¿Puede dañar la piel la luz que emiten los móviles, las tabletas y los ordenadores?

Jordi Sabaté

16 de septiembre de 2019 22:03 h

Blanca, lectora y socia de eldiario.es, nos escribe a nuestro correo electrónico para comentarnos la siguiente situación: “El sábado en la farmacia de mi calle, uno de los dependientes me quiso colocar un complejo de vitaminas y antioxidantes asegurándome que la luz azul de las pantallas de ordenadores, móviles y compañía, dañan la piel provocando envejecimiento, arrugas y manchas prematuras. Yo no le hice caso pero me quedé con la duda: ¿y si tiene razón? Así que mi pregunta es clara: ¿Debo proteger mi piel de la luz de los móviles, las tabletas y los ordenadores?”

La verdad es que esta es la primera vez que tenemos noticia sobre este posible riesgo de la luz que emiten las pantallas de tabletas, móviles u ordenadores, si bien en el pasado ya hemos comentado creencias similares sobre los efectos de la luz azul de los dispositivos tecnológicos sobre la vista y el sueño. En concreto lo hicimos en Lentes con filtros bloqueadores de la luz azul: ¿sirven de algo? y en Vamping: ¿puede la luz azul perturbar la calidad de nuestro sueño?.

En ambos casos explicamos cómo la potencia e intensidad de la luz emitida por los ordenadores y móviles, aunque se situase en la parte más alta energéticamente del espectro lumínico, como es la franja del azul, es insuficiente tanto para causar daños a la vista como para alterar la secreción de la melatonina -una de las hormonas reguladoras del sueño-, o al menos no lo suficiente como para provocar el insomnio.

¿Qué dice la ciencia?

No obstante, introduciendo en Google la pregunta que nos hace Blanca, hemos encontrado abundante literatura refiriéndose tanto a los efectos nocivos sobre la piel de la luz azul o luz HEV (High Energy Visible)High Energy Visible, que hay que sumar a los rayos UVA y UVB como poco recomendables en lo referente a la exposición de la dermis a ellos. Y en efecto, no solo la luz invisible ultravioleta (UVA y UVB) puede producir alteraciones lesivas e inflamatorias sobre la piel.

También la luz visible del espectro azul, la HEV tiene sus efectos oxidativos y por tanto perniciosos. En concreto, existe un estudio Johnson & Johnson Skin Research Center que asegura que la luz azul de la luz solar activa unas encimas llamadas metaloproteinasas, que aceleran la destrucción del colágeno dérmico, que es la proteína que da turgencia y tensión a nuestra piel. Dejando de lado que se trata de un instituto financiado por una multinacional, sus resultados se corresponderían con los de otro estudio de la Nipon Medical School de Kanagawa, en Japón.

El mismo determina que en la franja de la luz visible es la azul la que provoca mayores efectos de estrés oxidativo, aunque muy inferiores a los de las llamadas luces del espectro ultravioleta (UV). Además, se conoce que una molécula de nuestra piel llamada opsina-3 es capaz de reaccionar con la luz azul procedente de la luz solar para activar los melanocitos. Esta molécula, paradójicamente, sería responsable de manchas en la piel en personas de piel oscura, menos sensible a la radicación, pero no en los fototipos más sensibles. 

¿Debemos tomarnos selfies con filtro solar?

La pregunta del ladillo no es broma, aunque pueda ser una aberración. Podríamos hacérnosla si leemos esta noticia del tabloide inglés The Telegraph. O bien esta de una publicación colombiana donde se especula con el riesgo de cáncer al trabajar frente al ordenador. Por no incidir en esta otra argentina, donde se habla directamente de “envejecimiento digital”, al referiste al tema. Lo cierto es que son numerosas las publicaciones tanto alarmistas como ambiguas al respecto. Por ejemplo, haciendo referencia a la luz azul en sentido amplio, pero en concreto a la que emiten los dispositivos, si bien se les menciona de vez en cuando.

En su blog sobre dermatología, la doctora Lorea Begazgoitia, de quien hemos tomado las pocas referencias científicas encontradas, escribe: “Está claro que la luz visible, en mucha menor medida que la radiación UVA, ha demostrado que puede influir en el aumento de sequedad y envejecimiento de la piel. En pieles oscuras, además, la luz azul induce la formación de manchas. Es un hecho también que hasta el momento no se ha establecido en qué medida la luz visible es dañina en comparación con la luz del espectro ultravioleta”.

La dermatóloga prosigue: “pero aunque aún no esté cuantificado, no me cabe duda de que sus efectos son menores que los de los de los rayos del espectro ultravioleta. Igualmente no se ha dimensionado el efecto de la luz azul 'tecnológica' en comparación con la proveniente del sol: ¿es la luz de una pantalla tan potente como la solar? ¿tendrá los mismos efectos?”

La doctora no responde a estas preguntas en su publicación, por lo que hemos consultado a la doctora María Rosa Martí MunsMaría Rosa Martí Muns, que ha negado tajantemente que la luz que emita un dispositivo “pueda ni siquiera acercarse a la intensidad de la luz solar”. En consecuencia, según esta última facultativa, “es imposible que la luz azul de móviles, tabletas y ordenadores pueda dañar nuestra piel”. Así que Blanca, puedes estar tranquila es este respecto. 

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