Según la OMS, la intoxicación por plomo causa casi la mitad de los 2 millones de vidas perdidas por exposición a productos químicos conocidos, como se refleja en el estudio The public health impact of chemicals: knowns and unknowns, actualizado en 2021.
En concreto los autores del informe escriben: “Se estima que la exposición al plomo provocó la pérdida de 21,7 millones de años por discapacidad y muerte en todo el mundo debido a sus efectos a largo plazo en la salud, de los que un 30% corresponden a la carga mundial de discapacidad intelectual idiopática, un 4,6% a la carga mundial de enfermedades cardiovasculares y un 3% a la carga mundial de enfermedades renales crónicas”.
El problema es que el plomo es una sustancia tóxica que va acumulándose en el organismo y afectando progresivamente a diversas funciones, pero especialmente a las cardiovasculares y, sobre todo en niños, al desarrollo de su capacidad intelectual.
Es especialmente nocivo para los niños de corta edad, a los que afecta en su cociente intelectual, hasta el punto en que en Estados Unidos un estudio reveló que el cociente intelectual de la mitad de sus habitantes se ha visto reducido en tres puntos de media desde 1940 por culpa de la intoxicación por plomo.
El plomo se distribuye por el organismo hasta alcanzar el cerebro, el hígado, los riñones y los huesos. Se deposita en dientes y huesos, donde se va acumulando con el paso del tiempo. La exposición humana se suele evaluar midiendo la concentración de plomo en sangre y no existe ningún nivel por debajo del cual se pueda afirmar que la exposición al plomo no tiene efectos nocivos.
Orígenes del plomo en nuestro cuerpo
La OMS especifica que el plomo puede entrar en nuestro cuerpo por dos vías principales. La primera es la respiratoria, es decir por inhalación de gases y humos contaminados que luego pasarán a la sangre en el intercambio de oxígeno.
La segunda es por la vía oral ya sea bebiendo aguas contaminadas o bien chupando objetos que contengan plomo, como juguetes, herramientas, etc. Esto es especialmente delicado en niños menores de dos años, ya que tienden a chuparlo todo. Y es en esta edad cuando los efectos pueden ser más nocivos.
En la primera vía de entrada, el principal protagonista han sido los humos de los vehículos a motor, puesto que el plomo ha sido durante muchos años el principal catalizador usado en la gasolina, si bien ya hace varias décadas que se prohibió y se sustituyo por otros compuestos.
En la segunda vía de entrada destacan las aguas contaminadas por culpa de redes de distribución fabricadas con plomo. En España desde 1980 se prohibió la edificación con tuberías de plomo y desde 2002, la ley obliga a retirar las tuberías remanentes de los edificios.
No obstante, no se ha cumplido completamente con este mandato, al menos no al ritmo deseado, y aunque cada vez menor, todavía queda aún remanente de tuberías de plomo en casas del casco viejo de las ciudades del estado español. Así, se calcula que el 10% de las viviendas madrileñas las contiene en mayor o menor medida.
“El problema es que la retirada de plomo de baños y cocinas, los dos puntos donde más concentrados están los remanentes, tiene un coste alto, porque hay que picar el azulejo y pelar la regata para luego sacar el plomo y sustituirlo, y esto no baja a día de hoy de los 2000 euros”, explica Moisés Villamayor, un empresario de reformas responsable de Construcciones Villa S.A., en Barcelona.
Y a ello se añade que no existe ningún tipo de subvención para efectuar esta retirada. También cabe incluir entre los problemas las soladuras y empalmes entre tuberías en las que el plomo participa, que aumenta el número de viviendas y edificios afectados.
Aún así, el contenido de plomo puede variar en función de la calidad del agua y de la región en la que vivas. Por ejemplo, el agua con un alto contenido en calcio recubrirá las tuberías con depósitos y frenará la erosión del plomo, algo que sucede en el Mediterráneo pero no en Madrid ni otras zonas de la Meseta.
Por otro lado, según explica la Clínica Mayo en su web, el nivel de intoxicación será mayor cuanto mayor sea el tendido de tuberías por el que pasa el agua, pero debe tenerse en cuenta que el plomo es tóxico a cualquier nivel en sangre. Tampoco debe descartarse el factor acumulativo de beber muchos años agua contaminada.
De hecho, en Estados Unidos, donde la intoxicación por plomo se vincula mucho a esta vía y por tanto a la pobreza en la zona del cinturón del óxido, un grupo de estudiantes ha diseñado un filtro para eliminar el plomo del agua. También Joe Biden está llevando un plan a cabo para reemplazar todas las tuberías de plomo remanentes en el país.
Juguetes peligrosos
Otro punto, polémico ahora que se acerca la Navidad, son los juguetes que contienen plomo, principalmente en las pinturas que los cubre y que son la zona que los más pequeños irán a posar en su boca.
Aunque la legislación prohíbe su presencia, el auge y la falta de control del comercio por internet desde países como China ha propiciado la llegada de juguetes que no siempre cumplen lo establecido por ley.
Así, en 2007 Mattel tuvo que retirar numerosos juguetes de España procedentes de factorías chinas por llevar pinturas con plomo. También expertos de Reino Unido alertan del riesgo de exposición a sustancias químicas por usar juguetes de plástico de segunda mano.
Según la Clinica Mayo, las consecuencias de la intoxicación por plomo en niños son:
- Retraso en el desarrollo
- Dificultades de aprendizaje
- Irritabilidad
- Pérdida del apetito
- Pérdida de peso
- Pereza y fatiga
- Dolor abdominal
- Vómitos
- Estreñimiento
- Pérdida auditiva
- Convulsiones
- Comer cosas, como trozos de pintura, que no son comida
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