimiento.

Cómo tratar la pérdida de voz

Dado que perder la voz no es algo agradable, podemos seguir varios consejos para evitarlo:

  • Utilizar bien la voz: la causa más común de afonía es la tensión vocal. El uso inadecuado de la voz puede dañar las cuerdas vocales, por tanto, es importante saber utilizarla bien: no forzar las cuerdas vocales y respetar los límites de nuestra voz; evitar gritar; eliminar tics nerviosos ligados a la voz, como aclararse la garganta, toser o aguantar la respiración; calentar la voz antes de hablar para que las cuerdas resistan mejor.
  • Cuidar la garganta: debemos mantenernos alerta con problemas como ronquera, tensión o dolor en la garganta o sequedad y dificultad para tragar, síntomas que pueden estar relacionados con fatiga vocal o desarrollo de afecciones como laringitis.
  • Llevar un estilo de vida saludable: la voz, como cualquier otra parte del cuerpo, necesita que la cuidemos a diario. Por tanto, es importante no fumar, mantener hidratadas las cuerdas vocales, evitar corrientes de aire frío y descansar la voz cuando notemos cansancio. Realizar ejercicio de manera regular controlando la respiración y la postura. 
  • Mantener una postura corporal correcta: la espalda tiene que estar vertical para evitar problemas de tensión muscular en el eje de la columna.

Si, a pesar de todo ello, hemos perdido la voz, es aconsejable tomar ciertas precauciones para que la afonía no se convierta en crónica:

  • Descansar la voz: no forzar, ni tan solo intentar susurrar porque dañaremos las cuerdas vocales. 
  • Mantener una buena hidratación de las cuerdas vocales: beber agua (un litro y  medio haciendo pequeños sorbos durante el día). 
  • No aclarar la garganta y evitar toser: estos hábitos irritan la garganta y las cuerdas vocales.

En la mayoría de los casos la afonía no dura más de tres días. Con paciencia y descanso es posible recuperar la voz. Sin embargo, si esto no es posible, es necesario consultar con un otorrinolaringólogo porque una afonía demasiado prolongada puede ser signo de otros problemas de salud. 

Un especialista del sistema fonador puede diagnosticar a partir de los síntomas y, en caso necesario, realizar las pruebas necesarias. Entre ellas, la laringoscopia y la nasolaringoscopia, dos de las más usadas para el estudio de los trastornos de voz más graves.

Estas pruebas permiten saber cuál es el estado del aparato fonador y determinar si existen daños en los nervios laríngeos, nódulos, pólipos o parálisis de las cuerdas vocales. El tratamiento dependerá, por tanto, del origen del trastorno: médico (tumores, pólipos o nódulos en las cuerdas vocales), conductual (mal uso de la voz) o emocional (estrés, ansiedad, etc.).

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