Eulalia, lectora y socia de eldiario.es nos escribe la siguiente petición en un correo electrónico: “Os escribo para pediros información sobre el mate. He leído de todo en internet incluso que la OMS desaconsejó su uso por ser cancerígeno. Sin embargo, hay gente que dice que lo ingiere habitualmente como bebida energizante en lugar del café. Por tanto, me pregunto: ¿Es recomendable tomar mate? En caso positivo, ¿cómo y cuándo es mejor tomarlo? Propiedades y beneficios”.
Empezaremos a responder a Eulalia por el final; el mate tiene numerosos beneficios, tanto como infusión estimulante como por sus componentes antioxidantes, y es una bebida tradicional, y en ocasiones ritual, de una amplia franja de países de Sudamérica, incluyendo zonas del sur de Brasil, Uruguay, Argentina, partes de Chile y Bolivia y Paraguay. Para tener más información sobre esta infusión proponemos el artículo El mate: ¿qué es en realidad la infusión más característica de Sudamérica?
Entonces cabe preguntarse por qué una bebida tan extendida desde hace siglos ha sido considerada, tal como dice Eulalia, en el grupo de riesgo 2A de productos cancerígenos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 2A es el rango que denomina a los productos “probablemente” cancerígenos, es decir de alta probabilidad, a diferencia del grupo de riesgo 2B, que designa alimentos como “posiblemente”, o de baja probabilidad“.
Riesgo de cáncer desde 1991
Pues bien, la vinculación entre el mate y el cáncer arranca de un informe monográfico de 1991 publicado por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la OMS. Titulado Café, Té, Mate, Metilxantinas y Metilglioxal, esta monografía trataba distintos principios estimulantes y encontraba un vínculo entre el mate cuando se ingería caliente y el cáncer de esófago, que no halla en cambio en el té negro y que apuntaba como débil (2B) en el café.
Es decir que mientras el té quedaba en el grupo de riesgo 3 (“no se aprecia relación”), el café se situaba en una asociación débil, pero el mate, sorprendentemente para millones de latinoamericanos, era designado dentro del grupo 2A, el de una correlación probable. No obstante, el monográfico recibió abundantes críticas, entre otros motivos porque en la monografía no de referenciaban los estudios que habían revelado dicho vínculo con el citado cáncer de esófago.
Sin embargo, en 2015 la OMS, basándose en un estudio publicado en The Lancet, Carcinogenicity of drinking coffee, mate, and very hot beverages, volvió a declarar el mate como probablemente cancerígeno, aunque dejó la puerta abierta a matices y posteriores estudios que determinasen e elemento clave en esta causalidad en algunas comunidades consumidores, donde el cáncer de esófago era superior a la media.
Solo cuando se toma muy caliente
Ahora bien, el informe que la IARC emitió en esta ocasión aclaró que el factor clave no era las hojas de mate sino la temperatura del agua a la que se bebía la infusión. En concreto puede leerse:
“Esto se basó en la evidencia limitada de estudios epidemiológicos que revelaron relaciones positivas entre el cáncer del esófago y el consumo de bebidas muy calientes. En estudios realizados en lugares tales como China, la República Islámica de Irán, Turquía o América del Sur, donde se acostumbra beber muy caliente el té o el mate (a unos 70 oC), se observó que el riesgo de cáncer esofágico aumentaba con la temperatura a la que la bebida es consumida. En experimentos con animales se obtuvo también evidencia limitada de la carcinogenicidad del agua muy caliente”.
No fue hasta el siguente año, 2016, que la OMS quitó al mate del grupo de riesgo 2A, no sin antes dejar claro que dicho riesgo estaba en función de la temperatura a la que se tomara la infusión, de modo que por encima de los 65ºC la correlación entre ingesta de mate y cáncer de estómago se dispara, mientas que en aquellas zonas donde el mate se consume frío -las tropicales de Argentina, Paraguay y Brasil- el riesgo desaparece del todo.
En el informe de la IARC puede leerse:
“No se observaron efectos carcinógenos del mate frío en experimentos con animales o en estudios epidemiológicos. Por consiguiente, no se pudo clasificar el consumo de mate que no esté muy caliente en cuanto a su carcinogenicidad (grupo 3). Esto se debió a la evidencia insuficiente sobre la carcinogenicidad en los seres humanos del consumo de mate frío o tibio y a la evidencia insuficiente sobre la carcinogenicidad en animales de laboratorio del consumo de mate frío como bebida.”
Como conclusión para Eulalia, parece ser que el mate debe tomarse siempre a una temperatura inferior a los 65ºC para disfrutar de sus beneficios sin aumentar el riesgo de cáncer esofágico.
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