El calor marca la pauta de muchos de nuestros hábitos veraniegos, incluidos los alimentarios. El peligro viene cuando convertimos dichos hábitos en costumbre, ya sea pereza, por comodidad o simplemente porque disfrutamos con ellos. Lo cierto es que no siempre son saludables y algunos de ellos pueden alterar nuestra proporción de grasa corporal.
Notaremos si abusamos de ellos que los tirantes del bikini nos dejan marca y la elástica del bañador nos dibuja en la panza una banda similar a un código de barras interminable. Este artículo pretende prevenir contra la conversión de los malos hábitos en norma cotidiana, ya que engordan. A continuación se relatan los diez más comunes.
1. La cerveza a todas horas
La cerveza está considerada un alimento por su aporte nutritivo y su alto poder calórico; no es una simple suma de agua y sabores. En consecuencia, si bebemos mucha estaremos metiendo muchas calorías dentro de nuestro cuerpo. Es cierto que puede parecernos muy refrescante con el calor de agosto, pero debemos ser conscientes de que engorda.
2. La limonada de botella
¿Somos de los que comemos con vinoen las demás estaciones, pero el blanco y el rosado no nos gustan y sentimos que en verano hace demasiado calor para el tinto? En ese caso probablemente abusemos de las famosas claras o directamente optemos por la Fanta de limón sin cerveza. Debemos saber que se trata de la clásica bebida azucarada nada recomendable, al menos como costumbre. Nos dispara la glucosa en sangre y nos lleva a acumular grasa.
3. Los fritos
Rabas de calamar o de pollo, patatas bravas con su buena salsa, las romanas, la merluza rebozada, las tortitas de camarón, el cazón en adobo, etc. Nos encantan estas delicias salidas de la freidora, que con un chorrito de limón incluso mejoran. No obstante, debemos ser conscientes de que llevan mucho aceite y harinas refinadas. La clave está en no abusar.
4. Los zumos
Tal vez los veamos como una buena y sana alternativa a la cerveza o los refrescos azucarados, sin embargo cuidado, porque engordan. Tanto si son naturales como si no, contienen un alto nivel de azúcar y carecen de fibra vegetal cuando están tamizados. Así que mejor no convertirlos en costumbre y los sustituimos por una pieza de fruta, como cortes de melón o sandía que al menos tienen algo de fibra.
5. El gazpacho como si fuera agua
Debes saber que con cada vaso (250 mililitros) de gazpacho de 'tretabrik' ingieres 1,5 gramos de sal, casi 10 gramos de hidratos de carbono y siete gramos de azúcares. Un solo vaso de gazpacho está bien, es sano, pero si nos gusta repetir debemos ser conscientes que los porcentajes de duplican. Y si vamos a por el litro entero, los cuatriplicamos.
Por otro lado si el gazpacho es casero, seamos conscientes de que le añadimos pan, aceite de oliva, sal y seguramente lo colamos para que no queden grumos. De este modo le metemos harinas refinadas pero le quitamos la fibra y los convertimos en un producto de un poder calórico bastante alto.
6. Los helados y los polos
Por muy veraniegos que sean, los helados son azúcar y más azúcar, además de estabilizantes a base de grasas hidrogenadas en en caso de los helados mantecados. Engordan muchísimo.
7. La tortilla de patatas fría
Es cierto que está deliciosa y nos soluciona la cena o la comida en la oficina. Además en un éxito seguro en la playa o la piscina, ya que se transporta fácil, es limpia de comer y no genera demasiados desperdicios. Hay personas que incluso la añaden al gazpacho a dados como tropezón. Pero cuidado porque además de sabrosa también es una bomba calórica.
8. Las ensaladas de pasta o arroz
Es una solución fresca para los niños a medio día, porque quemarán las calorías rápidamente en la playa, el campo de fútbol, la bicicleta, etc. Pero no es buena para nosotros, que no quemamos comparativamente la mitad de energía que ellos. Si cogemos la costumbre de comer ensalada de pasta o arroz tres o cuatro veces por semana, engordaremos.
9. Los snacks
Las patatas fritas que acompañan a la cerveza del aperitivo, las tortitas de maíz, el queso expandido en forma de conos... Todos los snacks engordan una barbaridad. Si tenemos por costumbre tomar un a caña a medio día para pasar el sofoco, no tiremos de snacks y mejor aportamos por los encurtidos: anchoas, boquerones, cebollas encurtidas o la legendaria gilda. Además, quitan mejor la sed que los snacks de bolsa.
10. Los gin tonic
Tras un día de calor y después de acostar a los niños o simplemente porque estamos de vacaciones, y nos lo podemos permitir, nos preparamos cada noche un gin tonic. Es una combinación de alcoholes destilados y a una bebida azucarada artificialmente, la tónica, que engordan una locura.
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