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Sensación de frío constante: ¿a qué puede deberse?

Marta Chavarrías

23 de septiembre de 2022 22:31 h

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El cuerpo humano tiene un complejo sistema de termorregulación que le permite mantenerse estable a unos 36ºC. La temperatura de nuestro cuerpo está regulada por un área del cerebro llamada hipotálamo, que actúa como un termostato, y que mantiene nuestro organismo a una temperatura confortable. Es decir, si hace calor, activa mecanismos biológicos como sudar, explican en Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Sentir frío en un día gélido o si el aire acondicionado está a todo volumen es normal. Aunque todas las personas percibimos de forma distinta el frío porque tenemos diferentes respuestas biológicas ante la misma temperatura a la que estamos expuestos, si sentimos frío a menudo, y nadie más a nuestro alrededor tiene, es posible que detrás se esconda alguna causa que debemos determinar.

Las ocho causas potenciales que nos hacen sentir más frío

Si buscamos constantemente una manta o un jersey, algunos factores podrían estar alterando nuestra temperatura interna. Algunos de los más comunes son:

  • Tener poca grasa corporal: la grasa corporal nos ayuda a mantener la temperatura porque la cantidad de grasa corporal proporciona más protección para el frío. Las personas muy delgadas, sobre todo mujeres, toleran mal los ambientes fríos debido a que tienen poca grasa corporal. Las personas que tienen un Índice de Masa Corporal (IMC) inferior al considerado normal (18,5 o menos) pueden ser propensas a sentir frío con más frecuencia. 
  • Presión arterial descompensada: tanto si es alta como baja, una tensión arterial mal controlada hace que llegue poca sangre a las partes más distales del organismo, que hace que pies y manos estén siempre fríos. 
  • Trastornos en la glándula tiroides: la tiroides funciona como un termostato para el cuerpo, libera hormonas que regulan el metabolismo, la temperatura y otras funciones del cuerpo. Pero no siempre funciona como debería. Cuando está poco activa, lo que se conoce como hipotiroidismo, no produce las hormonas que el cuerpo necesita, los procesos del cuerpo tienden a ralentizarse y esto puede volvernos sensibles al frío.
  • Falta de sueño: aunque parezca extraño, hay estudios que confirman la relación entre una mala calidad del sueño y la sensación de frío. No está claro por qué ocurre esto pero podría estar relacionado con la disminución de la función del hipotálamo y otras glándulas endocrinas que dan como resultado un metabolismo más bajo. 
  • Ciertos medicamentos: las manos y los pies fríos son un efecto secundario de algunos medicamentos, como los betabloqueadores, anticonceptivos hormonales y los inmunosupresores. En algunos casos puede ser necesario ajustar la dosis o sustituir el medicamento por otro, siempre bajo supervisión médica. 
  • Anemia: es una de las afecciones sanguíneas más comunes. Ocurre cuando el cuerpo carece de suficientes glóbulos rojos sanos, que son los responsables de transportar oxígeno y eliminar dióxido de carbono. El cuerpo siente frío porque no recibe suficiente oxigenación.
  • Niveles de estrógenos: las fluctuaciones en los niveles de estrógenos también pueden tener algo que ver en la sensación de frío. En las mujeres, estos cambian con el tiempo a lo largo de su ciclo menstrual, la menopausia y el embarazo. Estos altibajos hormonales pueden aumentar la susceptabilidad a sentir frío. 
  • Síndrome de Raynad: los vasos sanguíneos de los dedos, que son muy pequeños, reaccionan de forma exagerada a las bajas temperaturas o al estrés, se contraen tanto que se reduce la circulación de la sangre y, por tanto, la oxigenación de la piel. 

Cuando la sensación de frío aparece junto con otros síntomas, lo recomendable es acudir al médico para recibir un diagnóstico y el tratamiento oportuno. En la mayoría de los casos, realizará una anamnesis, es decir, la exploración clínica mediante preguntas para identificar a la persona, cuáles son sus dolencias y obtener una retrospectiva de ella; una exploración física para estudiar aspectos como el Índice de Masa Corporal (IMC); y una analítica de sangre.

Cómo aliviar la sensación de frío

Como vemos, hay muchas razones distintas por las que podemos sentir frío todo el rato, y varias de ellas están relacionadas con condiciones de salud subyacentes. Tras el paso por el médico, hay algunas formas sencillas de aliviar la sensación de frío:

  • Llevar una alimentación equilibrada: asegurarnos de que el cuerpo obtiene todos los nutrientes que necesita. 
  • Realizar ejercicio físico moderado: la actividad física moderada, además de ayudarnos a entrar en calor, también mejora la circulación, sobre todo ejercicios de fuerza y cardiovasculares.
  • Abrigarse: usar ropa adecuada (calcetines, guantes, jerséis, etc.) para aliviar la sensación de frío. 
  • Masajear la zona: hacer un leve masaje por la zona fría (manos o pies) ayuda a calentar la zona. 
  • Dormir las horas necesarias: descansar y mantener una rutina de sueño nos ayuda a apoyar un metabolismo saludable.

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