La nota de prensa de Nutrimedia lo deja claro: “el consumo moderado de lácteos podría ser beneficioso para un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares”. La clave de las conclusiones de la reciente evaluación de estudios realizada por Nutrimedia, publicación dependiente de la Universitat Pompeu Fabra, junto con el Centro Cochrane Iberoamérica, es el “podría”, que según la misma es lo máximo que se puede llegar a decir respecto al consumo moderado de lácteos -desde leche a quesos y mantequilla o yogur y similares- y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
“Si el grado de certeza de los resultados de la investigación fuera alto, sería correcto afirmar que los lácteos previenen las enfermedades cardiovasculares; del mismo modo, si el grado de certeza fuera moderado, habría que decir que pueden prevenirlas. Pero la certeza de que ofrece la investigación es baja, y tenemos que usar un lenguaje que exprese esta incertidumbre ”, explica en la nota Gonzalo Casino, director de Nutrimedia.
Por su parte Montserrat Rabassa, investigadora del Centro Cochrane Iberoamérica y autora del informe técnico, añade que “los resultados de la investigación muestran que el consumo de lácteos se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, tal como reflejan el estudio PURE y otros estudios observacionales incluidos en las revisiones sistemáticas previas analizadas, pero la confianza que tenemos en estos resultados es baja”. En este sentido, Nutrimedia también destaca que es posible que próximos estudios den indicios en la dirección contraria.
PURE, un estudio de gran repercusión
El debate sigue abierto después de que la publicación en septiembre de 2018 del estudio PURE en The Lancet pareciera cerrarlo definitivamente en favor de los lácteos, tras décadas de pugna sobre qué era más malo para la salud, si las grasas de origen animal como las de la leche o los azúcares. PURE es un estudio de gran relevancia porque revisó los datos de casi 140.000 personas de 21 países diferentes y por tanto tiene un peso estadístico evidente.
Sus conclusiones fueron que el consumo de lácteos sí aportaba beneficios a la salud cardiovascular, y su repercusión mediática fue muy grande, con titulares en exceso contundentes en diversos medios, como este, este, este y este. El resultado de la evaluación científica realizada en el marco del proyecto conjunto de Nutrimedia y el Centro Cochrane Iberoamérica indica que el mensaje “los lácteos ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares” es “posiblemente cierto”, según la nota difundida. A este respecto, Nutrimedia establece cuatro niveles de veracidad:
- cierto
- probablemente cierto
- posiblemente cierto
- incierto
Lácteos, un concepto muy laxo
Más allá del secular debate sobre si es el azúcar o las grasas saturadas animales el principal responsable de los accidentes cardiovasculares, está la realidad de que el riesgo cardiovascular y cerebrovascular no se debe a una sola causa sino que puede definirse como multifactorial. “En realidad la enfermedad cardiovascular tiene una sola causa: la inflamación”, asegura Darío Pescador, autor de los blogs divulgativos Transformer y Tu Mejor Yo. En este sentido, “todo lo que promueva la inflamación es un factor de riesgo”, como podría ser el abuso en lugar del consumo moderado.
“La respuesta inflamatoria no solo es multifactorial”, añade Pescador, “sino también sinérgica; de modo que si estás estresado, o tomas azúcar refinado, o todo junto, el exceso de grasa te va a afectar mucho más, pero lo que se sabe es que el azúcar causa inflamación seguro”, un hecho que, por contra, en el caso las grasas animales saturadas no es concluyente. Este añadido viene a cuento porque la denominación de “productos lácteos” es muy laxa, tal como destaca en su informe técnico Nutrimedia, que reclama que en ulteriores estudios sobre sus beneficio se distinga entre los que son naturales o los que han recibido tratamiento.
Según Nutrimedia, no se puede considerar por igual un yogurt natural que otro desnatado o bien con azúcar refinado añadido, del mismo modo que algunos quesos curados con un elevado índice de sal o de masa grasa, no se pueden equiparar a otros frescos tipo Burgos o cuajada. Y lo mismo pasa con las leches desnatadas, semidesnatadas o enteras, ya que el porcentaje de materia grasa es variable.
En este sentido el estudio también destaca que “se puede concluir una asociación favorable entre el consumo moderado de lácteos y el riesgo de muerte por cualquier causa”, lo cual quiere decir que se podría concluir de los estudios evaluados que de manera inconcreta, el consumo de lácteos nos previene contra cualquier tipo de muerte, no solo la de origen cardiovascular. De todos modos, el informe técnico también destaca que incluso en este supuesto tan indefinido, “el grado de certeza es bajo”.
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