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La distensión abdominal o sensación de vientre hinchado es un problema muy asociado a las personas de edad adulta y también a ciertas costumbres de la vida moderna.
Consiste en que por poco que comamos, inmediatamente después del desayuno, el almuerzo o la cena percibimos una hinchazón del abdomen sin motivo aparente.
A veces esta hinchazón es persistente y aumenta después de las comidas hasta hacerse molesta y evidente a los demás. ¿Qué la provoca?
Las causas pueden ser varias, algunas son de origen fisiológico pero otras tienen fácil solución cambiando ciertos hábitos. A continuación se detallan las seis causas más comunes de la sensación de vientre hinchado.
1. Las bebidas con gas a la hora de comer
Son muchas las personas que comen con bebidas carbonatadas de todo tipo, desde agua con gas a refrescos o cerveza, incluso champán o cava.
El carbono de la bebida se acumula en el estómago entre los restos de alimento y no se gestiona del mismo modo que cuando su ingestión se produce fuera de las comidas, con lo que tiende a acumularse provocando hinchazón.
La mejor solución es sustituir estas bebidas por agua o vino. De todos modos, el consumo continuado de este tipo de bebidas contribuirá a tener una permanente sensación de vientre hinchado.
2. Las comidas a toda velocidad
Cada vez es más frecuente comer deprisa e incluso en la calle por culpa de la falta de tiempo y las obligaciones laborales.
Este hecho nos obliga muchas veces a no saborear la comida y tragar más que masticar, pues el almuerzo se convierte en un puro trámite. Cuando no masticamos, tragamos más aire de lo normal, que contribuye a la hinchazón.
Además, no mezclamos bien el alimento con las enzimas digestivas de la saliva, con lo que viaja al estómago sin estar debidamente hidrolizado y con frecuencia se someterá a procesos fermentativos que generarán gases responsables de la hinchazón.
La mejor solución para esta causa, además de comer despacio y masticar, es sentarse y tomarse el tiempo necesario, mezclando en la dieta ensaladas y definiendo un primer plato, un segundo y si se desea una pieza de fruta de postre.
3. La obsesión por la fibra
Hay algunas personas que se pasan a los alimentos integrales de un modo radical, o que siguen dietas vegetarianas muy cargadas de fibra vegetal.
La misma ayuda al bolo alimenticio a pasar bien por el sistema y hacer que este sea fluido, pero fermenta en el intestino y si la cantidad es elevada, puede provocar hinchazón de estómago.
Además, cada flora intestinal es diferente y digiere la fibra en más o menos intensidad. Lo mejor es que si experimentamos hinchazón y somos usuarios de fibra vegetal en abundancia, probemos a ingerir menos hasta encontrar la proporción que nos sienta bien.
4. Los cereales y pastas refinadas
El opuesto al abuso de la fibra vegetal es el uso sistemático de cereales o harinas refinadas, es decir sin la cáscara o salvado, que es donde se encuentra su fibra y la mayor parte de vitaminas y enzimas digestivas.
De hecho, el cereal sin cáscara es una masa de hidratos de carbono encadenados en grandes moléculas. Las enzimas digestivas ayudan a romperlo en moléculas de azúcar, que usamos para tener energía.
Sin embargo, sin el aporte de enzimas del salvado, ni nuestra saliva ni nuestro aparato digestivo son capaces de romper del todo las grandes moléculas de carbohidratos de los cereales.
Entonces estas moléculas, conocidas comúnmente como almidones, pasan al intestino, donde pueden presentar fermentaciones y alteraciones digestivas que provocan hinchazón de estómago. La solución es optar por arroz, pan y pasta integrales.
5. El abuso de la fritanga
Los fritos absorben mucho aceite y lo integran en su estructura, de modo que se ralentiza la velocidad de digestión del alimento, ya que las grasas tienen una ruta metabólica más compleja.
Con ello la comida está más tiempo en el tracto digestivo y puede por tanto ser sometida a fermentaciones por parte de la flora intestinal que generen los gases que producen la hinchazón.
6. Alergia digestiva a algunos alimentos
Finalmente pueden dar se diversas intolerancias digestivas a determinados componentes de los alimentos que provoquen alteraciones alérgicas como hinchazón de vientre, dispepsia, gases o diarreas.
Entre estos pueden estar el gluten de los cereales o la lactosa de la leche, pero también algunos compuestos del marisco, las pieles de algunas frutas, incluso la fructosa, un azúcar de origen vegetal.
En los casos de intolerancia leve, un síntoma clásico es la hinchazón del estómago. Se puede solucionar detectando el elemento que nos provoca la intolerancia y absteniéndonos de tomar el alimento que lo contiene.
A veces, se puede intentar superar la intolerancia con el consumo de probióticos que nos aporten los elementos de la flora bacteriana que neutralicen la respuesta alérgica.