Pase que la ministra no viese en el garaje el nuevo coche Jaguar regalado a su marido. Vale que tampoco supiese quién organizaba las fiestas de cumpleaños o la comunión de sus hijos. Supongamos, y ya es mucho suponer, que tampoco fuese muy consciente de quién pagaba los vuelos, los trenes, los aviones, los alquileres de coches y los hoteles de sus muchos viajes en clase Gürtel. Pero, ¿de verdad hay que creer que Ana Mato se fue a Eurodisney a solas con su hija, con los gastos pagados por la tarjeta de Francisco Correa, sin que ella se enterase de nada? ¿Quién pensaba que pagaba sus vacaciones? ¿Mickey Mouse? ¿Los reyes magos? ¿El ratoncito Pérez?
La posición de la titular de Sanidad en el Consejo de Ministros es insostenible e inexplicable, salvo en el Gobierno de Rajoy, que con todos los problemas se fuma un puro. Hasta en el PP, en privado, muchos no entienden cómo es posible que la ministra de Sanidad no haya sido hace ya tiempo despedida. Las explicaciones que ofrece Mato son completamente inverosímiles, salvo que estamos ante una persona tan incompetente e ingenua como para no ser apta para puesto de responsabilidad alguno. Si dice la verdad y no sabía nada, razón de más para que dimita.
Por si hubiera pocos motivos para pedir su cese, por si no bastara con Eurodisney y la Gürtel, su gestión política también es un desastre. La última perla la ha soltado esta semana en el Congreso al admitir públicamente que su ministerio, el de Sanidad, no tiene absolutamente nada que decir, que opinar o que ejercer con la reforma de la ley del aborto, que eso lo lleva Justicia. Si ese tema no es de su competencia, ¿de qué se ocupa? ¿De hacer de pararrayos del Gobierno hasta que se chamusque, igual que hizo Rajoy en la oposición con Acebes y Zaplana?
Pase que la ministra no viese en el garaje el nuevo coche Jaguar regalado a su marido. Vale que tampoco supiese quién organizaba las fiestas de cumpleaños o la comunión de sus hijos. Supongamos, y ya es mucho suponer, que tampoco fuese muy consciente de quién pagaba los vuelos, los trenes, los aviones, los alquileres de coches y los hoteles de sus muchos viajes en clase Gürtel. Pero, ¿de verdad hay que creer que Ana Mato se fue a Eurodisney a solas con su hija, con los gastos pagados por la tarjeta de Francisco Correa, sin que ella se enterase de nada? ¿Quién pensaba que pagaba sus vacaciones? ¿Mickey Mouse? ¿Los reyes magos? ¿El ratoncito Pérez?
La posición de la titular de Sanidad en el Consejo de Ministros es insostenible e inexplicable, salvo en el Gobierno de Rajoy, que con todos los problemas se fuma un puro. Hasta en el PP, en privado, muchos no entienden cómo es posible que la ministra de Sanidad no haya sido hace ya tiempo despedida. Las explicaciones que ofrece Mato son completamente inverosímiles, salvo que estamos ante una persona tan incompetente e ingenua como para no ser apta para puesto de responsabilidad alguno. Si dice la verdad y no sabía nada, razón de más para que dimita.